Raheem Sterling es mucho mejor jugador que ayer, pero menos que mañana. A sus 24 años, y en su quinta temporada en el Manchester City, muy poco queda ya del extremo impulsivo y atropellado que apareció en Anfield a principios de este mismo decenio. El extremo inglés, clave en la victoria de su selección ayer ante Bulgaria, es, posiblemente, el mayor invento de Pep Guardiola desde su llegada a la Premier. Sterling ha aprendido a controlar sus propias piernas. Y ese desarrollo, mucho más cerebral que antaño, es la principal razón por la que Raheem Sterling es, en estos momentos, uno de los grandes lideres del fútbol inglés. Un futbolista que en este arranque de temporada lleva más goles (7) que partidos jugados (6).
Raheem Sterling en la 2019/20: siete goles en seis encuentros
Sterling actuó como extremo a pie natural en la goleada de Inglaterra frente a Bulgaria. Moviéndose más allá de la línea de cal, eso sí, bajando a recibir dentro del carril central y encarando a su respectivo par desde el costado opuesto, que es donde se desempeña normalmente en el Manchester City, Raheem Sterling demostró ayer con la camiseta de los ‘Tres Leones’ que su evolución es absolutamente real y extrapolable de la pizarra del de Sampedor. Esperando siempre su momento en la posición requerida en cada acción, como regla el juego de posición, el extremo inglés fue el principal foco de atracción en una Inglaterra que, con Rice -pivote-, Henderson -interior derecho- y Barkley -izquierdo- en medio campo, tuvo dificultades para superar a Bulgaria desde la posesión.
Eliminando siempre a su par en el uno para uno, encarando desde la banda, driblando, conduciendo y, en definitiva, acercando a Inglaterra al área rival desde sus jugadas -ante la incapacidad colectiva de hacerlo desde el juego-, Sterling se exhibió ayer en Wembley empleando para la ocasión muchos de los registros que ha ido adquiriendo durante este último año en Mánchester. Porque lo cierto es que entre el Sterling del verano anterior en Rusia, que completaba los desmarques de apoyo de Kane con rupturas largas dentro del carril central, y este, mucho más reposado en sus intervenciones, desequilibrante con la pelota y determinante dentro del área (finalizar), hay un mundo -o dos, como poco- de diferencia.
Sterling cada vez se mueve mejor en escenarios más posicionales
Sterling ha asimilado que para correr primero hay que saber andar. Una reinterpretación en las formas, que tiene que ver con la cabeza más que con sus propias piernas, que le está sirviendo de gran utilidad para definir más y mejor cuando se interna en la zona de remate. Hasta bien poco, de hecho, lo más normal era que Sterling tratase de finalizar sus propias acciones como un elefante en una cacharrería. Impreciso. Desbocado. Como consecuencia de un sobreesfuerzo físico, y en cierto modo hasta mental, que le llevaba a plantarse delante del portero sin rastro de oxígeno en sus pulmones ni en su cerebro. Una situación radicalmente distinta a la de ahora, fruto del entendimiento que el propio Raheem ha conseguido desarrollar del juego y de su propia cuerpo. Más abierto, como de costumbre, o más centrado, como ante el Bournemouth en Dean Court, recibiendo de espaldas o perfilado, descargando, jugando a pocos toques, encarando y rellenando los espacios que él mismo va interpretando sobre la marcha, Sterling ha aprendido a hacer de su velocidad (mental + física) un auténtico filón en espacio reducido.
AdrianBlanco_ 8 septiembre, 2019
Raheem Sterling es una de las mayores obras de Pep Guardiola desde que este aterrizase en la Premier. Menudo crecimiento. No hay rastro ya de ese extremo atropellado y fallón. Es otro jugador, directamente.