El Real Madrid cogió aire en Estambul con una victoria mucho más importante en el fondo que por la forma. La sociedad Benzema-Hazard en izquierda, el atrevimiento de Rodrygo en el sector opuesto, Kroos, la vigorosidad de Valverde, Courtois o la firmeza defensiva de Varane son, por sí solas, algunas de las cosas que se trae el Real Madrid en su maleta. Este no es el análisis de un partido perfecto de los de Zinedine Zidane, ni mucho menos. Pero el cuadro blanco dejó ayer un Turquía una serie de detalles que, más individuales que colectivos, resultaron muy positivos; teniendo en cuenta la necesidad que tienen de encontrar certezas en el sistema.
Eden Hazard completó su mejor partido con el Real Madrid
La primera, y seguramente la más esperada, tiene que ver con Eden Hazard. El belga se mostró desde el arranque con un grado de activación inédito, hasta el momento, con la camiseta del Real Madrid. Muy participativo desde el costado izquierdo, alejándose del extremo para pisar el carril central y moverse tanto en el apoyo como en la ruptura, e incluso en ambas direcciones tras tocar con Benzema, el futbolista belga dio muestras muy evidentes de que, si bien es cierto que aún no está en su mejor momento, poco a poco va cogiendo la forma y los automatismos de un sistema en el que el propio Karim, consecuencia también de las muchas facilidades que concedió el Galatasaray sin balón, le ofreció tantos balones como posibilidades a través de su posición. El atacante francés, a diferencia de otros días, permaneció algo más alejado del belga sobre el campo -sin que esto afectase a las sinergias que estos llevan ya compartiendo desde el verano-, lo cual le dio un tiempo y un espacio muy necesario al ‘extremo’ en todas sus intervenciones.
Hasta el momento había ocurrido que cada vez que Benzema aclaraba la frontal para acercarse a Hazard en izquierda, su movimiento dentro-fuera era siempre acompañado por un segundo defensor que, al llegar a la banda, se aliaba con su lateral derecho para ponerle más piernas de por medio a la adaptación física -pero también mental- del belga al equipo blanco. Pero ayer no. Anoche en Estambul Benzema vivió algo más alejado de Hazard sobre el tablero. Y esto, sumado a que el Real Madrid no tuvo tantos ataques posicionales como transiciones rápidas al espacio, le permitió recibir a Hazard bastante más liberado. El belga, como Rodrygo por derecha, completó todos los movimientos de Benzema en ataque. Muy finos a la hora de devolverle la pelota al francés, los apoyos de Karim y las consiguientes rupturas de Hazard y Rodrygo le permitieron al Madrid hundir la -endeble- transición de los turcos.
Rodrygo fue la otra gran noticia de la noche para el Real Madrid
La actividad de los tres atacantes por delante del balón también fue bien recibida por los dos interiores del equipo. Kroos, en izquierda, y Valverde, en la derecha, encontraron en Hazard, Benzema y Rodrygo tres razones idóneas para desarrollar su fútbol en campo contrario. La conexión entre Benzema y Hazard en su mismo sector, con Marcelo desde el lateral y Ramos en ese mismo eje de la defensa, le permitió a Kroos hacer dos cosas realmente útiles para el sistema: la primera, organizar los primeros pases de su equipo, con un Casemiro que volvió a mostrarse algo menos activo en esta función; y la segunda, estrechamente relacionada con todo lo anterior, comandar la presión del colectivo tras pérdida. Algo que, en suma, provocó que el alemán continuase hasta tan arriba la acción del cero a uno. Mientras que por derecha, a pesar de jugar a pie natural, los apoyos de Rodrygo cerca del carril central le aclararon bastantes metros a Valverde, que volvió a ser el interior. Y que es un futbolista que, al margen de todo lo que recupera, necesita que el dibujo le asegure ver el encuentro siempre de frente.
Juantelar 23 octubre, 2019
Lo más estimulante del partido fue la presencia de Rodrygo como titular y la conexión Hazard-Benzema. El brasileño siempre ha dejado buenas sensaciones cuando ha jugado. Y esta vez no le pesó salir de inicio en un partido exigente y de mucha presión como este (porque otra derrota habría sido una debacle). Y pese a que con balón no estuvo especialmente brillante, sin él sí se movió mucho y bien.
En cuanto al belga y el francés…pues estaba cantado que en cuanto empezasen a entenderse iba a ser una dupla capaz de destrozar defensas, y muy bonita de ver. Solo queda que Hazard pille algo más de forma y confianza, porque a la hora de desbordar y regatear aún se le nota algo apagado, menos incisivo.
De todos modos, también es cierto que el sistema defensivo del Galatasaray hizo aguas por todas partes. Pese a jugar con tres centrales dejó muchos espacios y Belhanda estuvo muy solo en la mediapunta para enlazar con el ataque. Aun así, tuvo opciones para igualar. Aunque más por la incapacidad del Madrid para cerrar el resultado que por otra cosa.