Ronald Koeman lo está logrando. Tener de compañeros de viaje en esta fase de grupos de la recién estrenada UEFA Nations League a las dos últimas campeonas del mundo no ha significado una dificultad, sino una oportunidad extraordinaria para darle sentido a todo su trabajo al frente de la selección holandesa. Enfrentarse a Francia y Alemania ha servido para acelerar, de manera productiva y natural, la progresión de una generación de jugadores, en determinados puestos, ahora sí, del todo ilusionantes. Medirse a equipos de tanta experiencia y calidad, por más que los alemanes continúen buscándose, ha permitido a los holandeses sentirse con la legitimidad de reclamar lo que nunca debió perderse. Esta Holanda va muy en serio.
Ante la vigente campeona del mundo, la Francia de Deschamps, Griezmann y Mbappé, la oranje cuajó un partido notable y valioso desde todo punto de vista. Intenso, inteligente, preciso y profundo, el colectivo holandés se adaptó a las mil maravillas a lo que supone asumir la iniciativa con balón ante un equipo que cuenta con Kylian Mbappé. Sin Umtiti, Lucas o Pogba, pero con la idea siempre definida y con la carta del crack del PSG bajo el brazo, tener la paciencia y la calidad para ganarle un partido de ritmo bajo y mucha posesión a les bleus es una trampa de la que parece preferible mantenerse alejado. Por eso, Holanda hizo todo merecimiento para sacar conclusiones. Koeman y sus futbolistas lo calibraron todo francamente bien.
Van Dijk y De Ligt estuvieron sobresalientes sobre Mbappé
Francia se ordenó en un novedoso 4-3-3, en el que Griezmann y Mbappé ocupaban los flancos, mientras Nzonzi sustituía a Pogba. Posicionados así, el conjunto galo concedió los primeros 50 metros del campo a los holandeses con tal de que de sus propias decisiones aparecieran las pérdidas con las que Francia lograría transitar e ir incidiendo en el aspecto emocional del partido. Pero Holanda fue increíblemente paciente y no por ello estático. Con calma, teniendo De Jong metros para orientar la salida, y con unos dominante Van Dikj y De Ligt, los hombres de Ronald Koeman dieron por bueno su papel en la cita ante Francia. Con un intercambio posicional muy líquido entre sus tres hombres de ataque, y con toques muy precisos y directos en cada recepción en banda, la circulación local no se frenó, siempre tuvo argumentos a su alrededor para ir ganando metros y posiciones. Aunque las ocasiones no fueron claras ni constantes, Holanda estaba haciendo lo que se deba hacer ante esta Francia.
Pero lo mejor llegaría tras el descanso. Con marcador a favor, los holandeses mostraron signos competitivos de selección creciente, y aunque tuvo que ver mucho con su gestión de la posesión, se comprobó que son un equipo preparadísimo para aprovechar escenarios de marcador a favor para transitar con espacios. En ambos contextos entraron sus tres hombres más determinantes en la definición de las jugadas, y no necesariamente en la portería contraria. La capacidad de sus dos centrales para someter y controlar la velocidad de Mbappé y Griezmann y la libertad de la que gozó un fantástico Memphis Depay para castigar por múltiples zonas del campo confirmaron a esta Holanda como un equipo que ha quemado etapas a la velocidad adecuada para no tener que esperar más.
AArroyer 17 noviembre, 2018
Pues esta Holanda ya está entre nosotros para volver a competir en altas instancias. Ojo al tema de su pareja de centrals porque Van Dijk es un top-3 actualmente en mi opinión y De Ligt va para referencia en los próximos 2-3 años, en cuanto llegue a una gran liga. Y Koeman haciendo un trabajo fantástico en cuanto a versatilidad. Victorias ante Alemania y Francia, sin demasiada calidad en determinados puestos al máximo nivel pero con un bloque sólido y 4-5 jugadores de mucho nivel. Y con la Eurocopa en 2020, teniendo tiempo para seguir creciendo. Me gustaron mucho ayer.