La Bundesliga se ha preparado para un escenario que no vivía desde hace casi un lustro. La remontada del Borussia Dortmund ante el Bayern Munich trae consigo consecuencias clasificatorias y futbolísticas que llevan al conjunto amarillo a lidiar con renovadas y actualizadas expectativas, situándolo en la definitiva carrera por el título. Los de Lucien Favre sacaron provecho de sus principales virtudes, las cuales vuelven a coincidir, esta vez con especial determinación, con las relevantes carencias del campeón bávaro, una concatenación que modifica lo establecido y eleva el techo del actual líder. En un encuentro en el que ninguno se sintió cómodo encontrando sentido a la superioridad en el marcador, la victoria explicó que en las acciones realizadas por velocidad, este BVB tiene una capacidad extraordinaria para hacer rotos por todas partes.
Favre concedió siempre espacios para sus hombres ofensivos
Bajo ese prisma, Lucien Favre entendió el importantísimo duelo ante el todopoderoso Bayern cediendo por completo la iniciativa, una decisión que activaba su dinámica de movimientos en ataque, generando espacios para que Sancho, Reus, Götze y Larsen atacaran la retaguardia conformada por Javi Martínez, Boateng y Hummels, jugadores que van descendiendo en capacidad para defender espacios amplios a su alrededor. Así, Favre no sólo cedió balón y actitud en la presión, sino también muchísimos metros. Desde el inicio, el BVB defendió muy abajo, mezclando coste de oportunidad para salir a la contra con el riesgo de encontrar mucho centro al área, el principal plan de Kovac, que sumó a Thomas Müller como mediapunta de Robert Lewandowski. Y así se generó el 0-1. Gnabry, Ribery, Kimmich y Alaba sumaron muchos efectivos por fuera y un despiste en el costado derecho le otorgó al Bayern la primera ventaja.
Lo que fue pasando después fue un cúmulo de situaciones tácticas y anímicas, superpuestas, que dejan entrever los importantes problemas del campeón germano para gestionar desde el control el ritmo del partido. El principal problema bávaro, más sin Thiago Alcántara, reside en su muy baja calidad en la posesión. Sin centrocampistas de renombre en ese aspecto y sin intención ni dinámica en el tiempo construidas por su cuerpo técnico, el escenario de 0-1 no fue algo insalvable para su rival, sobre todo porque, a diferencia de otros años, el Dortmund habría dudado mucho a nivel mental al verse en inferioridad ante el Bayern. Pero entremezclando la confianza y su habilidad para incidir en el cambio de ritmo y en las combinaciones agresivas, el BVB se fue metiendo en el partido.
Dahoud, Reus y Alcácer fueron demoledores para Kovac
Así, aumentando la sensación de descontrol, apareció la figura de Marco Reus. El plan de Favre está ubicando a Marco y Mario (Götze) como falso ‘9’ y mediapunta, pero sin roles fijos. Como su equipo crece en las transiciones, les sale natural venir cada uno al apoyo o a los costados con facilidad. Siendo Jadon Sancho la catapulta que activa el contragolpe, los dos grandes talentos alemanes van revoloteando, un verbo que al físico de los zagueros del Bayern le sienta como un tiro. De ahí que el ritmo de las jugadas, las más determinantes y potencialmente ganadoras, corrieran a cargo del equipo de Favre. En el último tercio del encuentro, Favre dio entrada a un Dahoud que se convirtió en uno de los hombres de la segunda parte. Finísimo en lo técnico y acertado en todas sus decisiones, complementó a la perfección la primera recepción de Witsel y junto a Alcácer pusieron una puntilla del todo coherente con las virtudes propias y las dificultades de un Bayern que sigue en tierra de nadie.
AArroyer 11 noviembre, 2018
Esto es lo que se podía prever de un pedazo de entrenador como Lucien Favre. Dirección de campo absolutamente top, determinante, precisa y competitivamente ganadora, haciendo un daño terrible al Bayern. Dahoud y Alcácer salieron en el momento exacto y con la intención milimétrica. Qué bien Favre, enorme respuesta.
Del Bayern… lo que se viene percibiendo, lo que de alguna forma se anticipó con Ancelotti -plantilla descompensada, con piezas desgastadas-, y que arregló milagrosamente Heynckes, peor ahora vuelve a verse algo muy similar.