Más pistas. En mitad de un golpe de autoridad, la selección holandesa de Ronald Koeman, enfrentando a un rival directo por la clasificación, ofreció de nuevo varios rastros de lo que está destinado a ser como equipo en la próxima Eurocopa. La oranje consumó una poderosa remontada en suelo teutón, exponiendo las dificultades que Joachim Löw está encontrando para sumar fiabilidad en el traspaso generacional por el que apostó hace un tiempo. Los germanos han decidido renunciar a buena parte de lo que les llevó, con mucho más talento de por medio, a dominar el fútbol de selecciones, en pos de cambiar calidad por cantidad en ocasiones y en seguridad defensiva. Y, como se vio ayer, les cuesta.
No obstante, a la hora de razonar y preguntarse qué les llevo a la victoria, Koeman echó mano de la necesidad por aumentar el ritmo de juego con tal de generar ocasiones de gol desde muchos ángulos. Aunque Alemania le concedió la iniciativa para buscar atacar con espacios y transitar desde los siempre finos movimientos de Timo Werner, Holanda nunca aceptó un papel incondicional a la hora de tener la pelota y ser paciente. Aunque sí dispuso a sus hombres con amplitud y un reparto ambicioso del terreno, las conexiones interiores fueron siempre muy medidas, sobre todo porque entre las grandes virtudes del cuadro holandés están sus fantásticos cambios de orientación de sus centrales -Van Dijk, De Ligt- y la capacidad para conducir y dividir de su ‘5’ -De Jong-.
Con espacios para atacar, Koeman tiene una ventaja crucial en el último tramo de los encuentros
Y es aquí donde sigue invirtiendo como parte de sus fortalezas. Holanda reconoce implícitamente en sus planteamientos que su línea atacante encuentra serias dificultades para atacar espacios estrechos y muchos hombres a su alrededor. Cuando su ‘9’ y sus hombres de banda reciben en zonas interiores, de espalda o rodeados, la sensación de sorpresa se reduce considerablemente, lo que hace del extraordinario cambio de orientación de sus defensores un arma primordial para saltarse escalones y poner el balón rápido y arriba. Es con esa amenaza desde la que pudo crear un escenario de comodidad y espacio para un De Jong que se movió con libertad y aseguró el ataque posicional de su equipo.
Sin embargo, fue en transición, cuando los dos equipos compartieron ataques por tiempos, donde se gestó su remontada. La tipología de los goles holandeses, especialmente en las segundas partes, llevan un sello clarísimo, que aparece cuando el rival activa a sus defensores en campo contrario y precipita su ataque. Mucho tendrán que cuidar sus decisiones los que lleguen en igualdad en el marcador a la última media hora. Los movimientos de Memphis al espacio y la llegada de Wijnaldum deberían tratarse como la mayor amenaza de los hombres de Ronald.
torralba8 7 septiembre, 2019
Creo que lo único que le puede faltar a esta selección holandesa puede ser un "9" contundente. Es cierto, que ayer Memphis hizó una segunda parte brutal. Pero por ejemplo en la primera parte, cuando Alemania le cedió el balón, no eran capaces de hacer una ocasión peligrosa. Sobre todo porque tanto Babel como Depay vaciaban el area. Si hubiesen pillado a Huntelaar un par de años más joven…