Carlos Soler irrumpió en la Primera División como un futbolista con una gran capacidad para activar el juego interior de un equipo. Su facilidad para recibir, orientarse y asociarse entre líneas, ejerciendo siempre como vértice superior, ayudó a desatar a un Dani Parejo al que Cesare Prandelli había tenido colocar como mediapunta por la ausencia, en definitiva, de un jugador como Soler. Sin embargo, con la llegada del 4-4-2 de Marcelino García Toral las dos posiciones que más y mejor parecían casar a día de hoy con el canterano che desaparecieron en un momento. Ni mediapunta, ni segundo interior.
Soler en Paterna ha jugado tanto de pivote como de delantero, con lo que la opción de formar dupla tanto con Zaza como con Parejo estaba ahí, pero ninguna de estas posibilidades encajaba del todo con Marce. Así que la banda, por tanto, era el único destino posible.
En derecha, Soler ya está siendo decisivo con España.
A partir de sus condiciones parecía lógico pensar que si Carlos Soler jugaba en una banda, ésta tenía que ser la banda izquierda. A fin de cuentas él es un jugador con vocación interior que podría generar superioridad por dentro para, a su vez, dejar libre el espacio para los movimientos de Rodrigo y las subidas de José Luis Gayà. Sin embargo, no es ahí donde Soler está jugando… Y destacando.
Soler está brillando en banda derecha. Es decir, en su perfil natural si fuera un extremo en los ochenta, pero en su perfil antinatural siendo un centrocampista en 2017. No obstante, esto no le está limitando. En vez de quitarle espacio, Carlos Soler ha encontrado en esta posición la posibilidad de ser centrocampista, extremo y punta a la vez. Seguramente haya perdido protagonismo, porque el gran centro neurálgico de la posesión valencianista se encuentra entre Parejo y Rodrigo, pero desde este papel más secundario está siendo igual de trascendente. O incluso aún más. Sus cinco goles producidos en siete partidos le convierten en un complemento perfecto a Zaza o Guedes, puesto que además Carlos Soler tiene el don de aparecer cuando nadie le espera. Atacando el punto de penalti desde la frontal, como en el Santiago Bernabéu, suma una referencia más. Pero es sobre todo en el piquito del área, cerca de Dani Parejo, desde donde se encuentra realmente cómodo.
En derecha, Soler ya fue decisivo ante Estonia Sub-21.
Y es ahí, en el vértice del área, donde Albert Celades también le está probando con España Sub-21. Ante la sobrepoblación de centrocampistas (Rodrigo, Merino y Ceballos, en esta ocasión), el técnico catalán le está dando un rol bastante parecido al que tuvo Isco Alarcón con Lopetegui. En resumen, le está haciendo intervenir más. España se asienta arriba con más facilidad y durante más tiempo que el Valencia por circunstancias obvias, lo cual enfoca a Soler más a lo que puede ser en un futuro que a lo que ahora mismo es en el presente. Pero esto en realidad da igual. Sea cual sea el contexto y la posición, Soler logra imponerse hasta convertirse en un futbolista, como mínimo, útil. Y no hay mejor comienzo posible para un chico que con 20 años sólo tiene posibilidades abiertas.
Foto: ROMAN BOSIACKI/AFP/Getty Images
Luis 10 octubre, 2017
Es tremendo cómo Marcelino ha integrado en su sistema a dos piezas que, a priori, no encajaban demasiado, ni con el sistema ni con el estilo. A Parejo no le veía suficientemente sólido para formar en un doble pivote, y Soler, por su juventud y versatilidad, sí era más fácil de adaptar a banda, pero no creo que muchos se esperaran este rendimiento. Lo de que juegue por la derecha, imagino que tiene mucho que ver con acercarle a Parejo, con el fin de que se asocien y generen espacios en la otra banda que aprovechen Guedes o Pereira.
Salvando las diferencias, me recuerda un poco al caso de Koke, un jugador que, a pesar de tener características más idóneas para el juego interior, ha acabado encontrando su lugar en la banda en un 4-4-2, pero creo que Soler cuadra incluso más, tiene más velocidad y llegada que el vallecano.