Frenkie de Jong es una herencia cultural del fútbol holandés. Por un lado representa la duda, por su aterrizaje en un balompié radicalmente distinto al que su estilo hubiera demandado, y por otro, la esperanza, para una afición que ha visto cómo, en algún punto de le eclosión del fútbol moderno, se perdieron no las raíces -que ya habían quedado algo desvirtuadas años atrás- si no la competitividad.
Rinus Michels, desde el banquillo, y Johan Cruyff, desde el terreno de juego, cambiaron para siempre la percepción del juego en los Países Bajos. Dio igual que la Copa del Mundo no acabase adornando sus vitrinas: fue una cúspide que se alcanzó en los años 70 y que empapó a las generaciones posteriores, hasta derivar en gotas de aquella esencia que han ido apareciendo a lo largo de los años, desde productos más redondos y admirados como el Ajax de Louis van Gaal, hasta proyectos aún por descubrir, como Frenkie de Jong.
Frenkie de Jong es un futbolista de otra época
Frenkie de Jong se asentó como titular en el Ajax de Ámsterdam en la temporada 2017/2018, de la mano de Marcel Keizer, un técnico que le conocía bien y que le dio su total confianza. El centrocampista fue pieza absolutamente fundamental del filial del cuadro ajacied, que en la temporada 2016/2017 quedó subcampeón en la segunda división del fútbol holandés, en un equipo del que a posteriori promocionaron jugadores como De Ligt o Justin Kluivert.
No tuvo suerte Keizer, fue destituido, y habrá que esperar para ver si eso acaba influyendo de forma decisiva en la formación de Frenkie de Jong como futbolista de élite, porque si el centrocampista desprende ese aroma de jugador vetusto, no cabe duda de que el hombre que hizo de puente entre el fútbol formativo y el primer nivel tuvo mucho que ver. Keizer moldeó a De Jong como un futbolista capaz de hacer una jugada clave en el sistema del Ajax: recibir en la primera línea, conducir, dividir marcas y generar espacios para los hombres libres que se asentaban en zonas más adelantadas.
Marcel Keizer buscó asentar una columna vertebral tras su salto al primer equipo del Ajax, formada por De Ligt en un primer escalón, Lasse Schone en un segundo, y Ziyech en un tercero, donde Frenkie de Jong, aún partiendo como segundo interior, dividía la responsabilidad en la salida de pelota con Matthijs de Ligt. Esa jugada concreta adquirió tal peso en el juego del futbolista que muchas veces partía o bien como tercer central, o actuaba en un doble rol en el que en algunas fases del juego era mediocentro, pero en la defensa posicional se situaba directamente como defensa central.
Las ventajas que sabe generar de Jong en la salida de pelota le han hecho jugar como defensa central en la defensa posicional
Porque para empezar a dibujar a Frenkie de Jong, hay que empezar a hablar de su conducción de pelota. Él siente el fútbol desde provocar caos, y sabe hacerlo porque cuando arranca, deja atrás al rival -sus primeros metros son muy potentes-, y tiene un convencimiento tremendo para ejecutar esa acción, llegando incluso a asumir riesgos muy elevados. Lo cierto es que no deja medias tintas: la pérdida puede provocar un problema grave para su equipo, pero la ventaja generada, una jugada con potencial gol.
Su manera de enfocar el pase tiene una diferencia notable. Si bien es cierto que es un futbolista que encuentra jugadores en líneas posteriores y que ese límite de riesgo siempre existe en su fútbol, por lo general comprende bien la circulación como herramienta para mover al rival. En la primera línea suele alimentar bien a sus compañeros sin poner en riesgo la pelota -promedia 71 pases por encuentro con un acierto de casi el 94%-, aunque no rehúye el balón vertical si ve la oportunidad, quedando claro que su primera intención de desequilibrio es la conducción de balón.
Por último, merece la pena rescatar que De Jong, a pesar de que le guste recibir prácticamente siempre la pelota delante de todo el sistema defensivo rival, no domina el pase largo ni el cambio de orientación. Es una jugada que no intenta demasiado, a pesar de que en el Ajax hemos visto durante la última temporada cómo jugadores como David Neres o Justin Kluivert fijaban su posición en el lado opuesto.
