Leroy Sané llegó al Manchester City en calidad de joven promesa sobre la que se esperaba, o se soñaba, que pudiera convertirse en uno de esos futbolistas que marca el paso de la Champions League. Apenas una temporada después, cuando el chico suma apenas 21 años, la expectativa ha sufrido un retroceso abrupto que quizá esté injustificado pero así se las gasta la impaciencia del presente. En cualquier caso, él no ha desfallecido y está consolidándose, poco a poco, como una buena herramienta en los planes de Pep Guardiola.
El extremo alemán destacó desde el principio por dos virtudes muy concretas: su velocidad y su capacidad para hacer números. Lo primero no requiere de argumentación, Sané es una bala tanto yendo al espacio como conduciendo la pelota; y lo segundo es una cuestión de sumar. En su primera temporada en la élite, se fue a los 8 goles y 6 asistencias en Alemania, y en su debut en la Premier, desde un rol secundario, logró acumular 5 goles y 3 pases finales. Para dar un salto de calidad, a esto ha sumado un par de atributos más que su entrenador ha sabido valorar.
Sané está siendo una de las grandes noticias del Manchester City.
La novedad inicial radica en su concepción táctica del fútbol. Sané es uno de los citizen que con mayor facilidad están interpretando el modelo de juego de Guardiola. Pocos están manejando como él el concepto de alejarse del balón para recibir en mejores condiciones, y su facilidad para crear triángulos -con y sin la pelota- han llevado al técnico catalán incluso a probarlo como carrilero izquierdo, una medida que empleará en más ocasiones con plena certeza tras la lesión de Benjamin Mendy –el mejor futbolista del equipo durante el arranque de la competición-. Y aparte, su propio repertorio técnico se ha pulido. Desde su aparición en la Bundesliga, Sané sobresalió en partidos repletos de transiciones y de ritmos altísimos porque a su rapidez unía intuición en el desmarque, pero esta temporada se le está atisbando una finura en la conducción e incluso para el pase que está potenciando con énfasis su aporte en la fase de ataque posicional. Y todo esto jugando en la izquierda, a pie natural, donde en teoría se exponencia menos su determinación.
El comienzo de Leroy Sané no garantiza que vaya a cumplir aquella expectativa de que se transformará en uno de los mejores. Pero desde luego sí da para afirmar que va a estar muchos años siendo un buen recurso en equipos aspirantes a ganar la Copa de Europa. Su combinación de físico, lectura y productividad bien se lo merece.
Foto: Ross Kinnaird/Getty Images
Carlos 29 septiembre, 2017
No deja de impactarme lo altas que se ponen las expectativas en los futbolistas jovenes en esta epoca. Practicamemte cualquiera que te haga un regate ya lo ponen" este será Balón de Oro".
Con todo el respeto a los Dembelé, Sané, Martial, Rashford, Deulofeu, André Gomez….. pero es que yo creo que cuando un futbolista va ser un fenomeno de verdad, un Clase A absoluto, se nota desde el principio, en su versión más bruta, ejemplos sobran: Messi, Cristiano, Mbappé, Neymar, Pepe, Ramos, ………
Que jugador se puede decir que antes de cumplir los 25 no demostrara claramente que iba a dominar la Champions y despues de los 25 pasara de ser un normal a elite asi de la nada?