El dubitativo arranque de muchos de los equipos más potentes del fútbol europeo obligan a poner un asterisco en el deficiente rendimiento del Bayern de Múnich en los primeros pasos del proyecto de Niko Kovac en su banquillo. La calidad de la plantilla bávara vuelve a situarla de forma indiscutible como principal candidata a ganar la Bundesliga, y en un año postmundial de pretemporada corta, es lógico que las cosas tarden en carburar, más si, como es el caso del gran gigante alemán, hay que empezar de cero.
Yendo esto por delante, no hay que pasar por alto que el equipo por el momento está mostrando dificultades. Aunque en la Liga de Campeones el comportamiento está siendo ligeramente distinto, sobre todo por la figura del mediocentro, donde Javi Martínez está teniendo un protagonismo del que carece en el campeonato local, son algunos problemas de más profundidad los que deben preocupar al exinternacional croata, que el día a día de la Bundesliga está dejando ver.
Los primeros pasos de Niko Kovac en Múnich están marcados por la posición de Thiago
La medida que por el momento más está llamando la atención es la de Thiago Alcántara como mediocentro, que más allá de que el futbolista genere debate sobre la idoneidad de ese rol para su juego, deriva como problema principal en cómo está siendo rodeado. El internacional español es un jugador, ya le conocemos, muy intervencionista, que se mueve muchísimo por toda la base de la jugada y que desde ahí, exhibe su gesto técnico para superar situaciones de presión.
La forma de compensar esa movilidad está siendo un problema para el Bayern. Con los laterales sin terminar de acercarse a zonas centrales -sobre todo lo hace Alaba para cazar rebotes en la frontal del área rival, pero no para juntar pases- y con unos interiores que se despegan mucho del mediocentro -si no está Javi Martínez, a Thiago le han acompañado Müller, Renato Sanches o Leon Goretzka-, al final el canterano culé encuentra casi siempre líneas de pase muy lejanas. Su técnica de golpeo no está desarrollada desde la preocupación de que la pelota llegue limpia al compañero para que la jugada continúe -de hecho su pase más productivo suele producirse en la corona del área-, así que si el sistema no le da facilidades, la circulación se espesa.
El canterano culé está haciendo grandes esfuerzos, tanto para recibir la pelota como para defender
Thiago responde moviendo mucho la pelota de un lado a otro y haciendo gala de su elegante conducción para progresar y acercarse a sus compañeros, algo que tampoco está repercutiendo positivamente para que desde el sistema se someta al rival. A nivel posicional está habiendo otro problema, ya que como los interiores se despegan tanto, Thiago acaba las jugadas bastante arriba para acompañar, y obliga a achiques muy largos a Hummels, Boateng o Süle. Los centrales del Bayern están dando la sensación de estar lejos de su mejor nivel, pero es cierto que de momento el sistema les está obligando a hacer esfuerzos bastante largos. El pase no junta al equipo en campo rival y al final los zagueros están viéndose penalizados a proteger mucho terreno.
El Bayern, además, está teniendo problemas para desbordar a su rival en el ataque posicional. Es algo que ya habíamos visto suceder el curso pasado siempre que Kingsley Coman no se encontraba en el terreno de juego, y este curso Robben, Ribery, o un James lejos de la continuidad en la participación que demanda su forma de entender el fútbol, no están regateando a partir de recepciones en los picos del área. El indiscutible talento de Robben y Ribery deja toques determinantes, pero no un desequilibrio constante, algo que dada la estructura de ataque que está configurando Kovac, resulta esencial.
Kovac no ve a James Rodríguez como un gestor de jugadas, y sí como un finalizador de las mismas
La posición de Müller como interior derecho -algo que está sucediendo con mucha continuidad-, lo demanda claramente. Guardiola ya dibujó al Bayern en ese 4-2-4, con dos extremos recibiendo muy abiertos y Lewandowski y Müller cargando el área, pero lo compensó cerrando mucho a los laterales y potenciando a auténticos regateadores, caso evidente de Douglas Costa, que antes de enviar la pelota al área habían generado una ventaja que limpiaba la opción de remate a los dos tiburones.
Este Bayern, sin embargo, esta centrando antes de tiempo, sin dar espacio a esos dos puntas que están llegando a cargar el área, lo que no conduce a situaciones de finalización claras. Después de eso, la distancia entre Thiago y los centrales está provocando que veamos a un equipo que no termina de controlar de verdad el juego. Kovac, no obstante, tiene recursos de sobra para que la situación mejore en el cuadro bávaro desde la pizarra, aunque hay un problema que parece más difícil de subsanar: la dependencia de Coman en el uno contra uno ofensivo, a la espera de ver cuánto puede dar Gnabry en su regreso a Múnich para saber si es realmente una alternativa.
Albert Blaya Sensat 9 octubre, 2018
Es un caso claro, el del Bayer, de pérdida inapelable de jerarquía y calidad. Que Müller hace ya 2/3 años que ha dejado de intimidar, y sin esto, se queda en casi nada. Robbery es lo que es, una pareja de extremos enormemente buenos, pero superando de largo la treintena, por lo que no se les puede exigir lo que a Kovac le gustaría. Lewandowski también ha dejado a deber y el MC no se ha reforzado. Solo Kimmich y James me parecen piezas realmente decisivas, y no es suficiente.