Lo que el Manchester United consiguió anoche en Turín no es para nada sencillo. Muy inferior a su rival durante prácticamente todo el encuentro, el cuadro de José Mourinho remontó sobre la campana un partido que tenía perdido a menos de cinco minutos para el final. A balón parado, desde un golpeo directo de Juan Mata y un cabezazo en propia puerta (Bonucci) en el segundo palo, el equipo británico consiguió un resultado de oro a domicilio del conjunto más fuerte del grupo. El United consiguió así una victoria de esas que refuerzan –más por lo anímico que por cualquier otro motivo- y sobre todo hacen equipo, en la jornada en la que todas las crónicas concordarán que lo de anoche, en clave Juventus, fue un accidente.
Cristiano Ronaldo marcó la diferencia desde la punta de la Juve
De cabo a rabo, y a excepción de esos últimos compases de desconcierto, la Juventus fue muy superior a su rival en todos los aspectos del juego. Haciendo uso del espacio, como más le gusta a Massimiliano Allegri, el cuadro bianconero se hizo dueño del partido con la posesión y sin ella. A través de un 4-4-2, con Cristiano Ronaldo y Dybala en la línea más adelantada, y con Cuadrado y Bentancur por fuera, la Juventus intercaló tramos más reactivos con otros más proactivos en función del esférico. Así, a caballo entre uno y otro planteamiento, Cristiano Ronaldo hizo valer su condición para dominar la primera parte a través de sus movimientos. El repertorio del luso, muy intuitivo en su toma de decisiones, tanto para alejarse como para acercarse de la pelota, y de lo más ambicioso para cubrir el ancho del ataque con sus desmarques y sus apoyos, fue lo que le faltó –que no es poco ni quizás lo único- a la estrategia de Mourinho.
A lo largo de la primera mitad, el Manchester United trató de juntarse en torno al esférico. Con Ander y Matic en medio campo, en un sistema que tenía más de 4-2-3-1 que de 4-3-3 en salida de balón, el técnico portugués ideó una serie de movimientos alrededor de la pelota que, como rige la clásica teoría de la manta, en lugar de reagrupar al equipo lo único que consiguieron fue alejarlo de la portería contraria. Con los pies y la cabeza al descubierto, por mucho empeño que le pusiera el colectivo por permanecer dentro de las cuatro esquinas, esta serie de desajustes con el balón fue lo mismo que un caramelo en la puerta de un colegio para la Juventus. Con Lingard cayendo por dentro, separándose así del costado derecho, y con Herrera, Matic y Pogba en una parcela muy pequeña, el plan del United se quedó especialmente corto a los lados y por delante del esférico. Alexis, que partió como punta en solitario, no consiguió tender la línea con la que girar el medio campo bianconero. Y Shaw y Young, desde fuera, se vieron continuamente envueltos en la (des)ventaja 2vs1 que preparó Allegri en dicha zona.
El Manchester United acabó remontando el partido a balón parado
Así, ante un United muy poco profundo en sus acciones ofensivas, a la Juventus no le hizo falta presionar arriba ni lanzarse al espacio para hacer daño en sus acciones. Cristiano atraviesa un momento de forma muy dulce. Y eso, traducido en volumen de juego, fue lo que metió de lleno a la Juventus en el área defendida por De Gea. Con el luso en continuo movimiento por delante de los pasadores, los Dybala, Cuadrado, Bentancur, Khedira y Pjanic encontraron en su número ‘7’ el mejor argumento para llegar e instalarse en 3/4 de campo. Una estrategia a lomos de su principal referencia ofensiva que sirve, además, para ponerle explicación al hecho de que esta Juventus acabe todas sus jugadas con 4-5 futbolistas cargando el área. Una superioridad posicional, apoyada en lo táctico, con la que la Juve, además de imponerse sobre el tablero, probó que la ambición de su crack es directamente proporcional al pico de forma.
Pero el resultado le acabó perteneciendo al Manchester United. Ya con el marcador en ventaja, Allegri decidió echar mano de viejas fórmulas para este tipo de noches, y acabó el partido con Barzagli –en lugar de De Sciglio- como teórico lateral derecho, en la misma parcela que Bonucci, Chiellini y Álex Sandro. Una elección que llegó poco después de la entrada de Rashford, Fellaini y Mata. Y si bien es cierto que el empate y el posterior uno a dos no puede corroborarse que sea consecuencia directa de la entrada del defensor italiano. Lo cierto es que estos últimos minutos son los típicos que sirven como ejemplo para demostrar que la Copa de Europa no entiende de despistes. Ni de dominios. Ni de algoritmos. Sino que lo único que cuenta es ganar. Pues por algo, después de tantos años, hay algo que permanece inviolable: no existen favoritos.
roumagg 8 noviembre, 2018
El cambio de Barzagli para quitar del campo al lateral derecho o subirlo al centro del campo está siendo algo habitual esta temporada, y nunca le ha salido bien a Allegri. Siempre perdía sensaciones a partir de hacerlo; ayer perdió las sensaciones y el partido. ¿Que no se puede establecer una relación directa entre el cambio y los goles del Utd? No lo tengo tan claro. Al final, sale en el mejor momento de la Juve en el partido, con ventaja en el marcador y rajando al Manchester a la contra cada poco tiempo, con ocasiones claras para sentenciar, y el efecto de la entrada de Barzagli es inmediato. Además, la falta del gol de Mata viene si no recuerdo mal después de unos segundos con una internada por la derecha en la que Barzagli es regateado con facilidad y salta a donde no debe dejando el juego libre a su espalda y en el pico del área . Es obviamente un indemostrable, pero creo que si Allegri no hace ese cambio la Juve gana el partido incluso por más de un gol, porque antes del cambio habían perdonado Cuadrado y Pjanic.
Por parte del Manchester, me resulta incomprensible que el centro del campo Ander-Matic-Pogba no sea la base innegociable desde la que parta Mourinho. La poca bola que le ha dado a Martial hasta hace pocas semanas también era dificil de explicar. Equipo más serio con estos dos elementos, aunque ayer fuese muy inferior a una Juve con bajas importantes.