Blaise Matuidi causó un gran impacto cuando se presentó allá por 2013 ante el fútbol europeo. Su físico era brutal y condicionaba los partidos tanto en defensa como en ataque. Pero años después del ya extinto Paris Saint-Germain de Laurent Blanc, Thiago Motta, Marco Verratti y Zlatan Ibrahimovic, queda la sensación de que fue aquel equipo, y sólo aquel equipo, el que podía sacarle rendimiento a un repertorio que cada vez resulta más limitado. En estas, aterriza en Turín para completar la notable medular de la Vecchia Signora.
Matuidi ofrece pocas cosas que no estén al alcance de Khedira.
No es fácil encontrarle acomodo en el once. Dentro del actual 4-2-3-1, su posición sería la de pivote izquierdo, al lado de Pjanic, pero dicha plaza pertenece a Khedira y el alemán es un jugador superior a Matuidi. En un registro parecido, hace más cosas y de una manera menos automática, más basada en el talento. Por encontrar un plus de Blaise con respecto a Sami, su capacidad de robo directa está más pulida y, sobre todo, define mejor delante del portero cuando irrumpe en el área, pero no parecen añadidos suficientes como para sacrificar a Khedira a menos que sus 30 años y las lesiones sufridas comiencen a reducir su rendimiento. Para rotar, no obstante, sí se antoja una gran alternativa. Además, con su llegada, se sigue potenciando ese perfil de jugador experto en la Champions League que da a la Juve más poso que a otros proyectos. Es algo a valorar.
Un 4-3-1-2 o un 4-3-2-1 daría sitio a Khedira y Matuidi a la vez.
En caso de que, desprovisto de Bonucci, Allegri decidiera reforzar su discurso defensivo a partir de la medular, la opción de recuperar el rombo como en el curso 2014/15 también habría de considerarse. Pjanic de Pirlo, Khedira de Marchisio, Matuidi de Pogba y Dybala de Vidal sería la configuración. No sonaría mal siempre que los carrileros desahogasen de responsabilidad creativa al eje bosnio-argentino, que no recibiría ayuda de los interiores. El problema, que contando con tres futbolistas de banda como Douglas Costa, Cuadrado y Bernardeschi, el dibujo caería una asimetría que, sin Dani Alves, no podría compensar ningún lateral de la plantilla. Amén de que dos -o tres, si entra Mandzukic- de ellos se quedarían en el banquillo. Pero tratándose de Allegri, un técnico que busca equilibrios defensivos sencillos, no conviene descartar esta variante.
Foto: Ezequiel Di María/Getty Images
Felipe 18 agosto, 2017
Es triste el balón que veo seguro va a sufrir la Juve en Europa este año. Perder a Dani Alves y Bonucci, y qie tu discurso ofensivo para la Champions vaya a pasar a ser regate, centro de D Costa a Higuiaín es muy duro