Brasil vuelve a abrazarse | Ecos del Balón

Brasil vuelve a abrazarse


Brasil fue siempre un reto para el resto de selecciones presentes en la Copa América. Ningún combinado llegaba con tanta capacidad futbolística, física y mental para mirarse por sí misma o adaptarse a todo tipo de ritmos y contextos. Si en la ecuación encontramos que el nivel medio no fue especialmente alto, la ‘canarinha’ manejó con bastante soltura y firmeza el desarrollo del campeonato, mostrando un equilibrio suficiente para llegar y ganar la final del Maracaná. 12 años después de su último entorchado, Brasil vuelve a encontrar un rumbo reconocible de la mano de Tite, un gran constructor de equipos que ha salido airoso de la baja de su crack para dotar a sus jugadores de una confianza en lo personal y de una estructura en lo colectivo que no ha encontrado demasiados obstáculos para levantar la Copa y dejarla descansando en casa.

La enésima prueba llegó ante la selección de Perú, un conjunto optimizadísimo en el tiempo dada la relación calidad potencial-rendimiento. Sin novedades en las alineaciones, la final se abrió y progresó pausada, con un primer tramo en el que los de Gareca asumieron la pelota en su salida de balón y la hicieron avanzar como les caracteriza, llevándola al costado de Trauco, lateral izquierdo, y Yotún, pivote del mismo costado. La principal novedad táctica del ‘Tigre’ residió en colocar a Carrillo abierto en ese flanco en lugar del derecho, seguramente para aprovechar el protagonismo de Dani Alves con balón para poder atacar tras robo. Siendo el más veloz y sacando de posición a Marquinhos, Perú podría imaginar una ventaja que habilitara a Paolo Guerrero en el área si el plan salía a pedir de boca.

Brasil controló el ritmo y fue muy puntual en sus apariciones

Brasil aceptó y provocó, sí, ese escenario, esperando más atrás y basculando. No es Perú un conjunto especialmente talentoso en la gestión técnica del esférico, por más que tácticamente sí se organice bien para poblar el lado de la pelota y volcar esa superioridad hacia el lado contrario. Sin apenas profundizar, el encuentro no se desmoronó ni encontró grandes ocasiones, hasta que Brasil asestó un golpe muy propio de su Copa América. Gabriel Jesús, el gran reforzado de esta edición, ha encontrado su lugar en un lugar que no le corresponde. Lo que ha parecido ser un falso extremo, con ayuda del sistema para acabar jugadas en el área, ha terminado logrando que el delantero del Manchester City encontrara inspiración en el uno para uno o en dos para dos. Y así llegó un gol que expuso algunas de las debilidades del repliegue peruano.

Puede afirmarse que competir es relativizar el peso del error en relación a lo que está en juego. Y el equipo de Gareca mostró vulnerabilidad para ser defensivamente continuo, con los diez jugadores compartiendo señales de solidez. Después de que Brasil agarrara la pelota y se metiera en campo contrario, Perú se fue tropezando, literal y figuradamente, para abrir espacios en todas sus líneas. Cuando Brasil metió a sus laterales en campo contrario y pudo pasarse la pelota entres sus dos medios y sus hombres más adelantados, los peruanos se quedaron a medio camino de muchas cosas. Sus volantes saltaban a una altura mayor que la de los pivotes, y desde ahí, ajustar cada envío local exponía a su defensa a tomar decisiones a destiempo. Si puede extraerse una lectura de este comportamiento, además de la inestabilidad de un bloque que ha tirado más de físico y sufrimiento que de orden, es que a Perú le costó competir. No encontró la serenidad.

Perú sufrió para defender su propio campo con continuidad y firmeza

Los dos goles recibidos, el segundo bastante doloroso en lo temporal, al borde del descanso, condenaron la posibilidad de manejar por un momento los ritmos de la final. La segunda mitad fue realmente significativa, pues obligó a Gareca a ir a remolque y pasar a la acción. Y cuando los recursos individuales no son infinitos ni tampoco numerosos, como ya hemos podido comprobar en partidos anteriores, mismamente ante Uruguay, Perú se lanzó con la intención de provocar un ida y vuelta. Gareca entendió que en un ataque posicional continuado sus opciones eran más complicadas, así que aceleró el ritmo, rompiéndose en el intentó, con dos bloques distanciados con el afán de lograr un efecto similar en su rival. Brasil vio la oportunidad de correr y por momentos lo hizo, pero sin suerte. Entonces llegó al expulsión de Gabriel Jesús y ahí sí, Tite prefirió el oficio, encomendándose a Thiago, Casemiro y Allison, sus tres pilares fundamentales en la corona del área y en la defensa de la portería.

Así se llegó a un desenlace que corona a una Brasil nuevamente reciclada, desarrollada con el devenir de la competición, que arrancó on un plan matizado después, en el que Everton y Gabriel Jesús arroparon a Firmino, mientras Dani Alves se puso por montera la Copa América de la que terminó siendo MVP. Sin equipo, y con 36 años, Alves volvió a demostrar que el talento sigue perdurando mientras se alimente de un hambre competitivo intacto. Sin la magia que podía surgir del gran Neymar, Dani ejerció de publicista y rodó un anuncio conquistando a todos los presentes, haciendo de su concurso una continua necesidad que Brasil compró todos los días para competir de la mejor manera.


5 comentarios

  • theblues 8 julio, 2019

    No necesito Brasil ni a su gran estrella, Neymar, ni una gran version de su otro crack, Coutinho, para llevarse el torneo. A Tite le ha bastado con construir lo que no muchas grandes selecciones tienen: un equipo.

