La llegada de Maurizio Sarri al Chelsea representa una apuesta arriesgada por parte del cuadro londinense, dados algunos conceptos que han resultado claves en su éxito en el fútbol italiano, y que será complicado adaptar a las peculiaridades de la Premier League. Para empezar, la derrota frente al Manchester City en la Community Shield evidenció algunos problemas que necesitarán tiempo para ser solventados, por no mencionar el importante cambio de registro que va a suponer su llegada con respecto al trabajo que Antonio Conte había hecho en el cuadro londinense durante las últimas dos temporadas.
Conte diseñó un plan de juego muy enfocado a robar a media altura y profundizar después con sus rápidos atacantes, y esa premisa ha cambiado desde el minuto uno con la llegada de Sarri que, como ya hiciera de forma innegociable con Empoli o Napoli en la Serie A, va a tratar de presionar con mucha agresividad la salida de pelota rival. Tanto en el equipo toscano como en el partenopeo, la idea funcionó de maravilla, con centrales capaces de anticipar o cubrir espacios muy abiertos a su espalda, y puntas intuitivos e implicados para morder los primeros pases del contrario.
Pasar de Sarri a Conte provocará un gran impacto a la plantilla blue
Sin embargo, Pep Guardiola dio con una clave en su primer año Inglaterra, explicando lo complicado que resulta presionar en la Premier League. “Es difícil presionar, los equipos salen en largo y dominan muy bien ese envío directo y posterior segunda jugada”. Será algo que Maurizio Sarri debe gestionar, porque llega a un fútbol radicalmente distinto a la hora de gestionar los primeros pases, donde no se duda en trabajar mucho el juego en largo. El técnico italiano ha triunfado dándole continuidad a dos premisas que él considera imprescindibles como son presionar y achicar con la línea defensiva, y poner esto en práctica en Inglaterra no es en absoluto sencillo.
Los efectivos del medio campo blue abren un amplio abanico de opciones, y aunque parece que la pretemporada ha dado pistas muy claras sobre cómo será su composición, lo cierto es que -y más tras la reciente llegada de Mateo Kovacic-, las alternativas son amplias y están cargadas de matices, ya que el vaso puede verse medio lleno -hay jugadores que ayudarán a ejecutar muy bien la idea del técnico- o medio vacío -otros que deben poner al equipo en disposición de juntarse en campo rival pueden mostrar otras carencias, al menos en los primeros meses de proyecto-.
Acertar con la estructura del medio campo es vital para Sarri
Obviamente, el nombre de Jorginho, al que Sarri le ha dado la posición de pivote en su 4-3-3 desde el primer momento, es uno de los elementos de análisis más particulares. Por un lado, la Premier League puede castigar las principales carencias del exnapolitano. Si el Chelsea no roba en campo rival, él sufrirá mucho a la hora de orientar conducciones hacia fuera o frenar transiciones, y además está la incógnita de su falta de intensidad para ganar la segunda jugada, algo que debe dominar si el Chelsea presiona y el rival sale en largo. Sin embargo, su temple con balón y precisión en el pase pueden resultar decisivos para permitir al Chelsea avanzar de forma pausada y quedar en disposición de presionar con más garantías, algo que quedó evidenciado en Nápoles.
A partir de aquí, las alternativas que se abren son amplísimas, y parece que N’Golo Kanté jugará como interior derecho -fue donde Sarri le ubicó en el único encuentro del francés hasta el momento en pretemporada, ante el Olympique de Lyon-, lo que sin duda representa un punto clave en la posibilidad de éxito del actual proyecto blue. En primer lugar, Sarri debe conseguir enfocar la energía del francés. Hasta el momento, Kanté se ha alzado como uno de los mayores especialistas del mundo en su posición gestionando mucho terreno, y en planes donde el robo era a media altura para después atacar espacios abiertos. El Chelsea apretará en campo contrario, y si Kanté sale demasiado de zona abrirá puertas. Por supuesto, el descomunal talento individual del campeón del mundo para meter la pierna provocará recuperaciones en zonas muy peligrosas, pero de momento deberá practicar un tipo de defensa diferente, muchas veces hacia delante y no tan ‘correctora’ como en Leicester, Francia, o propio Chelsea.
Kanté tendrá que adaptarse a un plan radicalmente distinto al que le llevó a la élite
El francés, además, deberá sumar con movimientos verticales sin balón, otro registro que debe añadir a su juego. Hay pocas dudas de que él será el encargado de hacerlo -a Sarri no sólo le interesará que Jorginho tenga espacio, sino además, que el propio Kanté quede más cerca de la primera línea rival para presionar-, ya que también los otros futbolistas que disputarán una plaza en medio campo -probablemente Kovacic, Cesc y Barkley- se acercarán mucho más a la pelota cuando el Chelsea esté iniciando jugada. El abanico de opciones dependiendo de a quién se elija es muy amplio, y evidentemente las características del rival definirán mucho la elección, ya que Cesc es un gran activo para defensas replegadas en un rol de interior con capacidad para pisar área rival y dar el último pase, mientras que Barkley puede sumar en escenarios más abiertos.
El nombre de Kovacic completa una serie de opciones realmente llamativas, y en principio, casa bien en ese concepto tan agresivo a la hora de defender que pretende el técnico italiano. El croata muerde siempre al poseedor, y quizás pueda hacer una buena dupla con Kanté, siendo él el que gane metros y quedando el francés ‘de guardia’ para ayudar a Jorginho formando un doble pivote en algunos momentos. El croata, además, estará activado entre líneas por un gran pasador como Jorginho, y por si fuera poco encontrará contextos idílicos para conducir a campo abierto, muy frecuentes en el fútbol inglés. Sarri tendrá trabajo y de momento la balanza parece centrada, pero probablemente atinar con su medio campo definirá gran parte de las posibilidades de éxito.
Javier Cordero 9 agosto, 2018
Kovacic y Chelsea, preveo una relación de beneficio mutuo. Ha sufrido en Madrid, demostró que aún está algo verde en ciertas cosas (aún tiene 24 años) y que en el Madrid jugar sin guión como con Zidane le pues no sabía lo que se le pedía en el centro del campo. De aportación muy concreta, con tareas más reducidas y específicas como agitar el ritmo con conducciones y realizar marcajes. Ahora llega un club en el que va a tener un rol definido y que va a tener que crecer día a día por medio de un sistema, aumentará su riqueza táctica y su talento será perfilado en una u otra dirección, que al final es lo que Kovacic más necesita.