Gelson Martins es otra de las nuevas apuestas del Atlético de Madrid por dotar a las bandas de las máximas alternativas posibles. Y una de ellas es la de darle la máxima amplitud, velocidad, desborde y cambio de ritmo, para que todo ello, sumado en cualquier circunstancia y momento de la temporada o de un partido, sea siempre una opción. La simplicidad del fútbol que representa Martins servirá, en todo momento y en muchas circunstancias, una necesidad colmada para su entrenador, al menos desde el punto de vista potencial. Siempre necesitado Simeone de jugadores verticales, profundos y con capacidad para consumir metros del campo arrancando muy lejos del arco rival, Martins cumple a rajatabla lo solicitado con su fichaje. Con muchos menos matices que otros movimientos acometidos, hay una misión muy clara y específica encomendada para el exjugador del Sporting de Portugal.
Martins es diestro y marca diferencias jugando a pie natural
Para definir al futbolista, no hay que atender a contextos. Martins pide poco para realizar su fútbol. Su acción más recurrente, que además es en esencia el pilar de todo su significado como extremo, es recibir y marcharse por velocidad. Pedir poco es una manera de expresar lo que necesita para explotar su potente motor, si bien no es lo mismo recibir con espacio por delante que rodeado de marcas. Su fútbol, limitado en cuanto a técnica asociativa y de imaginación o temple en todo tipo de pases y envíos, se queda algo enganchado en el espacio más reducido, pero quedará suplido desde dos premisas: su equipo goza de espacios en muchos partidos de la temporada y su comodidad para jugar a pie natural y salir por fuera le permitirá no quedar demasiado comprometido con lo que pueda demandarle su alrededor.
Gelson Martins atiende al tipo de extremo que cobra relevancia para los suyos cuando puede cambiar de ritmo y dejar atrás jugadores por piernas y uno contra uno. El portugués es más eléctrico que potente, pues gana metros en parado pero no tiene una gran zancada, y es ganando línea de fondo donde más productivo es su fútbol. Si el Atlético le encomienda minutos en dicho costado, seguramente el de mayor techo del fichaje estrella, Thomas Lemar, el movimiento tendría un sentido mucho mayor. La banda diestra, en ausencia de Vrsaljko y de jugadores específicos para atacar el lado débil, abrir el campo y salir por fuera en lugar de por dentro, completa la idea que la plantilla y los mejores jugadores rojiblancos han ido formando en base al sistema que ha sobrecargado todas las zonas menos la de dicha orilla.
Martins es un futbolista técnicamente enfocado a pocas acciones
En otros posibles escenarios posicionales, el jugador no suena tan bien. A pierna cambiada no goza de un gran disparo y le cuesta mucho apoyarse en compañeros para trazar jugadas alejadas de la banda, mientras que sus decisiones y, sobre todo, su técnica para el pase y las conexiones a gran velocidad, son su principal debe. Por eso, en compensación y a modo de subrayado y de resumen, servir al sistema de la opción de extremo diestro cuya mejor jugada es salir por fuera, es un recurso bien habilitado para el ataque posicional o el contragolpe más primario, un perfil que le ha costado mucho encontrar al Cholo en las últimas temporadas. No sólo siente Martins recibir abierto y seguir por fuera tras recibir, sino que, bien enfocado, será un recurso muy útil para llevar el balón a la espalda de la zaga para que Griezmann, Costa y algún llegador puedan cantar un gol.
David de la Peña 15 agosto, 2018
A mí la pretemporada de Gelson no me ha gustado, pero obviamente es prontísimo para hacer juicios. De hecho, es posible que Simeone la haya utilizado como banco de pruebas para ver si el portugués puede funcionar como punta, que es una solución para según qué contextos de partido, sobre todo con marcador a favor.
Lo cierto es que ahora mismo a mí sólo me caba como revulsivo. Pinchado en derecha si hay que marcar y el rival obliga a jugar en espacio reducido, o como amenaza ofensiva tras el 1-0 a favor. A ver cómo crece, por supuesto, pero de partida tiene que convencer bajo esas dos premisas y luego, ya veremos, me parece a mí.