Desde las convicciones que Setién y Simeone han conseguido asentar en sus respectivos equipos, los enfrentamientos entre Betis y Atlético de Madrid están derivando en partidos bien jugados pero poco vistosos. No sorprende, puesto que tanto uno como otro entrenador, a pesar de que hayan generado una imagen antagónica, tienen un denominador común.
Setién desde la pelota y Simeone desde el espacio suelen generar escenarios de control para sus equipos. En el Benito Villamarín, durante los primeros 45 minutos, vimos un tira y afloja en el que el Betis no conseguía profundizar, en parte porque no asumía excesivos riesgos y en parte porque el Atlético de Madrid cerraba muy bien los posibles envíos a las espaldas de su doble pivote, por lo que las ocasiones se redujeron casi al mínimo.
En el primer tiempo los riesgos asumidos fueron mínimos, y las ocasiones, casi nulas
Fue así a pesar de que Quique Setién sorprendió con la elección de Wilfrid Kaptoum, un futbolista que ofreció una imagen bastante caótica pero que cuando consiga absorber el ritmo de ejecución de la primera división puede resultar muy útil en el modelo de juego bético, que no anda sobrado de explosividad. El camerunés dejó claro que puede eliminar marcas desde la conducción, y con la calidad asociativa del cuadro andaluz tener un espacio extra puede ser vital a la hora de generar una ocasión. A pesar de su presencia, el Betis no desequilibro y el Atlético no aprovechó un posible error.
Fue Simeone el que decidió mover sus piezas tras el descanso. Habíamos visto un Atlético de Madrid en las últimas semanas que soltaba más a sus laterales y asumía más riesgos en general con balón, y la entrada de Filipe Luis y el paso de Juanfran al perfil derecho demostraba una intención de encontrar caminos hacia el gol que, a pesar de que Morata trazó algún buen movimiento en vertical tras robar la pelota durante la primera mitad, habían sido casi invisibles durante el primer tiempo.
El Betis compitió muy bien en la segunda mitad, tanto a la hora de defender su área como cuando, a través de Canales, ganó tiempo para reducir los ataques del Atlético
Se produjo entonces un efecto que llamó la atención: la defensa posicional bética se mostró realmente firme ante un Atlético de Madrid muy falto de mecanismos en el ataque de espacio reducido, más allá de que Griezmann fuese capaz de intimidar a Pau López gracias a su inmenso talento, y a la resistencia se sumó un Sergio Canales que está pletórico. Fue un Betis que ya enseñó ‘callo’ contra un hueso, lo que refleja a las claras la madurez que está alcanzando el proyecto.
El cántabro es capaz en este momento de dar tiempo a sus compañeros para que lleguen a la altura necesaria, bien para generar una posible ocasión de gol, o bien para conservar la pelota y reducir la posibilidad de ataque del rival. Sus últimos 20 minutos de partido fueron una exhibición de lectura, seguridad, y de marcar diferencias desde lo físico, tanto por su capacidad para cambiar de ritmo y dejar atrás rivales como para aguantar choques y conservar la pelota. El Betis ganó por las convicciones en su plan de juego, pero también por añadir argumentos competitivos como la solidez de sus centrales y sobre todo, el tremendo nivel de Sergio Canales.
Andrés Madrid 4 febrero, 2019
Yo, en lo personal, hace rato me ronda la cabeza que quizá , el gran pero del gran ciclo de Simeone en el Atleti es no conseguir que su equipo tenga una estabilidad a la hora de afrontar partidos donde hay que ganar sí o sí. Alguno más cree que si el Barça hubiese ganado el sabado, el Atleti no perdía ayer? A mi me parece bastante objetivo decir que cuando el Atletico tiene que ganar sí o sí, poco lo consigue. No puede convivir emocionalmente con esas expectativas,al parecer.
Y algo meramente mental en mi opinión. Quizá y este muy solo en esto, pero yo creo que el Cholo los ha convencido al 100% de poder competir, pero no de poder ganar. O mejor dicho, no de tener plena seguridad en la victoria, que debería haber sido el siguiente paso. Es duro, pero la mentalidad de algunos futbolistas del Atletico es la misma que en 2016