Diego Pablo Simeone se inventó un nuevo eslogan para la última campaña publicitaria de su Atlético de Madrid en su visita al Emirates Stadium. Después de que a los pocos minutos del comienzo de la semifinal de la Europa League ante el Arsenal Sime Vrsaljko fuera expulsado, sus diez jugadores se miraron para vencer en un abismo reconocido por algunos de ellos, los que menos dudaron de lo aprendido en todos estos años. Fruto de las circunstancias y aprovechando la coyuntura para competir, el técnico argentino habló por sus semejantes para poner en palabras lo que significa, todavía y siempre, su proyecto: «Este equipo está entrenado para sufrir». Y así se lo hemos contado, le faltó decir.
La segunda amarilla del lateral croata, como no podía ser de otra manera, marcó todo el contexto emocional y futbolístico de este primer duelo entre rojiblancos y gunners. Hasta ese momento, dentro de los compases en los que tratan de asentarse los roles, los de Simeone comenzaban a dibujar un 4-4-2 en el que Thomas y Saúl parecían moverse más veces de las que se quedaban quietos. Y el plan del Arsenal era meridiano. Con Xhaka y Wilshere abajo, atrayendo la atención de los pivotes madrileños, Welbeck, Ramsey y Özil distraían desde diferentes zonas a la espalda de la medular colchonera.
La expulsión de Vrsaljko cambió el contexto táctico y emocional del cruce
Dando todo el espacio a los laterales, Monreal y Bellerin, los de Wenger mostraban su inequívoca naturaleza ofensiva, muy ofensiva, para embotellar y combinar muy juntos y muy arriba, con el centro al área o la pared como recursos más utilizados. El caso es que el Atlético se quedó en inferioridad numérica y se acabaron los espacios a espaldas de ninguna línea; todos fueron apareciendo por delante de los medios colchoneros y en los costados. El Arsenal acumularía un altísimo porcentaje de posesión de balón, una casi garantizada segunda jugada tras cada acometida y mucho tiempo para abrir la lata.
Además, el Atlético se activó para que no surgieran dudas de que se prepararía para resistir. A nivel posicional, sus dos mejores jugadores con balón, los que mejor conectan y juntan a los suyos para transitar, Antoine Griezmann y Thomas Partey, quedaron relegados a zonas exteriores. El ghanés se situó en el lateral derecho y el francés en el costado opuesto de las barricadas rojiblancas. El Arsenal, por su parte, debía manejar un nuevo escenario en el que la superioridad numérica se tradujera en el marcador, una relación que lo convertía en favorito. El Arsenal, sí o sí, estaba obligado a sacar clara ventaja en su ataque posicional.
El Arsenal asedió al Atlético pero fue perdiendo creencia
Y ahí comenzaron a sacarse lecturas. La primera es que el Atlético fue quien supo extraer todo el zumo a semejante adversidad. De donde quizás no había, en la cercanía con lo extremo, se fue apoyando en un sentimiento que ha recorrido su crecimiento como equipo y su espíritu como proyecto, aquel por el que en cada cruce de eliminatoria europea, ante un equipo superior, necesitaba sentirse inferior para bregar en cada lance. No es de extrañar que Diego Godín completara un partido en los que disfruta más que nadie, el partido en el que menos dudas tuvo de sí mismo en toda la temporada. Había recuperado el cómo.
Y es que sin haberlo buscado, el Atlético de Madrid construyó de nuevo un relato donde se siente cómodo. Para colmo, y sabiendo que 80 minutos de reduccionismo total no le bastarían, agarró la escena, la sacudió, y se permitió un tramo de presión y derroche en campo contrario. Todos los futbolistas se fueron al ataque, ninguno dudó y vivieron hasta el final de la primera parte en una igualdad en el terreno, sumando más pases, recuperando más arriba la pelota y disputando el juego más alejado de su principal sustento, un Jan Oblak que volvió a estar para todo.
Diego Godín realizó, en el límite, el mejor partido de la temporada
Fue así como el Atlético se garantizó no caer en el Emirates, pues pudo plasmar en el césped que de su lado tiene a Oblak, Griezmann, un sentimiento renacido y una mentalidad competitiva intacta cuando toca llegar al límite, cuatro argumentos donde, sin matices, es superior al Arsenal inglés.
Foto: Mike Hewitt
Carlos 27 abril, 2018
En mi opinión el Arsenal por varios tramos llegó hacerlo realmente bien. Solo que les faltó anotar y aveces le faltó algo de veneno arriba.
Ahora, sé que soy pesado y aburrido con lo de la calidad de los futbolistas, pero es que ayer el Atletico en gran parte no pierde porque Oblak y Griezmann juegan en su equipo. Antoine tiene la calidad para no fallar, nadie en el Arsenal tiene eso, y Oblak para salvar.
Sobre este ultimo, supongo que yo tendría que haber sido colchonero para comprender porque hinchas del Atleti dicen preferir a Courtois. Comprendo lo de la seguridad aerea y tal, pero es que a día de hoy en la elite, portero que no le haga milagros a su equipo, no se si decir restar, pero definitivamemte que será menos determinante..
Porque se dice mucho que esa buena colocación se lo hace más facil y evita que tenga que hacer esas paradas, cosa que discrepo. Tarde o temprano no va ser suficiente la academia y se va a necesitar "magia".
Esa " magia" que tuvo Iker , y que hoy tienen Ter Stegen, De Gea y Jan Oblak.