Primero fue Andrés Guardado. Después Marc Bartra. También la evolución de Fabián Ruiz. El Betis vive un momento de gran identificación con una idea de efecto llamada evidente, al que acuden jugadores que atesoran cualidades muy determinadas. El movimiento que ha llevado a William Carvalho al Benito Villamarín es un nuevo paso en lo que Setién quiere para profundizar y perfeccionar su manera de entender el juego. El exjugador del Sporting de Lisboa, con sus particularidades, encaja bien en el camino construido pero a la vez guarda un cierto riesgo que requerirá de un tiempo prudencial para valorar su adaptación al atractivo y dulce proyecto que se viene gestando en el conjunto verdiblanco.
Carvalho brilla en el pase corto y en la tranquilidad con balón
Titular en la selección de Fernando Santos en los últimos grandes torneos, William Carvalho es un mediocentro con experiencia acumulada, que conoce bien la posición y con un sentido de la misma que se relaciona bien con lo que busca Quique Setién de un ‘5’. De entre sus virtudes más reseñables destaca su capacidad para el pase corto en ambas mitades del campo, sumando muchos a lo largo del partido con la intención de mantener la posesión para buscar la ventaja, un buen pase para batir líneas, sin ser su especialidad, y una salida en conducción ante presiones altas fruto de su buena arrancada y su gran envergadura para proteger la pelota. Si bien en el quite también goza de cierta reputación, es con balón en donde Setién más se ha fijado para que pueda ser el mediocentro de Guardado, Boudebouz, Canales o Inui.
Junto a todo ello, un plus: su tranquilidad con el balón en los pies. El Betis es un equipo que sabe alternar, pues es un rasgo inequívoco de los equipos de Setién, la paciencia con la agresividad, y necesita talento y capacidad para que la pelota ni queme ni se pegue. La toma de decisiones es tan importante como levantar la cabeza, transmitir control de la situación y elegir la opción adecuada. Carvalho es un centrocampista de control y posición; de pase corto y distancias medidas con sus compañeros. Y esto, seguramente y a su vez, tiene que ver con las dificultades que ha transmitido en todos estos años.
Su gran déficit es mostrar orden y calma en transición defensiva
El mediocentro portugués ha mostrado algunos problemas de concentración, cierta irregularidad en los pases y sobre todo, un dominio cuanto menos inconsistente de la transición defensiva, puede que su carencia más relevante. De su primera dificultad, la concentración, deriva en controles defectuosos a la hora de circular la pelota; de la segunda, pérdidas de balón que ha corregido con el tiempo y del tercero, cierto desorden posicional a la hora de medir el número de jugadores rivales que contragolpean y su capacidad para contemporizar las acciones sobre el poseedor y medir los metros a cubrir en situaciones de desventaja. Todo ello relaciona al tipo de equipo al que llega con lo que él mismo necesita para no verse expuesto. Queda ubicado William Carvalho como el indicador más fiable del éxito del segundo año de Quique Setién.
José Luis 21 julio, 2018
Ojo al eje de seguridad que está creando el Betis: Pau-Bartra-William Carvalho-Loren Morón. Mucho ojito… A poco que refuercen algo los laterales y que se una Inui a la dinámica del equipo, más las últimas gotas de Joaquín, este Betis tiene mucho mucho que decir en Laliga.