    Algunos nombres propios:

    1. Gabriel Jesus. Da la sensacion de que esta para mas que el papel que tiene actualmente en el City, pero a la vez es dificil que tenga muchas mas oportunidades con Aguero, Sterling, Sane y Bernardo arriba.

    2. Casemiro. Jugar al "que hubiese pasado si…" no tiene mucho sentido, pero es evidente que Belgica no hubiese encontrado tantos espacios con Casemiro sobre el cesped. Es imprescidinble en el Brasil de Tite, por si solo incrementa la competitividad del equipo.

    3. Alves. Un autentico verso libre que nunca dejara de sorprender. Quiza por eso me gustaria verlo en la Premier. Parece dificil que, a estas alturas y en un campeonato como la Premier, Alves pueda triunfar, pero con este jugador nunca se sabe.

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  • AArroyer 8 julio, 2019

    @theblues

    Al final es como que Brasil, aunque no rompiera a nivel colectivo y hubiera perdido a Neymar, tenía la calidad suficiente, como equipo, como para ganar "fácil" en una Copa que ha rayado un nivel flojo. Quizás con Chile o Uruguay podría haber sufrido algo más pero ahí estuvo Perú, la gran noticia del torneo.

    La verdad es que nunca hubiera imaginado que Gabriel Jesús fuese la sorpresa táctica de Tite, pero le ha salido redonda la apuesta, tanto en pegada como en movimientos.

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  • Juantelar 8 julio, 2019

    Brasil ha sido lo que cabía esperar, teniendo a Tite en el banquillo y perdiendo a Neymar para el torneo: un equipo consistente, sólido en defensa, pragmático y carente de brillo. Las gotas de mayor talento las debía aportar el astro del PSG, pero sin él prácticamente no ha habido magia, porque además otros como Coutinho o Firmino no han estado a su mejor nivel. Y ha sido Dani Alves el que más ha destacado y el que más pinceladas de creatividad y talento ha dejado. Luego, Everton y Gabriel Jesús han marcado las diferencias en ataque.

    Perú, bastante mérito ha tenido con llegar hasta la final, toda una sorpresa. Pero en general ha sido un torneo bastante soso y de un nivel no demasiado alto.

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  • Potrerito 8 julio, 2019

    Comenzando por la falta de Neymar que no es menor ya que pocos equipos en el mundo (mucho menos selecciones) les sería fácil gestionar la falta de su jugador más talentoso, desequilibrante y creativo; pero diría que hasta cierto punto a Brasil le cayó bien la falta de Ney, al menos de éste Ney tan envuelto en polémicas y de local en un país que todavía no termina de adoptarlo como su jugador bandera. Mérito puro de Tite, para la selecao ésta Copa América fácilmente se podría haber convertido en un calvario; pero había un arropo coral, desde lo táctico hasta lo psicológico, con capitán y bandera en el eterno Alves Tite supo gestionar y hacer parecer un paseo lo que en un inicio no lo era tanto.

    Dicho lo anterior no puedo dejar de reconocer que el menos a mi incluso Brasil me decepcionó un poco, le esperaba un poco más de vuelo, y (no me maten) hasta creo que está ante una generación bastante liviana, faltarán Neymar y si se se afianzan Rodrygo, Vinicius y algún otro le podrán dar otro vuelo, pero hoy por hoy al menos en ésta copa me pareció un Brasil que mostró pocas costuras por mérito propio sin lugar a dudas pero también en gran parte por demérito de los rivales.
    Las circunstancias le han sido favorables para gestionar tranquila un copa en la cual el contexto general del nivel de juego ha sido bastante pobre, por no decir lisa y llanamente bajo; un montón de factores han hecho que ésta Copa haya sido una de las menos competitivas que recuerdo; desde el estado de los campos de juego, la excesiva influencia arbitral-VAR que por falta o exceso de uso lejos de favorecer a uno u otro sólo sumó importancia y relevancia como otro factor en detrimento del juego, cracks cansados y ya mayores de edad, pocas o ninguna selección competitiva que combine un trabajo serio con una generación realmente buena de jugadores, Uruguay en plena transición (y con poca fortuna), Argentina como siempre envuelta en sus propios autoboicots, Chile ya despidiendo una generación dorada que no parece tener recambio, Colombia que nunca carece de talento aún sumando un trabajo táctico todavía sigue mostrando carencia de tesón competitivo a la hora de grandes citas, Perú con Gareca y Guerrero puede molestar y complicar a cualquiera pero todavía carece de muchas cosas para poder afianzarse como referencia, Paraguay puede crecer pero no está ante una generación de jugadores que le vaya a permitir un techo muy alto, Ecuador ha dejado de ser la "Carmelita Descalza" pero no es ni creo será al menos por ahora mucho más que una buena selección suficiente para superar fases de grupos y no mucho más allá.
    Si Brasil espera competir con aspiraciones a otro mundial debe (y creo yo puede) crecer, pero a mi entender no le será suficiente con lo mostrado en ésta Copa América.

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  • AArroyer 9 julio, 2019

    @Potrerito

    Yo creo que Brasil ha dado el justo porque tampoco ha necesitado más, incluso ante Argentina no estuvo cómodo tras el 1-0. Creo que si el nivel general hubiera sido más alto, y hubiera chocado con Uruguay o Chile, hubiera elevado el nivel, peor tampoco tenía, efectivamente, un vuelo y un techo mucho más amplio. Donde brilla Tite es encontrar un constante equilibrio y hacer crecer al equipo desde lo táctico. Tite lo aprovecha absolutamente todo, sus convocatorias me parecen siempre buenísimas desde su punto de vista de ver el fútbol, porque se asegura mucho margen de maniobra para actuar dependiendo de lo que ocurra. Y esta Copa America, en el día 0 y en los posteriores es una gran muestra de su calidad como constructor de equipos.

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