La temporada pasada, el Borussia Dortmund de Thomas Tuchel caminó por Europa con un sistema cogido con pinzas. Su hiperofensividad no pudo ser lo equilibrada y consistente como para poder competir al máximo nivel. Tenía vértigo y desparpajo pero la ausencia de control, táctico y emocional, le costó caro ante el Mónaco de Jardim. Con Peter Bosz a los mandos, las intenciones no parecen variar demasiado salvo en la búsqueda de una mayor ortodoxia con la pelota pero para poder competir con los mejores necesita de efectividad arriba y mucha calidad atrás. Ayer, el Tottenham de Pochettino subrayó la sensación de que a los alemanes se les puede contrarrestar con cierta sencillez.
Y es que los ingleses tampoco necesitaron de su mejor versión para conseguirlo pero sí una que explotara las carencias germanas. El partido, que empezó con contundencia, con tres goles en 15 minutos, se desarrolló después con un ritmo parsimonioso. El técnico argentino, ya con ventaja en el marcador, replegó de la siguiente manera: los once futbolistas en campo propio, las dos líneas de zagueros y medios muy muy pegadas, con la primera bastante alzada y de cinco hombres. Sin espacio entre líneas pero dejando espacio a su espalda, gestionada por cinco hombres, siempre más complicado que hacerlo con cuatro, dejo la puerta a que el BVB activara esos espacios.
Harry Kane castigó el débil balance defensivo del BVB
Pero su circulación fue siempre muy previsible y pesada. Sólo Pulisic y Aubameyang pudieron puntualmente correr en transición. Con desventaja en el electrónico, al BVB le fue muy difícil justificar e imponer su propuesta. Los laterales se abrían para garantizar un apoyo fijo, y por dentro, ante Dier, Dembele, Eriksen y Son, los apoyos de Dahoud y Kagawa fueron insuficientes. Bosz comenzó a mandar a sus centrales a escoltar a Sahin para cerrar el contragolpe pero la medida no era más que un parche. Con la pelota, el BVB sumaba pases pero no superaba líneas ni profundizaba, facilitando la defensa británica.
La consecuencia es lo que viene sucediendo en las últimas ediciones de la Champions, y tiene que ver con su calidad defensiva para corregir y enfrentar duelos individuales a campo abierto, una circunstancia del juego que puede verse muy exigente pero con la que el BVB ha de convivir dada su filosofía. Burki, Sokratis, Toprak, Piszcez o Toljan fueron siempre superados por Son, Eriksen y un demoledor Harry Kane, uno de esos grandes delanteros de la competición que comprometen las ideas de un Borussia Dortmund con problemas para mostrarse competitivo hasta el momento.
Foto: Paolo Bruno/Getty Images
SkumbagRoin 14 septiembre, 2017
@janfranc
No se yo si el Tottenham es el mayor representante de esa monopolización del mercado y gasto inmoral, de hecho hasta hace bien poco vivía de los ingresos por las ventas y ha reconstruido su equipo sobre una buena filosofía gracias al gasto exagerado de otro equipo lejos de las islas.
Mas allá de eso, es un comienzo ilusionante para los británicos. El año pasado Wembley parecía maldito, a ver que tal contra el Madrid…