Por resumir, Frenkie de Jong es un arma de destrucción cuando decide arrancar con la pelota en el pie, y un continuador de jugadas cuando apoya la circulación por detrás de la pelota, que genera ventajas desde el pase raso, pero que no es un buen recurso para planes de juego donde se necesite encontrar jugadores lejanos, bien en cambio de orientación o bien buscando a un nueve referencia -el pase sobre Huntelaar no es una jugada que se repita, si bien es cierto que el sistema del Ajax busca progresar de otra forma-.
¿Dónde juega Frenkie de Jong?
Llegados a este punto, quizás lo más curioso del fútbol del joven talento holandés está en delimitar sus zonas favoritas de recepción. Si analizas sus características cuando recibe la pelota de forma individualizada, descubres un jugador que se adapta bien a diferentes alturas del terreno de juego. Su conducción de balón suma si la busca siendo central, dividiendo marcas y generando espacios, pero también desequilibra en los últimos 30 metros, sobre todo desde ese carril interior izquierdo desde el que le gusta arrancar. Por otro lado, su pase corto le hace un mediocentro útil en un equipo que busque ataques prolongados en posicional. En resumidas cuentas, De Jong puede jugar como central, pivote o interior y aportar acciones útiles sin ningún tipo de problema.
Sin embargo, a estas alturas de su carrera, presenta un problema para jugar entre las líneas rivales, y quizás por ahí se explique que hasta el momento se haya tendido a retrasar su posición, y no a darle altura. Su orientación para quedar como hombre libre por detrás de las líneas rivales no es positiva -quizás por el hecho de que no sea lo que esté desarrollando en su formación-, a lo que hay que sumar un problema cuando recibe y no está mirando la portería rival, y es que, aunque técnicamente sus controles y conducciones son de primer nivel, su giro es algo pesado. Lo cierto es que como interior que no esté relacionado con el primer pase, aún está verde.
El problema que nace aquí es evidente por varios motivos. Como único pivote, su tendencia a conducir se mantiene, lo que provoca que las distancias entre defensa y medio campo en caso de pérdida sean enormes, mientras que jugando como defensa central nace otra dificultad, derivada de esa naturaleza tan ‘Holanda años 70’ que tiene a la hora de tomar decisiones. Lo cierto es que en Frenkie de Jong, en este momento, existe un conflicto entre lo que sabe hacer con la pelota y el talento que tiene para recibirla: necesita estar de cara y lo más alejado de la presión rival, pero sus características quizás demandan permanecer más tiempo entre las líneas rivales.
El canterano del Ajax es un jugador aún por definir
Y aquí aparece una última dificultad para el fútbol de élite. Si De Jong es utilizado como ‘falso central’, al final va a tener que disputar, bien en situaciones de transición rival, bien en defensa posicional, muchas acciones con los puntas rivales. Él es un jugador competente en el juego aéreo, y sobre todo, con talento y seguridad para anticipar -lleva ese riesgo también a esta fase del juego-, pero con un gran número de problemas como zaguero. Choques, templanza en el área, protección del espacio para evitar remates… Su figura como central también necesitaría una definición muy concreta.
Lo que no debe pasarse por alto bajo ningún concepto es que hablamos de un talento mayúsculo, quizás tan variopinto que le ha provocado hasta el momento una indefinición complicada de hacer competitiva en el actual fútbol, y serán por tanto claves los siguientes pasos de su carrera. El destino elegido cuando tome la decisión de salir del Ajax, principalmente, porque hay que canalizar un abanico de jugadas capaces de mandar en la élite en un sistema de juego concreto, y por supuesto, lo que Ronald Koeman pretenda hacer con él en la selección de los Países Bjos, que, como ha venido ocurriendo desde que apareció en el primer nivel, es una incógnita.
Juan 9 septiembre, 2018
Hola David! Muy interesante el análisis. Si De Jong fichase por el Barça, como apuntan muchos rumores, le verías como el primer jugador realmente capaz de sustituir a Busquets? ( creo que en 10 años no ha tenido reemplazo de su mismo nivel). O crees que dada su tendencia a la conducción y falta de pase largo que destacas en tu artículo encajaria mejor como un doble pivote como el que a veces plantea Valverde con rakitic y Busquets? Por cierto, un centro del campo con De Jong (Busquets) Arthur (Xavi) y Riqui Puig (Iniesta) sonaría prometedor. Gracias!