Al FC Barcelona se le está haciendo inusitadamente largo el mes de septiembre. Ayer, sin ir más lejos, al cuadro de Ernesto Valverde se le volvieron a quedar muy cortos los primeros 45’ de un partido que, como reclama la lógica, volvió a cambiar por completo Leo Messi. El astro argentino, suplente desde el inicio junto a Sergio Busquets, revertió la dinámica de una tarde que el Barça ya había agarrado -en cuanto al Athletic cejó agotado en su presión- pero que, hasta el ingreso del ‘10’, le estaba faltando el argumento necesario para acercarse con peligro a Unai Simón. La determinación de Leo, que entró al campo en lugar de Arturo Vidal, cambió de golpe la dinámica de un partido que Luis Suárez -que sobre el césped fue de los mejores- valoró sin querer entrar en muchos detalles: “No podemos depender siempre de Leo Messi; por algo somos el FC Barcelona”.
El 1×1 de los de Eduarzo Berizzo se impuso en la primera parte
Sin Messi ni Busquets desde el principio, el Athletic consiguió adueñarse del escenario hasta el descanso a partir de dos conceptos muy concretos: el primero fue la presión a todo campo; el segundo, el juego directo sobre Raúl García (por alto) e Iñaki Williams (al espacio). Una fórmula que Berizzo ordenó mantener desde el arranque. Y a través de la cual el Athletic Club -sin entrar a analizar aún la respuesta culé- llegó al descanso por delante en el marcador, con la mitad de los dígitos del FC Barcelona: 62-38% en la posesión y 4-2 remates a puerta. Una estrategia que, en cualquier caso, funcionó; pero también dejó a los rojiblancos sin respuesta cuando las piernas dejaron de hacer caso a la cabeza. Así las cosas, Berizzo planteó una serie de marcajes a lo largo y ancho del terreno de juego, que Athletic llevó hasta el extremo en cada saque de puerta de Ter Stegen. Con Williams y Susaeta sobre Piqué y Lenglet, Raúl García sobre Sergi Roberto y el doble pivote bilbaíno (Dani García+Beñat) emparejado con los interiores (Rakitic+Vidal), el duelo condujo por unos derroteros en los que solo Suárez, en punta, supo saltarse la norma. Leyendo y entendiendo para escribir la suya.
Suárez fue el único capaz de saltarse la dinámica del 1ºT
La primera parte del uruguayo fue muy positiva en cuanto a sus movimientos. Cayendo hacia los dos costados, retrasando su sitio y no rehuyendo del contacto con los dos centrales (Íñigo, Yeray y Nolaskoain), Luis Suárez fue el único capaz de abrir brecha en la agresiva estrategia de Berizzo. Fue, de hecho, la pieza más profunda de un FC Barcelona que, redundando en las dos novedosas ausencias del once titular, también alimentó -por extraño que suene- el buen hacer del Athletic. Con Sergi Roberto por delante de los dos centrales, recibiendo el primer pase de Piqué y Lenglet, el plan del Barça resultó ciertamente inconexo desde esta posición hacia delante. Con Rakitic en el lado izquierdo, pendiente de los movimientos (arriba-abajo; derecha-izquierda) de Coutinho, para abrir o cerrar su posición sin perder de vista la línea del balón; y Vidal actuando unos metros por delante, en un escalón intermedio entre Rakitic-Sergi Roberto y Luis Suárez; la intención de Coutinho y Dembélé para recibir marcó, sumado a todo lo anterior, el bajo ritmo que alcanzó el Barça en su posesión: con el brasileño y el francés recibiendo casi siempre de espaldas, para Yuri y De Marcos fue tremendamente sencillo pegarse a sus dorsales e impedirles el giro.
La entrada de Messi y el paso al 4-2-3-1 mejoró al FC Barcelona
De esta guisa, y con la diferencia del resultado, Valverde quiso agitar el árbol en cuanto detectó el bajón físico de los de Berizzo. Con Busquets en su sitio, y Rakitic en torno a él, el Barça adoptó un 4-2-3-1 con Messi -por detrás de Suárez- entre Coutinho -izquierda- y Dembelé -derecha-. Un dibujo mucho más perfilado, en comparación con el que había arrancado la tarde. Y que, influido por la presencia del argentino, le llevó a dominar por completo los segundos 45’. Con Williams sin gasolina, y los otros diez futbolistas del Athletic muy pendientes de ordenarse alrededor del área de Unai Simón, el FC Barcelona zarandeó contundentemente el encuentro. Lo hizo a partir de Messi, que pasó a ser el verdadero foco de atención de unos y otros en el balcón del área, y desde el cual la distribución espacial del equipo readaptó vicios parecidos del curso pasado. Por izquierda Coutinho recortó su ratio de exigencia, no teniendo que ir tan abajo a recibir, mientras que Alba, por ese mismo costado, recobró el vuelo que le había faltado hasta antes del descanso. Un plan que, motivado por la presencia de Messi, cambió el gesto de los azulgranas. Pero que, en el fondo, no sirve para despejar otras muchas dudas de gran trascendencia. Y para ello el tiempo apremia.
Luis Restituyo 30 septiembre, 2018
Lo ideal sería cambiar a Coutinho de interior izquierdo a Interior derecho,Y cambiar a Rakitic por Vidal… a dia de hoy el chileno luce mejor en cuanto a juego.
Lo de Piqué es mas que preocupante, ahora entiendo por que Luis Enrique lo sienta en algunos partidos a principios de 2015… parece tener la cabeza en otras cosas menos en el fútbol… o quizás estoy siendo muy duro y en realidad el sistema con Coutinho y Dembelé perdiendo balones por izquierda por montones le afecta mas de lo que el sistema deja ver.
La Buena noticia es que los rivales directos no han sabido capitalizar este mal momento del Barça, y si no lo aprovechas ahora en Septiembre, en Febrero lo puedes lamentar.
Munir, debo admitir que para mi este gol le va a inyectar muchísima confianza a pesar del resultado, creo que el chico le va cogiendo el hilo al asunto, a mi entender, Valverde debe de darle bastantes minutos luego de este Everest de compromisos cruciales al igual que a Malcolm, que este último para mí está mas hecho que un Dembelé que se le nota un poco verde en algunas acciones