Cuanto menos diferente, puede que más complejo es realizar el análisis del juego de dos equipos cuando la efectividad de cara a puerta se muestra tan dispar. Y no es que el Real Madrid sea un equipo de alta efectividad, pues ha tenido problemas en el pasado en esta cuestión, pero ayer, ante el Eibar de Mendilibar, el equipo con más problemas de gol de Primera División,los de Zinedine Zidane pudo manejar el ritmo del encuentro desde un porcentaje altísimo de acierto en sus acercamientos. Desde ahí, pudieron sacarse algunas lecturas, generales e individuales, las suyas propias y otras tantas de los armeros, que cabe destacar y hacer constar en los siguientes párrafos.
Lo cierto es que el Eibar comenzó con ciertas señales positivas. Sus problemas para encontrar el ritmo concreto de juego, en el que plantea un problema al rival, aprovecha la poca claridad de éste para resolverlo y, desde ahí, encontrar situaciones y continuidad para realizar un encuentro completo, fueron esta vez algo mitigados por su presión sobre la salida blanca, un enfrentamiento que con el paso de los minutos fue muy favorable para los blancos, potencialmente extraordinarios cuando sus mejores jugadores tiran de filigranas y acciones técnicas para superar la presión pero que en su inicio pudo ver al Eibar incomodando. Con Capa y Cote sumándose a línea de medios para tener superioridad en los costados a la hora de cerrar al poseedor que iniciaba por fuera, el Madrid tuvo que arremangarse.
Dani Ceballos fue el mejor blanco tras el 2-0
Lo hizo tras el primer gol, y desde ahí, comenzaron a verse las costuras del Eibar, alguna puntual del Madrid, y la aparición de Dani Ceballos, uno de esos centrocampistas que se hace notar en cada segundo que pisa el campo. Las del Eibar se vienen conociendo ya esta temporada: su sistema se ha caído varios enteros por su falta de gol, la importancia de Pedro León en los planes de Mendilibar y lo que significa el ritmo alto en su propuesta, que ha perdido por cómo tiene la pelota y cómo lo traduce en (pocos) goles. En cuanto a los blancos, que salieron sin Benzema, con Asensio como segundo punta, quedó patente que entre sus movimientos, irregulares, sin peso específico para completar lo que necesita el sistema de esa figura, y que con Theo y Nacho tampoco pudo solventar del todo, a pesar del siempre fantástico rendimiento del canterano, el Madrid no fue lo que pudo ser ante un rival en inferioridad en el marcador y con serios desajustes en su defensa de su propio campo.
Quien sí estuvo a la altura para compensar, al menos, la circulación y la claridad entre líneas y por delante de ellas, fue Dani Ceballos. Coincidiendo con la entrada de Benzema, el sevillano comenzó a brillar. Su intervencionismo con la pelota, su dinámica de movimientos, protección de balón y alegría para hacer jugar a su alrededor dieron con los minutos de mayor superioridad del Real Madrid, que manejó un ritmo de juego intermedio, con momentos de gran exuberancia técnica, dañando a los espacios y abrochando una victoria marcada, esta vez sí, por la productividad ofensiva, por su acierto de cara al gol.
Foto: Francesco Pecoraro/Getty Images
soprano_23 23 octubre, 2017
Otra asistencia de 'Isco el productivo'. Qué crecimiento del malagueño.