El sistema construido por Quique Setién, fijo e inmóvil en referencia a la zaga y los hombres exteriores, con tres centrales y dos carrileros, muy utilizado en el presente del fútbol europeo, lleva a los dos hombres de fuera a encargarse, en exclusiva, de la amplitud, los 90 minutos de partido, y de la profundidad en similares cuotas de responsabilidad. A diferencia de los sistemas que optan por línea de cuatro atrás, la amplitud puede repartirse entre laterales, hombres de banda y caídas a banda de los puntas. Pero en el 3-5-2, esa misión, de un solo hombre, reduce la cabida de laterales y extremos, lo que obliga a que esas figuras ocupen todo el carril.
«Sí, es verdad que me estoy sintiendo muy cómodo en la posición de carrilero. Me estoy encontrando bien físicamente y arriba estoy teniendo el acierto de dar una asistencia o meter un gol. En Italia era un poco diferente que aquí. Aquí se pide más la implicación defensiva, en Italia me pedían que no bajase tanto, que lo hiciera el carrilero de la otra banda. Es verdad que me he adaptado bien a esta posición y las veces que el míster decide contar conmigo está yendo bien».
Esta particularidad ha llevado, por ejemplo, a que un hombre como Cristian Tello, clásico extremo en 4-3-3, tanto en Barcelona como en Oporto, sea carrilero, un papel que va a tener que desempeñar, al menos a priori, pues los precedentes parecen encaminarle a ello, ante la baja de Junior Firpo. Siendo extremo puro, a Tello le sale natural pincharse sobre la cal y esperar su oportunidad. Sabe que es la pinza que estira la sabana sobre la cuerda de tender, y que cualquier movimiento hacia dentro antes de que le llegue el balón es el principio de algo no deseado. Tello abre el campo y espera.
«Siempre he estado más cómodo en la izquierda, desde pequeño he jugado en extremo izquierdo y tengo ese hábitat más cogido. En la derecha me he sentido cómodo y he entrado bien en ataque. Puedo jugar en muchas posiciones y eso es importante».
Al no poder incorporarse al espacio, sus virtudes a la hora de encarar y sacar ventaja de su primer paso ante el defensor permite a Setién tener una fuente de desborde en el uno contra uno, seguramente la gran diferencia con respecto a la llegada de Junior, mucho más presente y cómodo en un juego de transiciones. Esto toma mayor importancia porque Tello hace jugadas de extremo a pie cambiado, perdiendo algo de calidad en el centro al área, con su pierna buena enfocada a la diagonal y no a la línea de fondo y pase atrás. De igual modo, si el Betis encuentra espacios en transición ante una presión alta, escapando de ella con su habitual destreza, el catalán tiene uno de los mejores motores de la plantilla para acelerar hacia portería. Tello, con quien el Betis suma números muy positivos, es una gran alternativa para su enrenador.
David de la Peña 5 enero, 2019
Tello ya jugó en la Fiorentina en esa posición , no de forma regular, pero era utilizado ahí con cierta frecuencia. A mí me da la sensación de que Junior, a nivel de sistema, encaja mejor para el rol. El Betis traza por dentro y lo que necesita que suceda por fuera son rupturas rápidas y constantes.
Aquí hay una diferencia con Tello, que ese movimiento lo suele hacer en situaciones de transición y no en ataques posicionales, donde es cierto que Tello deja jugadas más autosuficientes. Creo que aquí depende un poco del escenario del encuentro y lo que exija el rival.
En situaciones de transición, que el Betis consigue muchas veces si el rival presiona arriba, sí es cierto que hay una diferencia importante, porque creo que tanto uno como otro son muy dañinos en rupturas, pero creo que los trazos de Tello (esa diagonal hacia dentro, la forma en la que ataca el espacio), van a acercar más al Betis al gol. Me parece un debate muy interesante, la verdad.