Felipe Anderson soplará las 26 velas de su próximo cumpleaños en Londres. El brasileño, por quien el West Ham ha realizado el mayor desembolso de toda su historia (38 millones de euros), recala en la competición que mejor puede adecuarse a sus cualidades. Con aquellas destrezas que, después de cinco temporadas en la SS Lazio, el extremo de Santa María ha sido capaz de enseñar casi con cuentagotas –como quien dice- en el Olímpico de la capital italiana. Porque regularidad, entre unas cosas y otras, no es que haya tenido en este último lustro. Sabemos que es verdaderamente peligroso con espacios, dada la explosividad que detenta en carrera, que maneja las dos piernas, y que por ello puede jugar sin distinción por uno u otro extremo, pero la impresión es que éste, que desde ahora abanderará el interesantísimo proyecto de Pellegrini, aún no ha roto. Y esto es porque se le intuyen más cosas de las que ya ha exhibido.
La 2014/15, en la SS Lazio, fue la mejor temporada del brasileño
En la 2014/15, con Stefano Pioli en el banquillo de la Lazio, Felipe Anderson firmó su mejor curso a nivel particular: 11 goles (10 de ellos en Serie A) y 7 asistencias, que, un año más tarde, después de volver a estar bajo tutela del de Parma, redondeó con el Oro en los Juegos Olímpicos de Río. Fueron, sin lugar a duda, los mejores años de Felipe Anderson; por cifras, protagonismo y unas sensaciones que ahora, varias temporadas después de todo aquello, no ha vuelto a transmitir. Razón, de mucho peso, para creer que la Premier es, de lejos, el mejor escenario que se le podría presentar en estos momentos a Felipe Anderson. Porque, si en verdad resulta que no hay más cera que la que arde, el brasileño, al menos, podrá tirar de velocidad, agilidad y determinación; de lo que tiene de cada una de ellas, sobre todo de la tercera, para, si es que no hay posibilidad alguna de seguir creciendo, o añadir registros a su fútbol, resistir con los dos pies en el suelo ante la velocidad de estas Islas.
El ‘contexto Premier’ puede recuperar al mejor Felipe Anderson
Manuel Pellegrini ya sabe a lo que se juega en Inglaterra. Y de ahí que su nuevo West Ham haya querido reforzarse con jugadores como Wilshere, Yarmolenko, Diop o el propio Felipe Anderson. Una nómina que, sumada a los Ogbonna, Kouyaté, Noble, Arnautovic, Snodgrass o Chicharito, le concederá, por lo pronto, la licencia para soñar al West Ham 2018/19. Una concesión para la que Anderson, de volver a completar una temporada como las que dejó a su llegada a Roma, podría asumir mucha responsabilidad: si consiguiera volver a ser dueño de su propio destino. El poema, que en realidad habla de “amo” y de capitanear el camino, bajo el título de ‘Invictus’, es la reseña de un hombre aciago que nunca se ha lamentado ni ha pestañeado, al estar “sometido a los golpes del destino”, y a quien sin importarle “cuán estrecho sea el camino” ni cuán cargados los “castigos de su sentencia”, asegura que la “amenaza de los años” le encontrará sin tener “miedo”. Una obra sobre la desdicha, la soledad y el paso del tiempo que, como las lesiones en la carrera de Felipe Anderson, esculpieron la figura del británico William Ernest Henley.
Felipe Anderson no tenía continuidad en la actual Lazio de Inzaghi
Sin sitio fijo en el 5-3-2 de Simone Inzaghi, en el que Immobile y Luis Alberto ya han demostrado completarse como uña y carne, Felipe Anderson ha visto en Inglaterra la oportunidad de relanzar su carrera. Durante este tiempo, como decíamos, el brasileño ha evidenciado que su evolución, si lo comparamos con cómo aterrizó procedente del Santos, le ha llevado a ser un futbolista con la suficiente capacidad como para adaptarse a escenarios totalmente opuestos. Si bien es cierto que donde más destaca, a día de hoy, es corriendo con muchos metros por delante, con el paso de los años ha sido capaz de proveer a su fútbol de una pausa que, en escenarios tan abiertos como los de la Premier o los que Inzaghi era capaz de construir para su equipo, es terriblemente perniciosa si, como es el caso, está aderezada con la precisa determinación para cada momento: ya sea para tirar un regate o chutar a puerta. La acción, luego, podrá sortear a un rival o subir al marcador. O ninguna de las dos. Pero de eso se trata: de no rendirse nunca; de no bajar los brazos. Y eso es lo mejor que ha fichado el West Ham con el extremo, si éste se sabe importante: un “alma inconquistable”.
AdrianBlanco_ 2 agosto, 2018
Sin sitio en la Lazio de Inzaghi, creo que la Premier es el escenario idóneo para que Felipe Anderson recupere sensaciones. Ahí, en teoría, va a poder correr. Y si corre, con espacios, ya sabemos que es peligrosísimo.
A todo esto, señor equipo el que está montando Pellegrini con este West Ham. Es bastante estimulante, ¿no?