Alrededor de Andrés Iniesta se está construyendo, en presente continuo, un Barcelona que está expresándose en un punto equidistante entre sus pasados más recientes, entre el juego de posición más académico y las transiciones más fugaces, justo el punto en el que quiere ubicarse su entrenador, Ernesto Valverde: control posicional, seguridad defensiva y ataques profundos que acerquen a Leo a la definición. Entre esas ideas, y con Sergio Busquets reservándose para el próximo enfrentamiento ante el Real Madrid, el genio manchego buscó las cosquillas de Cristóbal Parralo y su Deportivo de la Coruña.
Los hombres deportivistas llegaron al Camp Nou con la idea de robar arriba y jugar con marcador a favor. El repliegue pasivo, ordenado y prolongado nunca fue una opción para los gallegos, y sin Busquets, con más razón de trastocar y entorpecer la salida culé. Ordenados en un 4-4-2 en bloque medio y subiendo a Borges y Guilherme a la par que la presión más adelantada, Cristóbal buscó sin hallar un resquicio en los primeros pases blaugranas. Para salir de esa primera traba, Valverde jugó con Rakitic como pivote, y entre el pase largo del croata para encontrar a los extremos y el apoyo de Messi e Iniesta, el Dépor tuvo que retrasar sus líneas sin botín.
El Dépor salió a robar, sin replegar. E Iniesta les quitó la ilusión
Constituida la fase del encuentro más repetida, cabe hacer el matiz: fue muy repetida porque el Barça se tomó demasiada tranquilidad para cambiar el ritmo. El Dépor no lograba ser sostenible ni defender de cara pero lo que sí que funcionaba antes de llegar a la divisoria, no tuvo su respuesta en campo contrario. La lesión de Alcácer hizo maniobrar a Valverde e Iniesta, que comenzó de interior diestro y pasó al izquierdo, decidió alzar la voz para flotar.
Andrés fue la diferencia porque confundió tanto al Dépor en cada recepción, abriendo muchas puertas para el siguiente escalón, el de Leo Messi, Jordi Alba y Luis Suárez. Iniesta comenzó a mezclar su posición, activó sus fintas y sus cambios de dirección y ante cada amago, apareció una ruptura o un espacio. El Barça partió de un control en mediocampo para después atacar con muchísimos espacios, lo que abrió el partido, abrió al Dépor, abrió el marcador y abrió la victoria para el líder. Y ni esta vez puede decirse que fue por casualidad. Fue por Andrés.
Foto: David Ramos/Getty Images
AArroyer 18 diciembre, 2017
¿Cómo se defiende a Iniesta cuando se inspira? O te adaptas o vas a llevarte un mareo realmente serio. Además corres el riesgo de caer hipnotizado y resignado tácticamente, sus exhibiciones tienen mucho de anular y apagar los esfuerzos y la concentración. Es muy frustrante.