El regreso de Raúl de Tomás a Vallecas es, sin duda, la mejor noticia que podría haber recibido Míchel a menos de cuatro meses de la cabalgata de Reyes (y de que vuelva a abrirse el mercado de fichajes). La llegada del máximo artillero del Rayo la temporada pasada en Segunda, autor de 24 goles en 32 partidos, ya se ha hecho notar, con una actuación en el renovado Alcoraz de Huesca que, sin necesidad de ver portería, sirvió para corroborar todo lo que le dará al equipo vallecano desde la posición más adelantada de su sistema. Un compendio de movimientos, dentro y fuera del área, que eleva ipso facto el techo de un conjunto que ya, entre los refuerzos y los ajustes que ha ido realizando Míchel, parece otro muy distinto al que cayó goleado en Vallecas ante el Sevilla a mediados de agosto.
El Rayo plasmó en El Alcoraz muchos de sus nuevos ajustes
Por increíble que parezca, el Rayo Vallecano ha conseguido cambiar muchas cosas a lo largo de este primer mes de competición. El esquema, que sigue siendo el mismo 4-3-3 con el que debutó ante los de Pablo Machín, tampoco ha escapado a los retoques que está efectuando Míchel. Y aunque el dibujo, por ahora, se mantiene intacto, los actores y el comportamiento del colectivo con la pelota sí han experimentado ciertas variaciones a partir del esquema que sostiene al Rayo. Para empezar, la manera de sacar el esférico. Ante el Huesca, el Rayo se comportó de una forma distinta a como lo venía haciendo, con la entrada de Imbula –otro de los nuevos- en el sistema. De esta forma, el equipo de Vallecas organizó un mecanismo de salida que, contextualizando el escenario y el hecho de que el Huesca poco a poco fue cesando en la presión sobre sus primeros pases, podría tener su recorrido en el futuro más inmediato de los de Míchel. Porque con ello, apoyándonos en lo del Alcoraz, el Rayo Vallecano podría construir un discurso táctico súper ambicioso.
La estructura posicional del equipo insistió en un patrón muy concreto, con Imbula (derecha) y Trejo (izquierda) como interiores de un mediocampo con Elustondo de pivote: en esas, cuando los centrales progresan con el esférico, el Rayo está –o estuvo, mejor dicho- en disposición de cambiar su forma del 4-3-3 a un 4-2-3-1 en el que Trejo, por izquierda, progresa hasta situarse por detrás del punta. Un movimiento muy automatizado, como escenificó el pasado viernes, con el que los de Míchel, además de dividir y distraer las atenciones de su rival –con verticales como las de Trejo-, parece dispuesto a asentar su bloque unos metros más cerca del área rival. Y ahí es cuando entra en acción la segunda de las nuevas directrices que está dibujando su técnico: Elustondo, que está haciendo de primer receptor sobre los centrales, se abre por derecha, mientras que Imbula, que inicia desde ahí, va por izquierda.
Raúl de Tomás es mucho más que su instintivo remate en el área
Así, groso modo, es como el Rayo consiguió partir con ventaja dentro de la batalla posicional que los otros diecinueve equipos de la Liga deberán acometer ante el Huesca de Leo Franco. Y que sirvió, apoyándonos en ello, para esbozar el nuevo horizonte en el que trabaja Míchel, y sobre el que se moverá su flamante fichaje: Raúl de Tomás. La plantilla del Rayo, aparcando por un momento todo lo anteriormente descrito, cuenta con recursos y alternativas suficientes para adaptarse –e incluso plantear- escenarios de lo más variopintos. Pero lo mejor de todo es que en cualquiera de estos, sea cual sea el porcentaje de posesión, el delantero será de gran utilidad. Porque si algo tiene De Tomás es bastante ductilidad a la hora de adaptar sus cualidades a la forma –altura y anchura- del equipo. Raúl de Tomás es todo un regalo para el método de Míchel.
Con la inestimable colaboración de Trejo, que está llegando arriba por detrás de él, y atendiendo a las peculiaridades técnicas de Álvaro –un extremo muy profundo-, de Kakuta –que se mueve mucho y muy bien hacia dentro– o del mismo Embarba –que puede jugar por izquierda y también más centrado-, el siguiente paso de Míchel será dar empaque a una fórmula lo suficientemente eficiente y sostenible para rodear de la mejor manera posible a De Tomás. Porque el del Real Madrid, como ya demostró el año pasado en Segunda, se desenvuelve igual de bien dentro y fuera del área. Su calidad, tan depurada como refleja sus toques, le lleva a generar ventajas a menudo cada vez que recibe. Bien para sortear a sus rivales, a través de unos primeros contactos con la pelota tan delicados como precisos; como para estirar al equipo, si este quiere descargar el juego de una manera más directa, y de la que Míchel, seguro, alguna vez deberá echar mano. Todo ello, prueba de su inmensa destreza, sin haber entrado aún a valorar su mayor virtud: un remate destinado a volver a concederle muchos deseos al Rayo.
AdrianBlanco_ 22 septiembre, 2018
A ver esta tarde que vuelve a Vallecas, porque ya sabemos lo incómodo que siempre es el Alavés de Abelardo, pero soy bastante positivo con los pasos que ha ido dando el Rayo en este primer mes de competición. Ha ido ajustando cositas, sobre todo con balón, y creo que el regreso de Raúl de Tomás es un salto en toda regla. Es un futbolista que, fácil, fácil, puede ponerse en los 10-15 goles este año. Y si encima está rodeado por Kakuta, Trejo, Embarba, Álvaro, Pozo… mejor que mejor para Míchel. ¿Cómo veis vosotros a este Rayo 2018-19?