Un nuevo partido cada cinco minutos | Ecos del Balón

Un nuevo partido cada cinco minutos


Seguramente ni todo el hielo del mundo podría controlar una sola de las emociones que un jugador de River Plate o Boca Juniors puede sentir hoy. Movido por la trascendencia de un hecho desconocido en la historia, hasta el más experimentado tendrá difícil reconocer en su pasado de su currículum vital cualquiera de los momentos que pueden darse esta noche. «Es la final más importante de mi carrera», acertó a decir el jugador, de largo, más curtido de la vuelta de la final de la Copa Libertadores 2018, Carlos Tévez. Las circunstancias, marcadas en la previa por no comparecer valor doble de los goles y quedar empate en la ida, derrocha condición de única y límite. Y por lo visto en la ida, ambos equipos tienen con qué atraparla, sabiendo que el partido puede cambiar cada cinco minutos.

El partido contó en la ida con suficientes alicientes para cambiar constantemente

Con esa exigencia mental acuden y se citan Boca Juniors y River Plate. Si en la ida ambos entendieron que deben dar salida a todo tipo de arrebatos momentáneos, que no condicione el miedo que puede suponer guardar un marcador con excesiva precaución, el ritmo del encuentro parece que querría tener continuidad en esta segunda velada. Y es que los dos colectivos mostraron espíritu y atrevimiento. Puede quedar condicionada la calidad en determinados parámetros, pero por lo observado en el primer envite, hay argumentos que hacen pensar que nada más comenzar o más avanzado el partido, Gallardo y Schelotto tienen con que intimidar y cruzarse lejos de la orilla. La defensa de tres centrales habilitada por el ‘Muñeco’ y la doble punta y posterior entrada del Apache por parte del ‘Mellizo’ conformaron un escenario en el que tanto la táctica como el talento individual pudieron marcar momentáneas diferencias.

La baja de Borré necesitará de otras piezas que compensen en la última línea

Por el lado millonario, la ausencia de Rafael Santos Borré es más sensible de lo que parece. Cuando River logró fijar fuera con los carrileros a los laterales locales, Gallardo halló un espacio de superioridad tanto numérica como posicional en el que caían Borré en el apoyo, o ruptura si se daba un contragolpe, y el Pity Martínez a la espalda de Pablo Pérez. Esa circunstancia otorgó a River una ventaja para encerrar a Boca, más tras la baja de Pavón por lesión.

La no comparecencia por tanto del punta colombiano, añadida a la de Ignacio Scocco, demandará un trabajo más versátil de Pratto y probablemente mucha mayor presencia, por autonomía y galones, de Exequiel Palacios. En las fases con balón, River, con casi total seguridad, encontrará muchos momentos en los que Boca garantice la defensa del ancho y de los espacios interiores. Schelotto tomó nota de las posibilidades que le asegura su 4-4-2 cuando configura la medular con un centrocampista de corte más posicional. De ahí que River trate de igualar con buen pie, desborde y, no es nada descartable, repetir la defensa de cinco para generar desajustes en zona de mediapuntas.

Gallardo: «Lo que buscamos es imponer nuestro juego. Contra Gremio se nos dio por cómo fue el partido y contra Boca se dio durante la primera media hora o más: impusimos cómo queríamos jugar el partido, imponer nuestras condiciones (…). Sobre los tres centrales… la idea es siempre crear una idea o plan de juego que le vaya bien a nuestros jugadores y después acoplarlo a lo que le puede venir mal al rival. Decidimos jugar así con la idea de imponer nuestras condiciones.»

La manera con la que Boca, por tanto, supo dar la vuelta a este escenario táctico incide por completo en cerrar el espacio interior con tal de ganar continuidad defensiva y minutos de solidez, generar incomodidad en las recepciones interiores del rival y poder salir de dos formas: directo con Ábila y/o Benedetto o con la ayuda de Tévez como segundo punta. Y es que Schelotto tiene claras diez piezas. Le falta una que sume equilibrio y capacidad de transitar. Así, Boca acude al Monumental con la duda de reemplazar, de modos muy diferentes, la baja de Cristian Pavón, el jugador más autosuficiente y potente una vez se recupera la pelota. Su baja manda un mensaje directo a la vertiente más agresiva de Boca, una que seguro Schelotto no puede reproducir.

Schelotto sobre Tévez: «Para su inclusión tuve en cuenta su pasado, su nombre, su trayectoria, su experiencia. Creí que se iba a meter rápido en el partido y lo hizo. Y que iba a sacar ese plus que tiene por su relación con Boca. Creí que lo mejor era que entrara él y me parece que lo hizo muy bien».

Sabido que sin balón dispone de efectivos que muerden incondicionalmente, sin lagunas de calado en campo propio, caso de Nández, Pérez y Barrios, parece que Tévez ha de tener un peso relevante en la ofensiva xeneize. Ante la falta de velocidad, la creatividad y la identidad que suma el veterano delantero argentino es una carta que Schelotto deba de usar, seguramente, desde el primer momento. El impacto de su figura a los lados del mediocentro, a una altura diferente a Benedetto o Ábila, es un desahogo de primer nivel para Boca si River y Gallardo hacen suyo el ritmo del choque. Los toques, la protección de balón de espaldas al arco y su intimidación cerca del área serán una de las razones por las que la final de hoy sume todo el atractivo que se le presuponía.


5 comentarios

  • AArroyer 24 noviembre, 2018

    No me extrañaría nada que River acoja de nuevo la defensa de tres, porque le permite dominar el ritmo del encuentro, tanto si va 0-0 como si va por delante. Con Ponzio puede darle más altura a Pity y Exequiel, que son amenaza viviendo en campo contrario.

    Por otro lado, creo que Tévez va a entrar desde el inicio. Aunque se entendería que lo hiciera más adelante. Lo de Tévez es muy simple. Reúne todo lo que se necesite para jugar y ganar esta final en clave Boca. Cada minuto que esté en campo, Boca va a poder agarrarse a él. Y no es espiritual, que está claro, es que es un jugador que está por encima de todo a nivel futbolístico, por mucho que haya perdido exuberancia.

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  • AdrianBlanco_ 24 noviembre, 2018

    Tengo mucha curiosidad por ver el once de Gallardo. A ver cómo suple la baja de Borré. Y, especialmente, por ver qué rol le otorga a sus dos interiores. Lo del Pity en la ida fue muy descarado: se quiso colar todo el tiempo a la espalda de Barrios. Mientras que Palacios contribuyó más en ese primer pase. No espero ningún dominio asentado, ni mucho menos. Pero por eso mismo, si el partido vuelve a ser abierto, creo que puede ser clave. Vaya sábado de fútbol se nos viene por delante. 😀

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  • HBrianL 24 noviembre, 2018

    Qué partido verán en directo? Este River – Boca o el Atl. Madrid – Barcelona? 😀

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  • Maci 24 noviembre, 2018

    Amigos europeos, bienvenidos a la Argentina

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  • Maci 24 noviembre, 2018

    Lo bueno es que en España pudieron ver el Atlético – Barsa sin problemas.

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