España mantuvo la estructura de 4-3-3 en Malta, aunque las piezas dispuestas y la estructura defensiva del rival provocaron cerca de una hora de partido bastante tediosa, mostrando la selección muchas dificultades para abrir a un contrario que no se desplegaba nunca hacia la portería de Kepa, pero que tampoco dejaba grietas en su propio campo.
Malta se plantó en un 4-5-1 en el que la clave de su defensa estuvo en el emparejamiento en ambos costados. Mintoff con Gayá y Mbong con Sergi Roberto se empotraban hasta llegar a la altura de la línea de sus cuatro defensas, mientras que Corbolan con Saúl y Fenech con Canales impedían a los dos interiores recibir entre líneas.
España encontró problemas para abrir la defensa de Malta
La única ventaja numérica nacía del dos contra uno que Sergio Ramos y Mario Hermoso tenían contra Nwoko, el punta maltés, aunque ambos centrales apostaron más por el pase para asegurar el envío que por la conducción para dividir la atención en las marcas.
Sólo dos jugadores, desde la acción individual, provocaron desequilibrio. El primero de ellos fue Marco Asensio, que tuvo un inicio de partido bastante inspirado y con algún buen toque generó espacio para los compañeros que se movían en vertical. El otro fue Saúl, que se soltaba del medio campo y provocaba mucha incertidumbre a los centrales locales, que ya tenían bastante trabajo contra un Morata que volvió a trazar movimientos muy productivos.
Dos argumentos que no fueron suficientes para generar desequilibrio de una forma más o menos constante, cuestión que sí sucedió en el tramo final de partido, cuando Robert Moreno dio entrada a Iker Muniain y Jesús Navas, que cambiaron la cara del ataque de España.
Las entradas de Iker Muniain y Jesús Navas cambiaron la cara a la selección española
En el caso del jugador vasco, tuvo mucho que ver el cambio de registro que supuso su entrada en el lugar de Bernat. España salió con un doble lateral en banda izquierda, pero fue curioso que el del PSG no fijase prácticamente nunca su posición sobre la cal. Una tendencia interior que tampoco destapó sus mejores virtudes, por lo que la entrada del jugador del Athletic agilizó bastante el juego entre líneas de la selección española.
Sin embargo, quien cambió radicalmente el ataque y el ritmo del equipo fue Jesús Navas en el lateral derecho. El jugador del Sevilla vive un momento de forma especialmente dulce, como demuestra cada ventaja que genera tras recibir la pelota al pie, pero además reproduce una serie de movimientos que encajan perfectamente en las necesidades de España. Rompiendo en el momento adecuado y dando una amplitud constante –fue fundamental ante la estrecha defensa de Malta-, su participación generó espacios por dentro y provocó ventajas para su equipo su propia producción.
AdrianBlanco_ 27 marzo, 2019
Qué bien le sentó a España, y sobre todo a la sociedad Asensio-Canales, la entrada de Jesús Navas. Porque además de profundidad y amplitud, tirando mucho desmarque de ruptura al espacio, dejó varias acciones de "pelota al pie" en banda que le permitieron (tiempo) moverse a los otros dos con más soltura. Larga vida a este tipo. 😀