Samuel Umtiti se ha ganado por derecho propio ser considerado un pilar del Fútbol Club Barcelona de Ernesto Valverde. No sólo ser una pieza de primer orden a nivel defensivo, sino serlo de manera incondicional, otorgando al equipo ventajas colectivas y anulando las del rival con una inusitada fiabilidad, convirtiéndose en uno de esos nombres citados para aludir a la renovada calidad diferencial que el Barça había perdido tras la marcha de Valdés, Puyol, Alves, Xavi o Neymar. El formidable central galo forma parte pues de la élite de la posición, situando al Barcelona en la senda, de nuevo, por recuperar la solidez defensiva que le permite su sistema de juego y la propia calidad de sus piezas. Su baja, por tanto, tenía un calado más que considerable, diríase estructural y aún más sensible por el nivel de Gerard Piqué, algo lejos de sus mejores momentos en el arranque de la temporada actual. Valverde necesitaba nivel.
La baja de Umtiti parecía un problema importante para Valverde
Su sustituto, además, se había acostumbrado a no rendir. No tenía demasiadas oportunidades y éstas tampoco podían ser una opción por su discontinuidad física. Thomas Vermaelen llegó a ser cuestionado desde todo punto de vista, hasta el punto de verse como un parche muy puntual y transitorio. Sea por el camino competitivo del Barça, intacto y creciente, o por su propio despertar, lo cierto es que el zaguero belga está ofreciendo el nivel que le llevó al Camp Nou. Porque precisamente está pudiendo ofrecer todas las virtudes, más algún añadido, que le han distinguido. Su nivel de juego, en todas las facetas, está sobresaliendo, en el dominio de su equipo y en las jugadas más comprometidas que ha tenido que desbaratar. Con balón, sin él, lejos de Ter Stegen o a un metro del alemán.
Vermaelen se hizo un hueco en el panorama europeo por su equilibrada modernidad. Su físico era perfecto; buena cintura, buena envergadura y complexión, y notablemente rápido sin ser un velocista. Además, su nivel técnico iba a la par; buen pasador, con buenas maneras para sumar en contextos de protagonismo, quizás más ordenado que creativo pero con dotes para un escenario donde el trato del balón es básico. Como colofón, tenía dentro un fantástico sentido de la colocación, seguramente su mejor virtud como central, y una agilidad para tomar decisiones muy propia del ritmo de juego actual. En su debe, un carácter algo particular, falto de un punto de agresividad en el cuerpo a cuerpo y una ausencia de mensaje mas necesario de lo que parece entre auténticos jefes de zaga. Las lesiones derivaron en una falta de confianza que lo llevaron a la una casi total transparencia.
La colocación de Thomas Vermaelen es una garantía
Ahora, ha sido precisamente un contexto de necesidad en su posición el que le ha permitido que todas sus virtudes puedan sumar y que su, a priori mayor debilidad, se haya convertido en algo realmente valioso. Vermaelen no hace ruido y en el Barça de Valverde esto no ha hecho más que pasar a ser algo fundamental. Su carácter calmado y la confianza recobrada hacen del belga un auténtico seguro. En sus cinco últimas apariciones no ha perdido un solo balón, promedia menos de una falta cometida por encuentro y muestra un equilibrio, equidistante tanto del exceso como del defecto, que le ha llevado a normalizar situaciones de verdadero peligro y riesgo para los suyos, haciendo del mejor Piqué en el área y excelente compañero de Busquets en la primera conexión. Con una limpieza soberbia en cada disputa individual, en cada despeje orientado, en cada tackle y en cada pase, Vermaelen es el vivo ejemplo de cómo una plantilla puede ser considerada larga o corta, activa o desaprovechada. Thomas lo está demostrando.
Foto:Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
Charlie Saa 11 enero, 2018
Y apuntar que Valverde tiene una gran responsabilidad en esto. Valverde confió en que el belga se quedara cuando parecía que ya no le quedaba mucho por dar. Un punto más para Don Ernesto.
A propósito de centrales, dentro de poco lo de Yerry Mina ya va a ser oficial, está a punto. ¿Cómo lo ven? Tiene una envergadura y una fuerza de primer nivel. Además es un gran cabeceador y se anima a salir jugando. Su gran debe es su aceleración y velocidad de punta, aunque usualmente compensa con buena anticipación. ¿Qué rol le dará Valverde cuando tenga a todos sanos?