Argentina transmite la sensación de que tener a Leo Messi es casi más un peso que una bendición, y desde lo incomprensible de esta circunstancia pueden entenderse los vaivenes que ha tenido el equipo en los últimos cuatro años. Contar con uno de los grandes genios de la historia del fútbol y no haber conseguido darle un contexto cómodo es sin duda el gran fracaso de la albiceleste en el último lustro, y no haber perdido tres finales.
Sampaoli, que dijo en una entrevista con Bein Sports que “comparar a Messi con el resto es como comparar a un policía con Batman”, tiene tan clara esta premisa que incluso -probablemente motivado por la falta de tiempo- renunció a la idea de juntar al crack culé con la otra gran estrella del momento en el fútbol argentino, Paulo Dybala. Solventar desde la pizarra la falta de talento de la convocatoria de la albiceleste para que Messi no tenga que hacer milagros es el gran reto del exentrenador sevillista durante el próximo mes.
Darle un contexto favorable a Messi es la gran preocupación de Sampaoli
Dos apuestas hacen creer que Sampaoli lo buscará desde la pelota. Saber defender fue un pilar para que Sabella lograse que Argentina llegase a la final del Mundial 2014, pero el actual técnico ha dado dos pistas para pensar que su cabeza está que asumir el riesgo de que un plan en el que la pelota sea protagonista no acabe siendo un problema, algo que será complicado precisamente por esa falta de jugadores de verdad capaces para dominar a partir de esta idea. Los delanteros elegidos y la llamada de Lo Celso y Banega -con el matiz de Biglia- son incógnitas importantes dentro de la ecuación.
Agüero e Higuaín no son ya dominantes desde la explosividad. Probablemente, si Sampaoli creyera de verdad que su punta va a estar obligado de forma constante a estirar el equipo desde movimientos verticales más largos, Mauro Icardi hubiese acabado entrando entre los 23. Agüero aporta más soltura en ataques organizados, y por tanto pasa a ser un socio absolutamente vital para que Messi consiga disparar desde la frontal del área de forma frecuente.
La apuesta, parece que firme, por Lo Celso como acompañante de otro mediocentro, también entra dentro de la búsqueda de asentar la pelota en campo rival. Es cierto que el del PSG es un jugador que da profundidad desde la movilidad, y que Banega aún no se ha mostrado como un pasador de élite en la base de la jugada, pero también que parece que, de entre lo que tiene Samapoli, son los dos futbolistas que de verdad pueden alimentar a Messi con pases verticales y entre las líneas del rival. La medida puede estar cerca de “no tengo otra elección”, pero tiene coherencia con la elección del punta.
El tipo de nueve elegido y la figura de Lo Celso dan pistas de las intenciones de Sampaoli
El nombre de Biglia también tiene que entrar a estas alturas. Parece que Mascherano, por jerarquía, puede ser el titular en ese doble pivote, pero el jugador del Milan tiene una característica clave para ayudar a desarrollar esa idea de juego: su lectura para defender hacia delante. Biglia tiene, como principal virtud, el achique y la ubicación defensiva para evitar que el rival transite tras robar en su defensa posicional, y teniendo en cuenta esta circunstancia, puede ser un jugador que complete más o menos bien la idea de juego.
Con las bandas ocurre lo mismo, hasta el punto de que Salvio ha sido probado, por si acaso y aunque no parta como titular, como lateral derecho. Tagliafico también es un perfil incisivo y que ayudará a dar amplitud al ataque posicional, y los nombres de Di María y del sustituto de Lanzini -que parece que se moverá entre Meza y Pavón- dejan claros algunos detalles. Evidentemente la baja del del West Ham no puede entenderse como algo positivo, pero puede tener un impacto relativamente favorable en el once argentino.
Di María venía jugando abierto en izquierda. Sampaoli le veía como un acelerador, pero su desborde y cambio de ritmo no son los de antaño. Sin Lanzini, en la banda opuesta sí puede haber un futbolista que fije en la cal, con piernas para salir con potencia. Meza o Pavón cumplen con este requisito, y eso puede provocar un acercamiento de Di María a los carriles interiores, donde ha quedado demostrado en sus últimos años en el PSG que en este momento tiene más capacidad para pesar en los partidos, y puede ser un apoyo crucial entre Lo Celso y Messi para que el del Barça no tenga que obrar un milagro cada ves que reciba la pelota. La falta de calidad es un problema para Argentina, y la enorme presión sobre sus hombres, quizás uno más grande, pero la sensación es que Sampaoli, teniendo en cuenta tiempo y espacio, va a ser muy coherente en Rusia.
andoniog 11 junio, 2018
Pues a mí Higuaín me parece superior a Agüero en términos de asociación y dar continuidad a los ataques del equipo argentino. El de la Juventus ha mejorado muchísimo fuera del área en los últimos años.
Por otra parte, la responsabilidad que va a exigir la idea de Sampaoli a Lo Celso lo convierten en claro candidato a jugador revelación.