Un nuevo interior derecho

El interior derecho del FC Barcelona ha modificado su conducta. Ernesto Valverde ha decidido alterar el fondo y la forma de una de las posiciones más importantes del sistema. Y lo ha hecho de una manera muy consecuente con el sentido de la circulación. Si la temporada pasada la posición de Rakitic -que era quien más frecuentaba dicha demarcación- estaba más relacionada con el pivote (Busquets) que con el extremo (Messi), a diferencia de la etapa de Luis Enrique, en la que el croata debía realizar esfuerzos muy largos hacia fuera para compensar los movimientos del ‘10’ argentino, en esta la actividad del interior está siendo mucho más vertical que lateral. Un cambio que fue efectivo ante el Espanyol, y que desde entonces le ha abierto la puerta a hasta tres futbolistas. Todos ellos con sus respectivas certezas y flaquezas con el sistema.

Ante el Sevilla funcionó muy bien el plan con Rakitic (derecha)

A diferencia de como arrancó la temporada, el interior derecho del Barça viene actuando de una manera muy agresiva sin el esférico. Escalando unos cuantos metros por delante de Busquets, ofreciendo un apoyo vertical a la circulación y aclarando zonas para la diagonal interior de Messi, el rol del interior derecho tiene por objetivo amenazar la espalda de la presión rival, sobre todo cuando por izquierda está Arthur. De esta forma, con el brasileño, Busquets y Rakitic distribuidos a distintas alturas, intercalando pasadores y receptores a lo largo y ancho de la estructura, el FC Barcelona está tratando de darle profundidad a una posesión que no siempre está consiguiendo organizarse en torno a la corona rival. Una idea que, cuando es Vidal y no Arthur el que entra en el medio, está llevando a Rakitic a ocupar indistintamente los dos interiores del sistema 4-3-3.

El FC Barcelona viene sufriendo en su transición defensiva

Pero este mismo plan también entronca sus riesgos. Y no son pocos, de acuerdo a la circulación del Barcelona. Si este método, en principio, está ideado para hacer más directa, natural y fluida la relación entre el balón y el extremo derecho de este sector –Messi o el propio Dembélé, como ante el Leganés-, ocurre que la exposición para la pérdida también está siendo más aventurada. Un filón que el Valencia, a través de Dani Parejo y Rodrigo Moreno, consiguió explotar mediante la pausa del primero y la lectura –con y sin balón- del segundo. Y que podría seguir castigando al FC Barcelona, como sucedió ante los de Marcelino, si la presión no consigue ser efectiva.

Carles Aleñá viene dejando muy buenas sensaciones por derecha

En su visita a Montilivi, no obstante, esta nueva estructura, con Rakitic-Coutinho por izquierda y Vidal-Messi por el sector opuesto, careció de una continuidad posicional a través de la pelota. A pesar de los esfuerzos del chileno por entenderse con Leo Messi, compensando constantemente los movimientos del argentino cuando este acudía cerca de Busquets para recibir o esperaba el envío un escalón por delante, el FC Barcelona no consiguió apoyarse en su posesión para luego dañar a su rival hasta la entrada de Arthur. Un escenario que, sumado al del pasado sábado ante el Valencia, ofreció sus pistas. Aunque, entremedias de uno y otro partido, esta misma prueba, con Rakitic –de interior derecho- como muestra, sí ofreció conclusiones bastante positivas ante el Sevilla en la Copa del Rey. En aquella ocasión, siendo quizás la que más recorrido vaya a tener en el corto-medio plazo, el ‘4’ blaugrana se posicionó por delante de la pareja Arthur & Busquets. Y el resultado, con el croata atacando el área, ofreciéndose de manera vertical y contrapesando los espacios que Messi iba despejando entre la banda derecha y carril central, fue halagüeño para los culés.

De hecho, esta misma disposición llevó a que ante el CD Leganés, en la gran noche de Ousmane Dembélé desde el costado derecho, la referencia más fija en torno a Busquets fue Sergi Roberto. En aquella ocasión, como el pasado fin de semana ante el Valencia CF, el interior derecho no fue Rakitic sino Carles Aleñá. Y el de Mataró también tiene mucho que decir en esta nueva fórmula. Para hacer todo lo que requiere la instrucción –colándose entre líneas, recibiendo de espaldas, girando y habilitando a su par más cercano-, la opción del joven centrocampista de la Masía ya es más realidad que promesa en la pizarra del Txingurri. Una alternativa, de las tres que maneja el extremeño en estos momentos para su interior derecho, que está entendiendo bastante bien la posición. Actúa, a través de la misma, como ‘tercer hombre’ dentro de la circulación. Y, lo que es aún más importante, como peldaño más cercano al área para escalonarse y abrigar al equipo tras la pérdida. Una serie de destrezas que vienen funcionando. Pero que aún, dada la premura, deben superar la verdadera prueba del algodón: fundirse con Messi.