A la cuarta fue la vencida. Inglaterra acabó con la maldición de los penaltis en la Copa del Mundo para sellar su pase a cuartos de final doce años después (desde el Mundial de Alemania, en el año 2006). El cuadro de Southgate, superado durante la prórroga y hasta en la propia tanda de penaltis, en la que se llegó a poner por debajo tras el paradón de Ospina a Henderson, y todo ello tras el empate Yerry Mina en el descuento de la segunda mitad, se jugará su quinto partido ante Suecia. Ahora bien, por lo pronto, además de acabar con un maleficio histórico (Italia, 1990; Francia, 1998; Alemania, 2006), el combinado de los ‘Three Lions’ sale muy reforzado de un partido en el que, ciñéndonos única y exclusivamente al tiempo reglamentario (solo 90 minutos), pudo sacar conclusiones positivas ante una Colombia que sin James, tocado, es algo menos ‘cafetera’.
Pékerman planteó un juego de marcajes a lo largo y ancho
De esta forma, sin su estrella (James), Pékerman planteó una estrategia muy distinta a la de sus tres anteriores encuentros en este torneo. Con Barrios como pivote, entre los centrales y los dos (teóricos) interiores (Lerma y Carlos ‘La Roca’ Sánchez), el plan colombiano se centró, con Falcao tirado hacia la izquierda, Cuadrado ligeramente centrado y Quintero detrás de ellos dos, en atosigar el juego inglés emparejando, como si de marcas individuales se tratase, a sus diez futbolistas de campo con los otros diez que vestían de rojo. Un método que, con Quintero muy pendiente de Henderson, y con Falcao y Cuadrado haciendo lo propio con Walker y Maguire, cumplieron a rajatabla los dos centrales del equipo, Yerry Mina y Davinson Sánchez, a la hora de salir a marcar las recepciones y todos los movimientos de Kane y Sterling. Sin importar –conviene apuntar este matiz- la altura, postura ni posición a las que se produjesen este tipo de conexiones.
Un riesgo muy grande, todo hay que decirlo, que Pékerman decidió asumir gracias al tremendo despliegue físico de Barrios. El mediocentro de Boca Juniors estuvo, de principio a fin, en todos lados. Y en varios, o esa sensación transmitió, al mismo tiempo. Porque, con Mina y Sánchez desocupando tanto (distancia) y tantas veces su zona, él debió encargarse de hacer la cobertura a cualquiera de los dos perfiles. Y, lo que es aún más importante, a que el escalón intermedio de Inglaterra (Lingard y Dele Alli) no consiguiera recibir nunca de cara, con la colaboración de Lerma y ‘La Roca’. Pues eso, a decir verdad, fue lo único que le faltó por explotar a Inglaterra antes de llegar al descanso: un pase, control y giro que, llegando desde atrás, sirviese para completar el vacío que Kane y Sterling estaban provocando en el centro de la zaga amarilla.
A Inglaterra le faltó el (pen)último pase para acercarse al gol
Por ponerle un ‘pero’, eso sí, a Inglaterra le faltó un poco más de arrojo por parte de Stones. El central del Manchester City, totalmente liberado de los emparejamientos que Pékerman había ideado (Falcao y Walker, Cuadrado y Maguire, Quintero y Henderson), se conformó con sus pases para batir unas cuantas líneas del repliegue colombiano. Una amenaza que, si bien es cierto que sirvió para superar varias veces la presión cafetera, de haberse acompañado de conducciones con el balón pegado al pie podrían haber hecho mucho más daño; ya que el desconcierto (para alterar atenciones y girar piezas) podría haber sido mayor. Y quien sabe si decisivo, en pos de potenciar aquello que le faltó a Inglaterra: explotar, desde la sorpresa, su acumulación (4/5 futbolistas) dentro del pasillo central.
Colombia echó mucho en falta la figura de James Rodríguez
La ausencia de James mermó por completos los planes (ofensivos) de Colombia. Sobre todo si, como además intentó desde su sistema, Quintero permaneció tan alejado de dar el primer pase. La elección, a decir verdad, tenía su lógica: el de River, a fin de cuentas, es un mediapunta que Colombia ha venido utilizando para, cargándose de responsabilidades organizativas, liberar de trabajo al (otro) ‘10’ de la selección. Sin embargo, ante lo bien que se maneja esta Inglaterra al mínimo espacio, la decisión de Pékerman fue coherente dado lo osado que es Quintero con sus envíos; ya sean en el borde del área como, por ejemplo ante Polonia, lanzando estos desde el interior derecho. Sin embargo, esto llevó a Colombia a adoptar una pesadumbre en su juego, una lentitud y previsibilidad que, a pesar de lo mucho y muy bien que se movió Falcao por delante del balón, no le hizo ningún favor en su afán por superar la parcela defensiva.
Colombia probó a reajustar durante el descanso las posiciones de Cuadrado –que pasó a actuar por detrás de Falcao- y Quintero –se abrió hacia el costado derecho-, con lo que Pékerman quiso dotar de una mayor profundidad al juego de los suyos. Pero, como viene siendo norma, la inglesa volvió a utilizar su potencial a balón parado para adelantarse en el marcador. Y, a partir de ese momento, el guion del encuentro cambió por completo. Con Inglaterra más atrás, conforme con el cero a uno y esperanzada a coger la contra que dinamitase definitivamente el marcador, Gareth Southgate decidió protegerse unos metros más abajo dando, para ello, entrada a Dier al lado de Henderson. Una decisión acertada, a priori. Pero que, con el empate ‘in extremis’ de Colombia, dejó a Inglaterra sin opción de pase por delante del doble pivote hasta la entrada de Rashford.
Una tesitura que sí aprovechó la Colombia de Falcao, Cuadrado, Uribe, Muriel y Bacca para, con la emoción del empate, crecerse en el tiempo reglamentario. Pero no le dio para remontar. Dier debió acabar entre los centrales tras la lesión de Walker. Y todo lo que sucedió después desde los once metros ya es historia de la Copa del Mundo; y de una edición que, prueba de lo igualada que está siendo, ya ha coleccionado tres prórrogas y tres tandas de penaltis en sus ocho partidos de la ronda de octavos. Y no serán las últimas.
Charlie Saa 4 julio, 2018
Me encantó Barrios. El despliegue físico es tremendo; desde el minuto 1 al 120. Me pareció increíble ver una jugada en el 115 en la cual un inglés, si no estoy mal Rashford, acelera y Barrios acelera a la par como si estuviese recién entrado. Quedé anonadado.
Adicionalmente, me gustó mucho también su sobriedad para jugar con una amarilla. Cumplió muy bien su labor sin llegar a correr peligro. Ahora bien, cabe destacar que esa amarilla viene de una agresión, único lunar de su actuación. Quedé encantado con Barrios.