Gerard Deulofeu se fue del Barcelona siendo un niño, con 19 años y sin apenas haber tenido minutos en el primer equipo. Se fue de un Barça tan reconocible como específico en el que a los hombres de banda se les exigía mantener la posición desde el primer momento, esperando que la pelota hubiese progresado lo suficiente para llegar a ellas o para poder lanzarlas al espacio. Gerard, de personalidad protagonista pero de fútbol aún incompleto para acompañar a ese potencial con respuestas sólidas que facilitaran una cierta libertad de movimientos, regresa hoy a un Barcelona estilísticamente marcado por un tridente ofensivo al que presumiblemente le acompañarán nuevos centrocampistas y lo que es seguro, un entrenador muy flexible que podría mezclar el Barça que Deulofeu dejó con el Barça al que hoy llega.
Valverde tendrá con Deulofeu un perfil que no tuvo Luis Enrique
El reto para el exjugador del Milan es doble. Sirviendo de introducción debe destacarse el factor mental. Deulofeu llega a un equipo en el que, en condiciones normales, donde las lesiones no condicionen el reparto de minutos, ha de esperar oportunidades reducidas en cuanto a titularidades, debiendo llegar a un plantel con la mentalidad de jugar una cuota de minutos reducida e impredecible. Para un jugador que ha crecido fuera del Camp Nou con tal de llegar lo más hecho posible, verse relegado a un casi seguro papel de revulsivo no será sencillo. Su fútbol, relacionado con el desborde y la agitación, encajaría bien con dicho papel pero eso exigirá un determinado enfoque mental después de pasar por un proceso necesario a la hora de convertirse en parte estructural de un sistema; a ser un titular que describa una idea. Deulofeu sabe a donde llega pero todo ello no dejará de ser un desafío psicológico.
Desde el punto de vista de lo que es Deulofeu como futbolista, aunque no puedan disociarse sus virtudes de lo que genera como canterano y, sobre todo, como canterano estrella, el Barça habría detectado lo que fue un problema en su plantilla una vez Luis Enrique la configuró en la última temporada. Desde el banquillo fue muy difícil que un jugador recibiese la pelota y generara una o varias acciones desequilibrantes. Faltaba gente con uno contra uno, primer paso, marchas en el motor y verticalidad. Se entendió que eso ya existía en sus titulares y que quien les relevaran representaran otro significado. André Gomes, Arda Turan o Denis Suárez no podían darle a un costado la condición de espacio desequilibrante, mientras Alcácer estaba lejos de hacerlo posible cuando recibía al pie. Si Deulofeu, en su proceso de madurez, es capaz de interpretar ese rol sin que la expectativa le afecte, podría darle al Barcelona un perfil seguramente determinante en una plantilla que busca ganarlo todo.
Tácticamente, mucho debe supeditarse a lo que tenga en mente Valverde para potenciar lo que tiene y adaptar sus piezas ofensivas una vez construya el sistema. El punto más candente a la hora de valorar a Deulofeu a nivel táctico y posicional será cómo podrá adaptarse a la libertad de sus compañeros de ataque, de su capacidad para relacionarse desde un punto de vista adyacente. Sus cualidades siempre tuvieron picos de rendimiento desde la banda, haciendo jugadas, sí, pero sin tener al lado a jugadores que si la piden y reciben esa jugada va a ser mejor que la que pueda hacer cualquier otro compañero. Neymar, Suárez y Messi son los mejores y Gerard es consciente de ello. Su toma de decisiones, tanto jerárquica como de timing, será uno de los termómetros de su rendimiento. Si asimila e integra ese condicionamiento a su fútbol, podrá fluir con mayor naturalidad.
«Ahora soy mucho más maduro en todos los sentidos. Además, creo que he mejorado bastante a nivel defensivo y tengo más compromiso. Diría que soy un futbolista más completo, otro jugador muy diferente del que se fue del Barça hace ya tres años».
Esta consideración, realizada por el propio jugador para el diario Sport en fechas recientes, es un hecho, pero el Barcelona es un equipo dominante, muy relacionado con la pelota. Aunque haya cedido parte de su modelo más característico, sigue siendo un equipo que fundamentalmente toma decisiones con el balón en su poder. Si bien Gerard ha repartido sus apariciones en el Milan de Montella entre las posiciones del ataque, incluyendo de ‘9’, pues su poder al espacio es indiscutible, la razón de su éxito podría estribar en saber encajar lo que puede aportar en relación al ritmo de juego, las ideas de Valverde, las necesidades de la MSN o la próxima evolución de Messi, la base de todo. ¿Está más preparado, futbolísticamente, Gerard Deulofeu para encontrar su sitio entre todas esas variables? Valverde deberá encontrarle acomodo.
En su última temporada, una de las más positivas y continuistas a nivel de rendimiento de su trayectoria, Deulofeu pareció encontrarse consigo mismo en el fútbol de élite como quizás en ningún otro momento. Por eso el Barça vuelve a confiar en él. Si bien la posibilidad de crear jugadas sigue ponderarse por encima de comprender un sistema y ofrecer toques y decisiones a diferentes ritmos y necesidades, Deulofeu llega en un buen momento: él está más definido como jugador y llega a un Barça, a diferencia del anterior, que está por definir. Y ese juego de palabras y necesidades podría ser un comienzo esperanzador.
Foto: Marco Luzzani/Getty Images
ar10 3 julio, 2017
Aun se le tiene fe a deulo por aqui? Yo personalmente creo que si se mentaliza del papel que va a tener y tiene paciencia su momento llegara. Al fin y al cabo aun es joven y puede ir siendo poco a poco cada vez mas importante.