El Real Madrid ha anotado 30 goles en los últimos 7 partidos, una cifra que ha dado paso a la mejor versión colectiva blanca, esa que permite a su entrenador variar de dibujo, activar piezas más secundarias y recuperar la iniciativa que tanto tiempo le ha costado a un equipo que ha encontrado los caminos del juego y el gol. Sin Marcelo, Isco, Kroos, Modric o Ramos, la confianza generada dio pie a un equilibrio que partió de la movilidad de los atacantes utilizados por Zidane, la idea del encuentro más relacionada con el dominio del choque por parte del vigente campeón de Europa. Abelardo, en su visita al Bernabéu, se quedó sin continuidad ofensiva, un concepto no del todo relevante si tu plan defensivo no deja dudas, pero los vitorianos estuvieron siempre lejos de un robo de calidad.
Sin pasadores, el Madrid compensó con movilidad
Para explicar el dominio que el Real Madrid ejerció en campo contrario desde una alineación que sólo contaba con dos centrocampistas como Casemiro y Kovacic, caba señalar el papel de la BBC y Lucas Vázquez, quienes configuraron un encuentro de ritmo alto, gracias a un intercambio posicional y un reparto de espacios propios de un equipo con energía y salud. Desde la banda y partiendo desde la última línea, los cuatro hombres más adelantados de Zidane estuvieron ofreciéndole al balón, permanentemente, una vía más cercana y otra de posterior ruptura. Benzema y Ronaldo, los más móviles, se encargaron de escalonar las alturas y de caer a los dos costados para dar una primera opción de pase y una posibilidad de activar un espacio tras arrancada.
El Alavés nunca pudo robar más arriba
La segunda idea que favoreció el dominio tras pérdida radicó en el dinamismo de los pivotes, con uno de los dos desahogando, casi nunca en paralelo a su compañero. Desde ahí, la fluidez y la altura ofensiva dotó al ataque madridista de un control estable y un escenario coherente con su versión más reconocible. Compensando la ausencia de pasadores, la iniciativa de todos los futbolistas propició la creación de espacios, combinaciones continuas y ofensivas reiniciadas en campo contrario. Enfrente, un Alavés que intentaba salir con Sobrino, Pedraza y Hernán Pérez, siempre en salidas individuales que morían una vez el Madrid defendía siempre mirando a la jugada y acompañando coralmente en el lado del balón.
Cristiano Ronaldo estuvo participativo y determinante
En un partido sin demasiadas alternativas, cabe destacarse la actuación de Cristiano Ronaldo. El portugués completó uno de esos partidos que le reconcilian con todo lo que puede dar incluso con un físico reducido. Su lectura, su participación y su descomunal olfato para llegar y rematar comienza a recordar y entender como posible que lo de la temporada pasada entre febrero y mayo sea perfectamente reproducible. No sólo está para transformar un flujo de juego colectivo sino para ayudar a crearlo.
Foto: Denis Doyle/Getty Images
Carlos 25 febrero, 2018
" No solo esta para transformar un flujo de juego colectivo sino para ayudar a crearlo"
Es que Cristiano es uno de los jugadores mas inteligentes que he visto en mi vida. Bastante por encima del promedio diría yo, y un futbolista con una tecnica muy muy exquisita como para ser mas creativo de lo que ha sido en su carrera, pero creo que explotó mas las virtudes que sintió lo harían destacar más.
Cuidado con el Madrid, que no veo ni a 3 equipos más cerca de la Champions… cuidado.