La Copa siempre es sinónimo de ilusión y rodaje para la amplia mayoría de sus participantes. Y con ese espíritu, bajo el pretexto de la ida de dieciseisavos, Leganés y Rayo Vallecano midieron sus fuerzas anoche en Butarque. Con los dos onces repletos de los rostros menos habituales, el empate a dos definitivo -después de que el Rayo llegase a estar cero a dos- dio testimonio de las múltiples dificultades de uno y otro. Un partido que fue cambiando de manos constantemente. En el que el Leganés, con Gumbau y Vesga como doble pivote, quiso armar su juego desde una manera más posicional; y en el que el Rayo, de inicio, quiso correr con Bebé y Álvaro desde fuera. Un encuentro que sirvió, además, para que Pellegrino y Míchel tomen buena cuenta de sus dos atacantes: En-Nesyri y Álex Alegría. Uno al espacio y el otro por alto fueron las dos mejores noticias para Leganés y Rayo. Dos conjuntos que, a estas alturas de la temporada, no van sobrados de certezas precisamente.
Álex Alegría fue el gran nombre para el Rayo de Míchel
En casa y ante un Rayo Vallecano que rápidamente se armó en un bloque medio-bajo, el Leganés fue el primero en asumir la iniciativa. Lo quiso hacer desde atrás, saliendo desde sus centrales, con los laterales muy cerca de la divisoria, con un doble pivote presto a recibir perfilado y con un comportamiento en zona de 3/4, con Rolan –pinchado al lado izquierdo-, Eraso –en la corona del área- y El Zhar –de fuera hacia dentro, para despejar el carril a Nyom-, muy coherente con la manera en la que se protegía el Rayo. Sin embargo, en la práctica, el desarrollo no fue tan lucido. Este Leganés, como viene demostrando semana tras semana en LaLiga, tiene serias dificultades para acercar el balón al área. Y eso, que es consecuencia de ciertas inconexiones tácticas, es lo que anoche le volvió a pasar factura ante el 4-1-4-1 de los de Míchel. El conjunto pepinero, que llegó a instalarse en campo rival durante largos tramos de la primera mitad, volvió a carecer de ideas y/o gestos técnicos que le hicieran mandar el balón hacia fuera en ventaja -para que este fuese puesto en el área en las mejores condiciones-. Y ahí, como es razonable, En-Nesyri brilló menos que en la segunda parte.
A pesar de tener el balón más tiempo que su rival (61-39), el Leganés fue incapaz de juntarse en torno a sus propios pases. Algo que se tornó en una ocasión de peligro para Lunin en cada robo del Rayo en su propio campo. Con Álex Alegría arriba, gestionando el juego directo de los suyos, y disimulando, a su vez, las dificultades creativas de este Rayo, que jugó con Imbula por delante de centrales, el cuadro vallecano encontró una vía de escape en el salto de su delantero centro. El extremeño se llevó hasta nueve duelos aéreos ante Omeruo y Siovas. Y ese manejo del espacio por encima del césped fue, tanto en fase repliegue como en los tramos en los que la posesión estuvo más dividida, el argumento de mayor profundidad para el Rayo. Desde su ya clásico 4-1-4-1 (sin balón), en el que Pozo –interior izquierdo- y Trejo –derecho- acuden a la presión según la dirección que le da el rival a su fase de salida, el Rayo, que no rehuyó de iniciar el juego desde atrás, aprovechando la movilidad de estos dos y el entendimiento entre ellos mismos, organizó su propuesta con un enfoque más vertical. Más directo. Y donde Alegría supo imponerse varias veces lejos del área de Lunin.
La velocidad de En-Nesyri puso en aprietos al Rayo Vallecano
Tal y como lo hizo En-Nesyri en la segunda mitad, una vez que el balón pasó a estar más repartido entre los dos equipos. El marroquí, que empezó la noche en punta y la acabó –sustituido- al lado de Carrillo en un 4-4-2, se fue amoldando poco a poco a la línea defensiva del Rayo Vallecano. Con desmarques de ruptura cortos pero muy explosivos, atacando directamente a Dorado por el perfil izquierdo de la parcela, En-Nesyri se adueñó del tiempo. Llegó a controlarlo hasta tal punto que cada arrancada suya, con el Leganés metido de lleno en el partido y en el resultado, sacudió la estructura del Rayo, como así ocurrió en el dos a dos definitivo. En Nesyri y Alegría fueron, muy al pelo con estos días que corren, los mejores disfraces de Leganés y Rayo. Ambos, a finales de octubre/principios de noviembre, empiezan a saber ya qué es lo que quieren. Pero ahora, una vez decidido esto, falta lo más importante: saber elegir cómo, quién y dónde. Formar un argumento que los lleve a competir.
AdrianBlanco_ 31 octubre, 2018
Qué delantero tan aprovechable para Primera me ha parecido siempre Álex Alegría. Pero qué poco, en cambio, le estamos pudiendo ver en el Rayo. Su partido en Butarque, insisto, fue muy positivo. Y para según qué contextos creo que puede ser una pieza muy útil para Míchel; siendo un perfil distinto al de RdT.