El estatus y la categoría de Gareth Bale deberían situar al galés, en un contexto de encuentro como el que va a producirse en el próximo clásico entre Barcelona y Real Madrid, entre los futbolistas a los que Zinedine Zidane debía de buscar proteger de cara al próximo 26 de mayo. Es el espacio en la plantilla que tuvo, de forma natural, nada más aterrizar procedente de Londres, y que ha ido perdiendo paulatinamente por las circunstancias, hayan estado éstas derivadas de los problemas físicos o del excelente rendimiento de Lucas Vázquez, Marco Asensio o Isco Alarcón.
El técnico francés consiguió dar forma, siguiendo con la tendencia que asentó Carlo Ancelotti, a un 4-3-3 en el que Bale y Cristiano Ronaldo, como extremos de un once que contaba con Karim Benzema como un complemento perfecto para ambos, eran decisivos. No se puede decir que el contexto táctico no buscase explotar al futbolista galés, que tenía en el perfil derecho a Modric para alimentarle y Carvajal para rellenar el espacio exterior en campo contrario. Eso significaba sitio para combinar en el carril interior diestro o posibilidad de correr en situaciones de transición, aprovechando el pase profundo del croata.
A Bale se le ha intentado potenciar a través del sistema
Sin embargo han pasado los años y Gareth Bale ha perdido jerarquía. La previsión era que se fuese acercando a un Cristiano Ronaldo que es, por razones obvias, el hombre a potenciar a través del sistema, pero la tendencia ha sido radicalmente opuesta. Una lesión en el tramo decisivo de la temporada pasada hizo que Zidane encontrase espacio para un Isco que jugó al mejor nivel de su carrera, y a pesar de que el 4-3-3 venía dejando claro que el Real Madrid conseguía ocupar mejor los espacios en campo rival, abrir líneas de pase con más soltura y quedar mejor ubicado para recuperar después el cuero, la variación con el malagueño dio paso a un equipo dominante.
Sin embargo el 4-3-1-2 no logró mantener, en el arranque de este curso, esa suficiencia que alcanzó su clímax en el segundo tiempo de Cardiff. La no presencia de Cristiano Ronaldo o la falta de continuidad de Carvajal dinamitaron la excelencia necesaria para que la titularidad de Isco con total libertad y la no ocupación fija de ambos extremos compensase, de modo que Zinedine Zidane tuvo que ajustar sus piezas para ir enderezando la temporada. Era un contexto propicio para que Bale asumiera la responsabilidad, porque a nivel de sistema el equipo necesitaba de una figura como la suya, y porque por jerarquía era obviamente el indicado para dar ese paso adelante.
Los problemas del arranque de curso pedían a Gareth Bale
Sin embargo y salvo aportaciones puntuales del galés, la variante ganadora ha sido un 4-4-2 en el que Lucas Vázquez y Asensio ocupan ambas bandas. Ha sido la mejor opción para que Cristiano Ronaldo volviera a encontrar remates cómodos de forma constante, y aunque a la opción Isco más Casemiro es difícil de renunciar en las grandes noches, los dos extremos consiguieron reactivar al portugués, hacer al Real Madrid generar ventajas de forma más frecuente en los últimos treinta metros y, además, aportar un plus defensivo con el que los de Zidane han defendido mejor los carriles exteriores.
Lo que ha provocado en Bale es que el galés se encuentra sin espacio en el 4-3-1-2, donde no es un buen complemento para Cristiano Ronaldo como segundo punta, no logró provocar el regreso al 4-3-3 que por momentos pareció tan necesario, y en el 4-4-2 Lucas y Asensio parten por delante por méritos propios. Bale ha quedado en este momento como alternativa para este último dibujo con un rol tan básico como el de extremo zurdo para correr y centrar, y la gran pregunta es si ha sido un tema de no ser capaz de asumir unas responsabilidades que sí tiene en la selección con la presencia de Cristiano o si sólo la táctica ha pesado en su pérdida de protagonismo. El clásico y la final de Kiev, aún con un papel secundario, pueden ser un todo o nada para el galés en Madrid.
roumagg 6 mayo, 2018
Ojalá veamos hoy a la BBC (porque tengo la impresión de que no va a ser un partido de rotaciones salvo sobrecargas o riesgo de lesión y que Cristiano, Ramos o Kroos juegan seguro). Un último baile, por la delantera que reconquistó Europa, ya sea en un encuentro sin valor útil para ganar la Liga pero que al fin y al cabo van a seguir muchas personas en el mundo.
Comentas que le han ganado la partida Lucas y Asensio. Yo no diría eso. El principal problema de Bale han sido las lesiones, que han sido muchísimas. Sin ellas, a Bale, al gran Gareth Bale de 2013, 2014 o 2016, que es el 2o mejor jugador que yo he visto en este club, no le adelanta en la rotación un jugador con bastante menos nivel como Lucas o un proyecto aún inconstante y con menos condiciones físicas como Asensio (siendo el mallorquín buenísimo, obviamente). Incluso, diría que ni siquiera han competido en igualdad de condiciones. Entiéndase esto, porque es cierto que Lucas y Asensio venían por detrás. Pero, una vez Bale se recupera de la última lesión, tras reaparecer en el Mundial de Clubes, el galés se convierte en una de las causas que explicaron la mejoría del Madrid en en 2018. Se juegan algunos partidos con la BBC (como Mestalla, donde se golea), se vuelve a ganar, se vuelven a crear muchas ocasiones y se recuperan sensaciones. Tácticamente, la vuelta de Bale solucionó muchas cosas, y lo cierto es que el galés en lo físico iba hacia arriba. Pero Zidane prescindió de él de repente, jugando con Isco de titular vs PSG y metiendo a Lucas y a Asensio en la segunda parte. Y no volvió a tener un rol de titular, instalándose el 4-4-2 abierto sin Bale como una opción seria que se vería en más partidos, y que dio resultados. Bale, por decirlo así, no perdió el sitio en el campo, excepto si se valora excesivamente aquel partido en Levante.
A partir de ahí, entre que venía de lesión y aún no estaba del todo recuperado y el golpe anímico de verse fuera para un jugador que golpes anímicos ya había recibido muchos en forma de lesiones en el año previo, Bale se cae, y desde entonces en la mayoría de sus minutos hasta parece que físicamente no está bien, que no está rápido. Pero a Bale se le podía haber ayudado más si se hubiera tenido hacia él un trato especial como el que siempre cabe esperar hacia los que son mucho mejores que la mayoría. No digo tácticamente, que también, pero lo cierto es que en este equipo cuesta nombrar a un jugador al que se le ayude tácticamente, siendo el caso más sangrante el de un proyectazo como Kovacic al que tras más de dos años no se le han conseguido pulir los defectos y que resta al colectivo cada vez que juega, mientras Llorente ni va convocado (o el de Asensio, que tácticamente debería ser ya mejor jugador del que es). El ganar inmediato por supervivencia y esfuerzo defensivo está dejando a muchos proyectos por el camino, sobre todo esta temporada. Me parece un poco un sacrilegio, porque estos jugadores dan para ganar más y con más nivel futbolístico, pero en esas estamos.