Italia lleva tiempo anclada en un proceso al que todavía no se le divisa un horizonte claro. La cuatro veces campeona del Mundo, ausente en la última gran cita de Rusia, ha empezado un proceso a contrarreloj para llegar –que siempre es lo más importante- en la mejor condición posible a la próxima Eurocopa de 2020. Un camino para el que ya lleva meses agarrada de la mano de Roberto Mancini. Y para el que, como suele suceder en este tipo de casos, el desastre de la anterior etapa ha acelerado un proceso de regeneración del que lo único seguro que existe en estos momentos, entre tanto joven bonito y más prometedor que bueno, es que la Squadra Azzurra carece de un líder como los de antes. Ni entre los que se han quedado ni entre los que poco a poco van llegando existe una figura sobre la que Italia, como antaño, pueda erigir un verdadero discurso.
Balotelli, Immobile, Belotti, Zaza y Pellegri para el ataque
El caso, que ya tiene su recorrido en el tiempo, es especialmente preocupante en la posición de delantero centro. La llegada de Roberto Mancini en el pasado mes de mayo le ha vuelto a abrir las puertas de la Nazionale a Mario Balotelli. Y el ex de Inter, Milan, City o Liverpool demostró el pasado viernes ante Polonia, en el debut de Italia en la UEFA Nations League, por qué todavía hoy, en 2018, doce temporadas después de su debut como nerazzurro, y pese a llevar dos cursos en torno a la veintena de tantos en el Niza, hay quien puede dudar de su rendimiento. Y más en un momento tan complicado como en el que se encuentra Italia; que aún, por señalarlo, solo ha sido capaz de ganar uno –ante Arabia Saudí- de los cuatro encuentros que lleva bajo la tutela de Mancini. La Italia de los Riva, Meazza, Piola, Del Piero, Baggio o Inzaghi es hoy la de los Balotelli, Immobile o Belotti. Y esto, que lejos pretende de ser una crítica al nivel de los tres delanteros, es, en cierto modo, una buena manera para comprender algunos cómo y porqué de este momento.
En cualquier caso, Italia cuenta con buenas piezas para hacer frente a su futuro más inmediato. Y la delantera, por matizar lo anterior, no es ninguna excepción. Balotelli, Immobile y Belotti son, individualmente hablando, tres muy buenos futbolistas para el día a día de sus equipos. Cada uno en lo suyo, uno más posicional, otro más rápido y el tercero, por así decirlo, una mezcla de los otros dos anteriores, comparten en su ADN un denominador común: su instinto goleador. Porque los goles, a decir verdad, no son el verdadero problema de la actual Squadra Azzurra. Y para muestra, un botón: el dato que publicaba ayer OPTA aseguraba que los doce últimos tantos de Italia han tenido doce autores distintos. Pero en el trasfondo de esa estadística es donde en realidad subyace el quid de la cuestión, y al que anteriormente se hacía alusión: no hay un líder. Ningún delantero lo está siendo en esta época. Y, para colmo de lo irónico, el que más en forma está de estos tres (Immobile) es, a priori, el que más difícil cabida tiene dentro de la estrategia actual.
Ante la Polonia de Lewandowski, optó por Chiellini & Bonucci
Una de las posiciones, por otro lado, que más se está resistiendo a dicho relevo es la defensa. En su debut oficial, para lidiar con Lewandowski y su correspondiente séquito, Mancini volvió a echar mano de la pareja de la Juventus: Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci. Estos, a quienes aún les queda cuerda para el presente, ya cuentan con sus teóricos sustitutos dentro de las filas de la Azzurra. Ahí donde también, más pronto que tarde, entrarán otros como Alessio Romagnoli o Daniele Rugani, el caso de Mattia Caldara es digno de profundizar en ello. A sus 24 años, tras dos temporadas cedido en la Atalanta, y después de ser subcampeón sub-21 con la selección en el último Europeo celebrado en Polonia, el central, originario de Bérgamo, se ha visto obligado a cambiar Turín –pues era propiedad de la Juventus- por Milán a costa del regreso de Bonucci a la entidad bianconera. Algo como lo que Shteyngart ya había visto en ‘Una súper triste historia de amor verdadero’: “Eso es lo que admiro de los jóvenes italianos: la lenta disminución de toda ambición, el haber asumido que los buenos tiempos quedan atrás”.
Mattia Caldara, nacido futbolísticamente en su Atalanta natal, pero criado y desarrollado en los dos últimos años, en la de Gian Piero Gasperini, está llamado a ser uno de los habituales en cada convocatoria de Italia. Por ahora, aunque no haya sido desde el principio, ya ha debutado en su nuevo club. Y si la comparativa, existente desde hace ya bastantes años, asegura(ba) que Caldara era mejor en lo defensivo, tras pasarse dos temporadas jugando casi como líbero en el particular 3-4-2-1 de Gasperini, y que Rugani, en cambio, era –y sigue siendo- más aseado con el esférico, lo cierto es que de dicha pareja, a la que se debe sumar el talento cada vez más contrastado de Romagnoli, es una dupla en la que Italia, antes o después, deberá confiar las llaves de su destino. Caldara es expeditivo en sus decisiones, contundente al choque y productivo tanto en el balón en largo como en el salto, donde es capaz de generar ventajas para los suyos. Y en el aprendizaje, en el que más asiduamente trabajará Gattuso, será labor de Mancini hacerle sentir importante. A él, a Rugani, Barella, Bernardeschi o Chiesa. Pues en la dificultad, como decía aquel, siempre suelen nacer oportunidades.
AdrianBlanco_ 10 septiembre, 2018
Italia se encuentra en un proceso de cambio. Y esa indefinición, como es lógica, se está notando sobre el campo. A ver esta noche ante Portugal, porque se esperan bastantes cambios. Sea como fuere, Mancini está obligado a ganar. Sobre todo con la retahíla de resultados que ya va cargando sobre sus espaldas. ¿Cómo veis a esta nueva generación de futbolistas que llega a la Azzurra?