Es difícil calibrar las perspectivas y expectativas que Henrikh Mkhitaryan y Arsenal FC tienen depositadas en la operación que ha llevado al armenio al Emirates Stadium. El ya exjugador del Manchester United es un futbolista ciertamente particular que ha sufrido un frenazo en su carrera. Después de explotar como tremendo llegador en el Shakthar y brillar maravillosamente de la mano de Klopp, su fútbol va a encontrar un contexto no del todo claro tras no encajar en uno que se dibujaba desde la claridad. Y puede que por ello, en su desembarco en Londres, nazca una oportunidad, pero no será sencillo. A priori no suena del todo idílico. Sobre todo por lo que ha significado su inmediato precedesor, Alexis Sánchez, en el último ciclo del Arsenal.
De entrada, Arsene Wenger tendrá que hacerle un acomodo. En las últimas semanas, el alsaciano ha alternado su 3-4-2-1 y ha vuelto en determinadas semanas a la línea de cuatro defensas y una configuración que daba prioridad a Jack Wilshere, con Xhaka a su lado y Özil por delante e incluso en un 4-3-3, con Elneny por detrás y Özil partiendo desde la derecha. Con el alemán como referencia creativa, Mkhitaryan podría volver a la banda en un equipo que no se destaca, más si apuesta por Wilshere junto a Xhaka, por su velocidad. Si Wenger no recupera el 3-4-2-1, lo más probable es que lo haga, con doble mediapunta, el armenio podría jugar en un costado de un equipo más posesivo y no tanto de transiciones. No es la mejor de las opciones.
Mkhitaryan creció en un equipo nacido desde la presión
Podría decirse que Mkhitaryan está técnicamente preparado para todo. Brilló heredando la mediapunta de Götze en un equipo de ritmo altísimo que demandaba un control de balón primoroso pero que a la vez permitía a su mediapunta ser más un delantero, realizando acciones técnicas precisas y no tan numerosas, casi todas orientadas para acelerar y definir, de primer nivel. Pero Henrikh no puede hacer todo. Primero, necesita jugar por dentro porque por fuera carece de desborde en parado y de elasticidad para serl extremo. Y segundo, sería muy extraño que se destapara como un mediapunta de mucha participación.
Lo cierto es que Mkhitaryan fichó por el United gracias a que el Borussia Dortmund era un colectivo que nacía desde la presión. Robaba arriba. Y cuando tenía la pelota, se saltaba muchas estaciones. Hummels y Gündogan agredían con pases filtrados que no daban tiempo. Es decir, Mkhitaryan quiere que todo pase rápido. El United de Mou, que no nacía desde la presión, sino desde el repliegue o el envío en largo, no ha logrado darle al armenio ese contexto de velocidad «x2″ que en muchos momentos parecía provocar el conjunto alemán. El Arsenal tampoco es eso. No puede serlo, por confección de plantilla y por ideas preestablecidas.
Özil tendrá que llevar el peso de la circulación desde la mediapunta
Para Wenger surge una cuestión interesante y compleja de resolver, pues Alexis Sánchez asumió el rol de mediapunta participativo, sudamericano, que suma pases, se acerca a compañeros, dota de fluidez a la circulación y llega al gol. Y eso tendrá que serlo Özil, pues, como decimos, no ya sólo Mkhitaryan, sino tampoco Iwobi, pueden desempeñar algo similar. La otra cuestión importante, puede que la que más, es cómo llegará al gol Mkhitaryan. La clave de un equipo que nace de la presión y el contragolpe es que aparecen carriles para correr y llegar al remate, implicando a un ‘9’ -Lewandowski, Aubameyang-, que contribuía a todo ello. El ritmo del ataque del Arsenal será la prueba del algodón para un mediapunta que, paradójicamente, es más goleador que cualquier otra cosa.
elfutbolero 26 enero, 2018
Sin duda una de mis debilidades. Uno de esos jugadores que me han hecho sentarme en el sofá por partidos que en otras circunstancias no habría visto (no sigo prácticamente nada la liga alemana).
Cuando llegó de la mano de Mourinho al United y al tenor del estilo que el portugués suele implementar en sus equipos, eran pocos los que no apostaban por un maridaje ejemplar. Al fin y al cabo, ¿quién no podía intuir que el jugador armenio liderara las transiciones mancunianas con ese excelso control orientado, esa elegante conducción de la pelota (con la espalda erguida y la cabeza alta en todo momento) y esa gran velocidad? Pero el disponer de Fellaini, Pogba e Ibra, sumado a que por una cuestión de adaptación Mkhitaryan no ralló a niveles precedentes, fue demasiado sugerente para Mou.
Esta temporada el contexto era aún más complicado, con un ManU que pasa más tiempo replegado en el primer tercio del campo que ninguno de los otros 6 primeros equipos, por no hablar de la apuesta decidida por la salida en largo hacia Lukaku. Si añadimos la explosión de Lindgard, la recuperación de un puesto en el once por parte de Mata y el paso adelante de Martial y Rashford, las puertas del ídolo armenio quedaron cerradas.
Sobre su adaptación al equipo londinense no soy tan pesimista. Oportunidades en el once inicial tendrá seguro -y eso es lo primero- porque sencillamente se encuentra entre los once mejores jugadores de su equipo, y su condición de mediapunta encaja a la perfección con el esquema predominante del conjunto gunner. A nivel táctico, es un futbolista que tiende a alejarse del balón y a bajar a descargar con frecuencia. Hasta ahí no hay problema; el Arsenal dispone de jugadores que gestionan bien la circulación del balón como Xhaka, Ramsey u Özil. En cuanto al ritmo, sí que es verdad que disfruta con un juego ajetreado que le abra espacios para conducir y superar por velocidad a los rivales, pero es que Henrikh es un jugador maravilloso en las acciones técnicas. Quizá la única razón de que no le hayamos visto destacar en contextos donde el ataque estático sea una constante es porque simplemente no ha estado antes en ningún conjunto así.
Muchas ganas de verlo a las órdenes de Wenger. Evidentemente, en líneas generales Alexis es mejor jugador, pero sería una buena noticia para la Premier League recuperar al Mkhitaryan del Borussia.