Gareth Southgate sigue sumando simplicidad y eficacia en todos sus planteamientos. Al entrenador inglés le salió a la perfección su plan de repliegue más contragolpe ante la España de Luis Enrique, pues consiguió transitar continuamente y juntar robo en mediocampo e interceptación en defensa para castigar el mal día que España tuvo a nivel de precisión con balón y posicionamiento en campo contrario. Tuvo un día especialmente raro y negativo el conjunto de Luis Enrique, que se encontró en mitad del escenario más contraproducente para sus intereses… y para el de sus zagueros. En cada salida inglesa al contragolpe se constataron las dificultades españolas, que tuvieron en su alineación y en su puesta a punto individual algunas circunstancias a valorar.
España salió especialmente imprecisa, condicionando su posicionamiento
La idea inglesa, además, mostraba adecuación total a los jugadores y a los planes de esta España. Los británicos armaron un 4-5-1 de altura más baja que media pero con el matiz de que sus interiores saltaran a por el interior español del costado del balón para ensuciar los pases y crear inestabilidad en las recepciones. Especialmente interesante fue el comportamiento de la dupla Harry Winks y Raheem Sterling. En el sector de Ramos, el interior del Tottenham y el delantero del Manchester City iban mezclando presiones, deshaciendo la línea de cinco hombres. El plan era reactivo pero contaba con matices protagonistas en lo defensivo para poder forzar robos a media altura y negar así la profundidad. Ocurrió que, además de la buena ejecución de esta idea por parte inglesa, con la línea de cinco medios interpretando bien los espacios, España estuvo extraordinariamente imprecisa en técnica y ocupación de espacios.
Inglaterra mezcló muy bien el repliegue con la presión
De entrada, el combinado español saltó con un sector zurdo excesivamente plano en el juego en parado. Marcos Alonso recibía siempre en posiciones fijas, mientras Luis Enrique colocó a Saúl y Asensio a pie natural. La circulación de balón por ese costado fue siempre lineal. Balón al pie, y muy poca sorpresa para desestabilizar las posiciones de la zaga rival. Ante dicho panorama, la circulación se ralentizó y fue necesitando de un movimiento concreto para crear superioridad y avanzar metros: que Rodrigo viniera en apoyo abandonando el área, o que Thiago se sumara al carril central. Pero antes de que eso ocurriera, España comenzó a perder muchos balones a muchas alturas del campo: en salida, en la medular y en la mediapunta. El juego no fluía y la calidad de la posesión era especialmente baja.
Kane, Sterling y Rashford fabricaron grandes contragolpes
Ahí afiló el cuchillo Inglaterra para castigar a Nacho y Ramos. La zaga española, además de estar imprecisa con la pelota, se vio especialmente superada en la toma de decisiones. La pareja de centrales de España reculó demasiado en la defensa de los contragolpes. Amenazados por la tremenda velocidad de los puntas ingleses, Sterling y Rushford, más la calidad de Kane en el juego directo, Ramos y Nacho, en soledad ante la subida prolongada de Alonso y Jonny y con Busquets yendo a la presión tras pérdida, eludían el choque y la anticipación para poder medir las carreras lanzadas de los extremos. En dicho escenario, para que España no cediera mucho espacio intermedio, debía defender hacia delante, pero las pérdidas de balón y la inferioridad en el marcador acrecentaron y acentuaron los problemas atrás. No fue el día de España y Southgate sigue demostrando que sabe subrayar con mucha capacidad los malos días del rival para crecer.
David de la Peña 16 octubre, 2018
Me gustó cómo ejecutó Inglaterra. La forma de incidir en el primer pase de España y sobre todo, la forma de contragolpear. Ese Kane – Rashford – Sterling para eso es muy bueno, y además se vio que ahí había un claro trabajo de pizarra. Volvimos un poco a la esencia del Mundial, donde un equipo que sabe dónde y cómo robar y lanzarse después a espacios abiertos domina el juego.
De España, me quedo con que Luis Enrique mostró cintura y buena lectura de la situación, como demostró el segundo tiempo, y esto es algo muy positivo de cara a una fase final.