«Hoy día, sin gente que te elimine un jugador, no puedes. Atacar a gente metida en su campo sin gente que te elimina a los de fuera… al final siempre acabas fuera y si allí no te llevas al lateral a línea de fondo, o gente de dentro que te hace un movimiento al espacio… es imposible. Llega un momento en el que hay que driblar».
Joao Cancelo es uno de esos talentos a los que nunca le van a faltar oportunidades. En un fútbol donde los laterales son todo lo que quieran ser o todo lo que les pidan ser, las superplantillas de hoy en día se permiten la posibilidad de sumar posiciones dobladas en número y en estilo con tal de no echar en falta una manera de actuar y jugar concreta. Pep Guardiola, entrenador del Manchester City, lleva tres años puliendo las capacidades de Kyle Walker, uno de los grandes laterales diestros de la Premier League, pero ha visto en el portugués el talento bruto capaz de elevar la competencia mientras transforma determinadas jugadas en las dos mitades del campo. Las claves de su despegue residirán en la velocidad y las prisas que tenga Pep a la hora de sentirlo como su lateral.
Es en el primer año donde seguramente Guardiola entienda que más tiempo va a necesitar invertir en encarrilar el potencial de un lateral que ya es muy agresivo en todos sus movimientos, la mayoría de ellos con balón al pie. Cancelo es un futbolista que marca diferencias cuando ve espacios para correr, y no necesariamente tienen que ser espacios libres de toda marca, con que haya muchos metros a espalda de un defensor que tiene por delante, su naturaleza tratará de rebasarlo lo antes posible para que ese espacio potencial no se desperdicie ni sea ocupado por el rival. Su fútbol es muy directo, siempre buscando la aceleración y el dos contra dos para llegar a los metros finales en ventaja, disponiendo además de varios caminos para progresar, por fuera o incurriendo por dentro. Cualidades que amplían el abanico de recursos de un City que crea espacios a través de su ataque posicional.
«(…). Cuando nosotros decimos aquello de ‘estar en el sitio’ lo hacemos para poder generar muchas veces y hacerle llegar a ese jugador el balón en las mejores situaciones para que él drible».
Resulta interesante, por tanto, comprobar cuántos minutos le dará Pep y con cuanta rapidez progresará Cancelo a las órdenes de un libreto colectivo que todos han de respetar y compartir. Y es por ello que hasta que Cancelo sienta los conceptos como sus compañeros, con el evidente transcurso del tiempo para fijarlos e integrarlos, Guardiola se sirva de un alma diferente, con imaginación en los quiebros y con un primer paso apabullante para salir de presiones o inventarse espacios donde no los hay. Nunca escondió Pep esa habilidad innata e imprescindible, absolutamente imprescindible, de superar a un rival desde la pura imaginación.
Es aquí donde Cancelo suele saltarse algunos procesos, mientras, no obstante, en otros resulta diferencial por su desequilibrio. En esa evolución de ponerle al recién llegado la silla de montar puede encontrar Guardiola un recurso para hoy, por el momento no activado en el engranaje, que le permita solucionar situaciones como las vividas tras el 2-2 del Tottenham. Un regate a punto para ganar un partido mientras las palabras de Guardiola se repitan con tal de que el galope de Cancelo lo haga con la montura adecuada.
AArroyer 22 agosto, 2019
El timing y la potencia de Walker para incorporarse es difícil que la adquiera con el tiempo, sobre todo lo de esperar abierto y que los demás fluyan por dentro. Además es un jugador mucho más intervencionista, hace jugadas como un crack, recibe, arranca y se inventa jugadas de ataque, y eso en el día a día tendrá que ser encauzado peor en contextos de urgencia o en chispazos concretos, le puede abrir muchas puertas a Pep. Tendrá que hacer un trabajo claro con Cancelo pero el tipo es una mina al descubierto.