Raheem Stertling cumplirá 24 años el próximo mes de diciembre. Y su crecimiento desde la llegada de Pep Guardiola al banquillo del Manchester City es incuestionable. El atacante de la selección inglesa, que destacó en el Liverpool de Brendan Rodgers hace ahora casi un lustro por ser un futbolista sumamente explosivo, y con un vertiginoso juego de piernas para trazar los desmarques, ha cambiado su manera de entender el fútbol de un tiempo a esta parte, que es como está demostrándolo en el presente Mundial. Ahora, como antaño, sigue corriendo cada vez que tiene ocasión, pues por sus venas, a fin de cuentas, corre la sangre de la Premier, pero ha aprendido a hacerlo de una manera más cerebral: a seleccionar bien los momentos para que sus esfuerzos, sino son todos sí una amplia mayoría de los mismos, no queden en balde. Lo cual, dicha lectura, le ha permitido ampliar su ratio de movimientos para recibir en el pie.
Sterling y Kane se están complementando bien en el ataque
Porque la Inglaterra de Gareth Southgate, ordenada –después de tantísimos cambios durante la fase de clasificación- en un 3-5-2 con el esférico, precisa constantemente los apoyos de sus dos puntas –Kane y Sterling- para progresar en campo rival; y alejarse así, en la medida de lo posible, de una debilidad (creativa) en la que redunda desde hace ya bastante tiempo. Sin embargo, el asunto es, cuanto menos, significativo. Los dos delanteros ingleses se están moviendo bien. Su entendimiento para que uno se acerque a recibir (Kane, por norma general) y el otro rompa al espacio de su compañero (Sterling) es correcto, con papel y boli en mano. Pero al del City se le está resistiendo lo mismo de (casi) siempre: cuando llega el momento de tomar la decisión más importante toda la acción, se le apagan las luces. Da un paso de más –o de menos-, controla en lugar de chutar, y, cuando lo hace, llega en una posición tan forzada que la pelota acaba lejos de las redes en nueve de cada diez veces.
Hasta este duelo de semifinales, y habiendo jugado de inicio en cuatro de los cinco partidos que ha disputado Inglaterra, el contador de Raheem Sterling sigue a cero. De sus tres disparos que ha realizado, dos de ellos se han ido fuera y el otro fue rechazado por el portero. Pero este pobre bagaje rematador, pues ya no solo en cuanto a goles se refiere, ayuda a explicar el Mundial que está realizando Sterling. Porque, como señalábamos anteriormente, el del Manchester City se está moviendo. Y lo está haciendo bien. Queriendo asociarse con Henderson, Lingard o Dele Alli, cuando es él –y no Kane- el que acude a recibir de espaldas. Aparece en tres-cuartos. Llega hasta la frontal. Y combina con el ‘9’ del Tottenham. Sin embargo, por muy bien que esté ejecutando el proceso, no le está sirviendo para avalar con guarismos la confianza de su técnico.
El papel de Sterling es clave para activar al resto de piezas
Ante Suecia, sin ir más lejos, Sterling siguió todos los pasos anteriormente descritos. Del primero al último; incluido el fallo delante del guardameta rival. Por todo ello, será interesante ver cuál es el escenario que propone la Croacia de Modric, Rakitic, Perisic y Rebic, porque, como ante el cuadro nórdico, la movilidad del atacante podría ser clave para activar la llegada desde segunda línea de Lingard y Dele Alli. A fin de cuentas, es parte de dicho proceso que tanto el del United como el del Tottenham, que parten como interiores por delante de Henderson, se aprovechen de la actividad de los dos puntas para llegar por dentro. Esto, a groso modo, es lo que ha venido intentando Southgate desde que empezase el Mundial; explotando, a su vez, la profundidad por los costados de Young y Trippier. Y es que, por increíble que parezca, ahí también podría ser de vital importancia la labor de Sterling, para limpiarle la zona de remate –tras centro- a Kane. Esta Inglaterra necesita lo mejor de su ‘10’ para activar estos pasos. Porque, causa-consecuencia de ello, si el resto no se encuentran cómodos, sus remates a puerta seguirán siendo defectuosos. En otras palabras: si Inglaterra no llega bien es poco probable que el fruto se suelte solo.
Carlos 11 julio, 2018
Lo siento por ser polemico, pero que una selección que juega com esta Inglaterra pueda ganar un Mundial y no Brasil- Belgica- Croacia incluso Rusia, a mi no me parece una de las "cosas lindas" del fútbol, sino una de sus miserias.
Y no hablo estrictamente de estilos bonitos o estilos feos, sino de que a nivel de juego este equipo me parece pobrisimo. Solo el Balón Parado, más nada, porque ni siquiera noto yo una estructura defensiva que emocione.
Inglaterra cada partido da pereza