El primer tercio de temporada no ha sido bueno para el Real Madrid. Ni en el juego ni en los resultados. Ello ha formulado preguntas que exigen respuestas y su entrenador está tomando decisiones en pos de poder presentarlas. La última ha sido recuperar el dibujo táctico que más simplifica a sus futbolistas las tareas del ataque posicional.
Ante el Málaga, hubo 4-3-3. Casemiro fue el pivote, Kroos e Isco (de izquierda a derecha) los interiores, Ronaldo y Lucas ocuparon las bandas y Benzema hizo de «9»; con un reparto de espacios muy parecido al que reproducían las formaciones más típicas de la era dorada de la BBC (o sea, con el extremo izquierdo más cerrado que el derecho). Sin embargo, los dos jugadores que más valoraciones recibieron en las redes fueron los dos laterales, Marcelo y Carvajal.
Con el 4-3-3, Marcelo y Carvajal jugaron su partido más agradable.
A Marcelo y Carvajal les pitaron los oídos porque el cambio de sistema les benefició más si cabe a ellos que al resto. Por un lado, contar con dos referencias externas de partida -es decir, no estar forzados a convertirse en estas cuanto antes- les da pie a participar más en la fase creativa de las jugadas; por el otro y fundamental, cuando llegan arriba no están solos, sino con el extremo o el interior cerca y presto a la asociación, otorgando a su juego unas posibilidades que con el 4-3-1-2 no están disfrutando. Y por supuesto, se les notó. No se trató de una cuestión de inspiración, sino de acomodo. También repercutió, en general, en la transición ataque-defensa merengue en el sentido de que, al estacionar sus ataques en alturas más profundas, pudieron recuperar la pelota más arriba y ahorrarse metros y segundos. Aunque no todo fue positivo.
Keko fue una pesadilla para el sistema defensivo del Real Madrid.
La capacidad de control del Real está lejos de la que alcanzó en la última primavera y el Málaga logró esquivar la presión en no pocas ocasiones. Recio y Adrián estuvieron valientes y precisos, Rolan y Peñaranda centralizaron atenciones defensivas gracias a su rapidez y lo que intimidan, y juntos ayudaron a que un jugador buenísimo que hasta ahora no estaba demostrando serlo, Keko, entonase el necesario «aquí estoy yo». También colaboró un sector defensivo formado por el liberado Cristiano, el laxo Kroos y el desordenado Marcelo. Keko contra ellos fue el mayor motivo de que Kiko sufriera tanto.
El 4-3-3 ha parecido aportar mayor fluidez al ataque del Madrid pero, de momento, no lo ha hecho un equipo ni más compacto ni más competitivo. Aun así, aparenta ser una vía más que interesante para Zidane porque quizá lo que requiera ahora su plantilla sea gozar con el balón para iniciar, cuanto antes, una dinámica positiva.
Foto: JONATHAN NACKSTRAND/AFP/Getty Images
roumagg 26 noviembre, 2017
Por qué esa gestión de Ceballos y Llorente? Por qué no tiene un gesto de confianza con ellos más a menudo? Son gente ya consagrada en la élite; no unos canteranos prometedores de 16 años que destacan un poco en el Castilla.