Mircea Lucescu, sentado en el palco del estadio Metalist, dejó por herencia una manera de entender el fútbol. Desde la adquisición de futbolistas brasileños hasta la formación de conjuntos alegres y muy verticales, el Shakhtar Donetsk ha sido siempre un contrapunto entre todo su alrededor. En la ida de octavos de esta Uefa Champions League 2017-2018, los de Paulo Fonseca dominaron por completo a una Roma que se vuelve a Italia viva pero tocada. La actuación del vibrante Allison Becker salvó de la quema a los de Di Francesco, completamente desubicados durante la mayor parte de la noche. El característico sistema del equipo ucraniano hizo mella en la discontinuidad defensiva de los romanos.
El Shakhtar Donetsk juega y actúa con una premisa muy clara: el jugador que tiene la pelota tiene que tenerla poco tiempo en su poder. Para que eso tenga una trascendencia ofensiva, a su alrededor va a tener siempre una opción de pase para superar una línea y un arrastre, a máxima velocidad, de un compañero incorporado por un carril externo. La secuencia fue repetida como un gif, en la que todos sus jugadores responden de manera automática a la necesidad de la jugada clásica del Shakhtar. Y eso no implica que siempre rompa por fuera el mismo o que siempre reciba por dentro uno solo. Con Marlos y Taison en la mediapunta, Fred para batir líneas e Ismaily acelerando como Jordi Alba por la izquierda para ganar línea de fondo, los tiempos de cada combinación de los ucranianos fue perfecta. Como lo han sido toda su vida. Su ataque posicional es un engaño. Nadie la tiene más de dos segundos y todos agreden con un pase o un arrastre velocísimo.
Los de Fonseca realizaron un auténtico partidazo
Esto contrastó con el débil posicionamiento de la Roma. Sin costumbre por los repliegues ordenados, unitarios y compartidos, la Roma sufrió mucho para contener la zona más virtuosa de su rival. En la zona de los mediapuntas, Marlos y Taison activaron y castigaron la espalda de Strootman y De Rossi con pasmosa facilidad. La Roma formaba filas pero no muros, así que se preparó para defender el pase atrás de un lateral. Ahí sí respondieron los romanistas, con un imponente Federico Fazio, muy superior en el área a Facundo Ferreyra. El argentino nunca sacó de posición a su compatriota, algo que pudo ser muy productivo, como se vio en la segunda parte con los movimientos de Taison.
Lo cierto es que en la primera mitad, el Shakhtar entendió, como es habitual, el área de la Roma como un ring. A lo Manny Pacquiao, los locales lanzaban manos por todas partes, acosaban por los costados, combinaban centros con disparos, pero no concretaban. La Roma esperaba su momento y lo aprovechó con una acción portentosa, entre cuatro jugadores, que explica bien el poco protagonismo de su centro del campo. Su mediapunta, Nainggolan, tocó la pelota 16 veces. Su equipo inicia, progresa y finaliza por las bandas, sin pararse nunca en el carril central. La combinación más repetida estuvo entre Kolarov, Perotti y Strootman. y Por ahí llegó el gol del turco Ünder.
Cengiz Ünder sigue brillando en la Roma
La segunda parte, no obstante, tuvo un solo dueño. La reacción anímica local tras el gol fue enormemente positiva, y de una enorme personalidad. La Roma, sin estructura posicional ni con balón para crear un plan sólido, basado en la tenencia de la pelota o en la seguridad defensiva, se enfrentó al peligro: el Shakhtar sólo tenía que insistir. Y lo hizo hasta derribar la puerta a base de genialidades. Sus constantes seguían siendo palpables: balón por dentro, recepción, giro, combinación y apertura a una banda, donde uno fija con balón y una pieza retrasada llega al espacio como un cohete. Centro al área y dominio de la segunda jugada.
En dicho escenario, apareció Allison, el cancerbero romanista, que salvó dos goles cantados, y Bruno Peres, que sobre la bocina se inventó una parada con el pie que dejó al Shakhtar lamentando llevarse poco botín de una segunda mitad incontestable. Reflejo de lo que son ambos equipos, la Champions se cerró con un partido que deja todo abierto para la vuelta. El ritmo del Shakhtar volverá a estar presente en Roma. Y Di Francesco deberá tomar nota para generar un partido muy diferente al que sufrió ayer.
Foto: GENYA SAVILOV/AFP/Getty Images
iLoveCholo 22 febrero, 2018
Parece que el primer proyecto de Monchi en Roma con Di Francesco al mando no es todo lo fiable que debería ser a estas alturas.
Ayer vi la segunda parte, pq la primera la dediqué al Sevilla – Man.U., y me pareció que la Roma es un equipo muy blando el cual no se para lo suficiente arriba como para juntarse y luego poder robar la pelota rápido para seguir atacando.
Pero recalco que sólo vi eso 45 minutos y de la Roma este año he visto un par de partidos, por lo que más que una idea, tengo una impresión.