El Real Madrid vivía un arranque de temporada realmente complicado. Después de arrasar al Barcelona en la Supercopa de España, la sanción a Cristiano Ronaldo y un irregular rendimiento en el campeonato liguero provocó que el curso blanco se tambalease desde el primer momento. Sin poder contar con Bale y sin funcionar el 4-3-1-2 que tan sólo unos meses antes parecía el clímax futbolístico de la obra de Zinedine Zidane después de la brillante segunda parte contra la Juventus en Cardiff, la aparición de Lucas Vázquez y Asensio como dupla pasó a resolver de forma, además muy vistosa, muchos de los problemas blancos.
El 5-0 frente al Sevilla en la jornada 15 abría un nuevo panorama para el técnico francés. Sin extremos, los dos laterales merengues pasaron a tener que asumir una responsabilidad demasiado grande en los ataques, y sin mostrar la finura vista en el final de la temporada pasada, el sistema blanco se desmoronó. Cristiano Ronaldo no hacía goles porque el Real Madrid no conseguía asentar la pelota arriba, desbordar y dejar en buena situación al portugués para que finalizase jugadas, de modo que la tremenda actividad de la pareja de extremos españoles, sumada a un momento de forma que superaba a sus compañeros desde el ritmo y la intensidad, llevó a considerarles titulares durante esa fase intermedia del curso.
Lucas y Asensio cambiaron el ánimo de la temporada del Real Madrid
Lucas Vázquez y Asensio cambiaron de forma radical dos problemas del juego blanco. Por un lado, el equipo ganó posibilidad de contragolpear, algo que se antojaba imprescindible teniendo en cuenta que los de Zidane no conseguían dominar los partidos a través de la pelota, y por tanto los espacios que atacar eran cada vez más amplios. Por otro, los ataques posicionales comenzaron a dar a Cristiano Ronaldo más situaciones de gol. El propio desborde de Lucas Vázquez y Asensio en ambos perfiles provocó centros al área con el rival peor perfilado por el desequilibrio producido antes del centro, lo que alimentó más y mejor al ariete portugués, y además los dos laterales del Real Madrid comenzaron a encontrar su velocidad de crucero habitual, porque tenían a quien pasar la pelota y aprovechar ese apoyo para doblar por dentro o por fuera y tener una marca fijada.
Eso fue lo que Lucas y Asensio aportaron al, en aquel momento, espesísimo ataque del Real Madrid, pero además la pareja de extremos pasó a ser un elemento clave para competir en la Champions League. El motivo seguía siendo que el sistema blanco no lograba potenciar a los jugadores de más calidad, y si Modric, Kroos, Benzema, Cristiano Ronaldo e Isco no metían de forma constante al equipo blanco en campo contrario, el déficit defensivo resultaba demasiado evidente. Con el rombo, el Real Madrid vino sufriendo de forma sistemática, y quedó evidenciado de forma especial en el partido de vuelta frente a la Juventus de Turín, donde la libertad con la que se sumaban al ataque los laterales bianconeri provocó un auténtico caos en el sistema defensivo del Real Madrid. Con Lucas y Asensio, Zidane consiguió proteger de forma constante las bandas, por lo que el equipo ocupaba mejor los espacios sin balón.
Con ambos, el Madrid se organizó mejor en su defensa posicional
Sin embargo, la titularidad de ambos llevó a tener entre dos y tres problemas que el Real Madrid, por la configuración y calidad de su plantilla, no debería permitirse. Uno es renunciar a Isco o Gareth Bale en el ataque. Dependiendo de cómo quiera resolver Zinedine Zidane la ecuación, el español y el galés dan al cuadro blanco un contexto de control absolutamente necesario para sostener en defensa la naturaleza de Kroos y Modric. Con Bale, el 4-3-3 ofrece un punto más de amenaza en transición y permite un escenario muy valioso a Carvajal y a Marcelo, que encuentran en el galés y en Cristiano Ronaldo dos socios de auténtico lujo en la posición de extremo en los ataques posicionales. Con Isco, el once blanco suma a un genio entre líneas que desestabiliza las marcas rivales y ofrece siempre una línea de pase vertical a Kroos y a Modric.
Pero el Real Madrid, alineando a Lucas Vázquez y Asensio, no sólo pierde eso, también se desvanece la figura de Casemiro como pivote defensivo si Zidane pretende mantener un acompañante para Cristiano en el ataque, y el brasileño ha demostrado sin lugar a la duda que es un argumento ganador en situaciones límite de la Copa de Europa La referencia del mediocentro blanco por detrás de la línea de la pelota hace menos arriesgado que Carvajal y Marcelo tengan esa libertad para fijar su posición arriba y después permitirles movimientos de todo tipo, sobre todo en el caso del brasileño, que acaba jugadas en zona de mediapunta, con el consiguiente riesgo que supone la pérdida. Su control de las transiciones rivales y, además, el plus que suma en juego aéreo para defender salidas directas o situaciones de balón parado provocan que su ausencia en el once en una final de Champions sería un lujo excesivo.
No cabe duda de que la estructura dominante del Real Madrid es con Lucas Vázquez y Asensio fuera de su once, lo que no resta un ápice al valor que ambos pueden tener en Kiev. De hecho, son dos jugadores de primer nivel que no estarán desactivados en términos de mentalidad cuando Zidane recite el once y no se vean entre los elegidos, lo que sin duda les da un valor añadido, y algo que permite al francés cambiar radicalmente el plan de partido o adaptarse a las necesidades que el guión vaya planteando. La figura de ambos, que podría resumirse diciendo que antes de que Lopetegui diera la lista de España para Rusia, todos esperaban que los dos estuvieran en ella, explica la enorme profundidad de la plantilla del Real Madrid, algo que teniendo en cuenta la debilidad del rival en ese sentido, puede acabar siendo determinante en Kiev.
Felipe 24 mayo, 2018
¿Existe algun minimo, minimo de posibilidades de que Isco sea mejor futbolista del mundo a día de hoy tras Messi y Cristiano? Sabiendo que es un centrocampista y muy diferente a otras estrellas