El choque entre Suecia y Suiza estaba marcado al ponerse frente a frente dos selecciones con espíritu colectivo de club, algo muy complicado de conseguir en un combinado nacional. El escaso tiempo para trabajar y los diferentes momentos de forma al que llegan a las fases finales los futbolistas que han ido siendo seleccionados en el proceso clasificatorio provoca que la inestabilidad sea la nota predominante en los grandes torneos. Sin embargo, los dos conjuntos europeos han conseguido un plan de juego concreto que ha potenciado francamente bien las virtudes de casi todos sus futbolistas.
Suecia y Suiza, colectivamente, han demostrado ser dos de los mejores equipos de Rusia 2018
En ese choque de trenes, fue Suecia el equipo que logró inclinar la balanza hacia su idea. Su defensa en 4-4-2, con los dos puntas trabajando sobre la recepción de los centrocampistas y no sobre la salida de pelota rival, provocó que a Suiza le costase progresar, al margen de que Petkovic adaptó sus primeros pases a reducir pérdidas que el combinado de Andersson hubiera castigado con transiciones rápidas a portería rival.
Behrami retrasó mucho su posición, incrustándose entre centrales, probablemente para buscar un tres contra dos frente a los puntas suecos, pero en realidad Berg y Toivonen estaban pendientes de Xhaka, que jugaba en un escalón superior. La alternativa para Suiza fue buscar a Shaqiri, que se vio obligado a recepciones muy abiertas. Desde allí generó opciones, porque su técnica le permitía abrirse espacio hacia dentro y buscar una pelota cruzada difícil de defender porque Dzemaili, llegando desde línea de medios, tenía una marca complicada. Una única acción que no terminó de intimidar a Olsen más allá de momentos puntuales.
Suecia, sin embargo, sí lograba hacer daño de forma más constante. Los envíos directos sobre Berg y Claesson en el sector derecho del ataque, y Toivonen, bien recogiendo la segunda jugada, bien haciendo movimientos de apoyo, aculaban mucho a la zaga suiza, que no dominaba el rebote y sufría remates complicados, que un soberbio Sommer -como ha venido siendo habitual a lo largo del Mundial- conseguía resolver.
Forsberg jugó sus mejores minutos en el Mundial
En el segundo tiempo apareció el nombre del partido: Emil Forbserg. El jugador del RB Leipzig no tiene fácil lucir en un equipo que prioriza el repliegue y busca salidas directas sobre sus puntas, pero encontró un escenario cómodo. Suiza abrió sus piezas para tratar de progresar por fuera y ensanchar la sólida defensa de su rival, pero no consiguió activar a sus laterales y a cambio, cuando perdió la pelota, permitió conducciones del jugador sueco. Desde ahí, sumando que el envío directo también le dejaba espacio para jugar después de cara, comenzó a aparecer hasta que decidió el partido. La solidez en defensa de los de Andersson hizo el resto para aguantar y lograr la clasificación para los cuartos de final.
AArroyer 4 julio, 2018
Ayer tuve una conversación con David de la Peña, al mediodía, antes del partido, sobre Emil Forsberg. Yo decía que es un jugador que no me termina de convencer, independientemente del contexto de Suecia. ¿A vosotros qué os parece?¿Qué rango de calidad le dais?