A esta edición de la Liga de Campeones no le falta absolutamente de nada. Con el rey muerto hace ya bastantes rondas, el camino por conquistar el trono ha sido una batalla continua y despiadada con muchos más giros de guion que en la novela fantástica de George R. R. Martin. Como la caballería del Valle de Arryn en el mítico combate entre los bastardos, o como la mismísima Arya en ‘La larga noche’, el brasileño Lucas Moura fue anoche el gran héroe inesperado en la tormenta de espadas desatada entre Ajax y Tottenham. Con tres goles como tres puñaladas en el alma de los de Ámsterdam, el extremo de Sao Paulo fue, como Jaqen H’ghar, el líder de los Hombres sin Rostro. En un Tottenham desconectado mentalmente de la contienda, sin saber muy bien cómo ni por dónde atacar a su adversario para debilitar su defensa, Moura se disfrazó de Son tras el descanso para amenazar al espacio; de Dele Alli para juntar al equipo cerca del área; y de Kane, por supuesto, para obrar por todos sus compañeros al mismo tiempo. Así las cosas, atacando por dentro, por izquierda y por derecha, pasando de la punta a la banda y de la contraria de nuevo al ataque, el ‘27’ del Tottenham apareció entre las sombras para conseguir una proeza que ya es histórica: su primera final de la Copa de Europa.
Pochettino: ningún otro entrenador le ha dado tantas cosas a su equipo durante esta Champions
Si Mauricio Pochettino hubiese dirigido la resistencia ante el Ejército de los Muertos, el número de bajas, seguramente, habría sido más bajo de cuantos acabaron ardiendo en la pira. Hasta el momento, es muy difícil encontrar un técnico que le haya dado tantas cosas a su equipo durante esta Champions entre partidos y durante uno mismo. Tanto en la ida como en la vuelta, así como ocurrió en la anterior eliminatoria ante los de Pep Guardiola, el entrenador argentino se ha pasado los 180 minutos probando soluciones y diferentes alternativas a un problema que, en realidad, no tiene nada que ver con su hoja de ruta. Anoche en Ámsterdam, ante un Ajax dispuesto a sellar su billete a Madrid desde bien temprano, el Tottenham formó desde el inicio con un 4-2-3-1 que, segundo arriba segundo abajo, fue cambiando fondo y forma en periodos no superiores al cuarto de hora. Con Wanyama y Sissoko desde el arranque como doble pivote, con Dele Alli por dentro y Son -izquierda- y Eriksen -derecha- desde los costados, el cuadro Spur entendió que sus opciones de remontada pasaban por hacer de la cruzada una guerra de guerrillas con múltiples focos divididos a lo largo y ancho del tapete. Asumiendo el coste.
Con el primero en contra y antes de llegar al ecuador de la primera parte, el Tottenham ya había cambiado las posiciones de sus tres actores en zona de tres cuartos. El coreano y el danés intercambiaron sus costados, y lo cierto es que una vez consiguió ir cogiendo altura por medio de sus laterales fue poco a poco ganándole terreno al Ajax. Los de Ten Hag, que no pudieron contar con Neres a última hora, mantuvieron su particular 4-3-3 solo que, en esta ocasión, con Dolberg como referencia y Tadic desde la izquierda. Una disposición que, si bien es cierto que mantenía a De Jong como pivote y a sus interiores, Schone y Van de Beek, escalonados en alturas muy desiguales, no le permitió al equipo reconocerse en ciertos tramos del partido. Con Son Heung-min muy encima de De Jong en cada salida rasa de balón, y con Moura, Eriksen y Dele Alli encargados de hacer muy ancha la presión del Tottenham, las circunstancias obligaron al Ajax a improvisar por la derecha su vía principal para sacar la pelota controlada. Con Ziyech retrasando mucho su posición, bajando hasta la zona de Mazraoui para ofrecer el desmarque de apoyo y generar así una situación de superioridad numérica para los suyos, el cuadro de Ten Hag logró esquivar los escollos que le preparó Pochettino antes de alcanzar el descanso.
Lucas Moura hizo de Eriksen, de Son, de Dele Alli y hasta de Kane para acabar derrotando al Ajax
El guion, llegado este punto, le pertenecía al Ajax; que con 2-0 en el marcador y sin sufrir apenas en defensa se podría decir que, con menos balón que en otras ocasiones y con una marcha mucho más desacelerada que ante la Juventus o el Madrid, tenía el partido en una situación inmejorable. Pero el análisis no puede pasar por alto estas dos cosas. Consecuencia, en ambos casos, del posicionamiento y las piezas escogidas por Ten Hag. Con Tadic por izquierda y no desde el carril central, donde jugó todo el tiempo Dolberg, el Ajax careció de la continuidad y la fluidez ofensivas de sus noches más recientes. El ‘25’ de los neerlandeses, menos móvil que el serbio cuando ha actuado como referencia, no le dio a su equipo motivos ni argumentos para correr con ventaja -en situaciones de inferioridad numérica-, y eso, además de restarle cantidad a este Ajax, también, fue una losa en términos de calidad: ya que esto mismo, por otro lado, exigió una carga mayor a Ziyech, que era quien bajaba a recibir en el perfil derecho y acababa conduciendo más allá de la divisoria, y a Van de Beek, a pesar de sus continuos desmarques dentro-fuera y fuera-dentro, de quien requirió demasiadas “acciones al pie”.
“Valar Morghulis”, le hubiese dicho Lucas Moura a los suyos; a lo que estos, continuando la tradición, le deberían haber contestado con el “Valar Dohaeris” de Alto Valyrio. Pero algo parecido, quizás menos fantástico, fue lo que ocurrió ayer en el Johan Cruyff Arena de Ámsterdam. Para secarse el sudor de la frente, el extremo brasileño -que anoche fue extremo, delantero y segundo punta en el dibujo del Tottenham- se pasó la mano unas cuantas veces por delante de la cara para cambiar de aspecto, y de cometido, según las necesidades del contexto. Como Jaqen le enseña a Arya durante varios episodios de la serie, Moura adoptó numerosos rostros y asumió hasta el fondo la interpretación de los mismos. Apoyándose en Llorente, que entró en la segunda parte para descolgar balones por delante de los dos centrales del Ajax, atacando por los tres carriles y desde ninguno al mismo tiempo, Lucas hizo de Son, de Eriksen, de Dele Alli y hasta de Kane, que volvió a verlo todo desde la grada, para eliminar de su lista al personaje más extravagante del reparto. Quizás, quién sabe, el desenlace de esta serie nos haya querido decir algo sobre la ficción. No obstante, lo que está claro es que con menos dragones, menos hielo y muchos menos diálogos que en la novela, el guion de esta Champions está siendo muy superior.
Tikiyuca 9 mayo, 2019
Como me encantaria que eliminaran el gol de visitante…