El Milan estaba llamando la atención de propios y extraños, fichando con prontitud, armando una plantilla competitiva antes de comenzar la pretemporada, con jugadores contrastados pero con margen para el crecimiento, en multitud de posiciones y con características muy aprovechables para su entrenador, Vincenzo Montella. Sin embargo, aunque uno pudiera pensar que no faltaba nada más, pues no juega la Copa de Europa y recién comienza un proyecto con nueva directiva, saltaba una liebre inesperada. Leonardo Bonucci, el último gran central del fútbol italiano, un referente europeo en materia -no sólo- defensiva, hacía las maletas y marchaba rumbo a la Lombardía, un movimiento inesperado que coloca al AC Milan en una situación completamente diferente a nivel de credibilidad.
El miembro más destacado de un concepto defensivo por sí mismo, troncal rasgo identitario de un club y una selección, la llamada ‘BBC’, Leonardo Bonucci había entrado por derecho propio en la aristocracia defensiva europea y parecía posicionado de tal modo que al Milan le parecía quedar tan lejos como estaba de su mejor momento como club. El movimiento consume alguna etapa de más en su proceso por recuperar estatus en el Calcio italiano, del mismo modo que no sólo facilita al Milan su reestructuración defensiva, sino que Bonucci suma para Montella un elemento más en la capacidad de jugar a todo de campo, de acelerar los tiempos en las transiciones defensa-ataque. Vincenzo ficha varios jugadores en uno para su sistema.
Leonardo Bonucci sitúa al Milan en un lugar para el que no parecía aún concebido
En su etapa en Florencia, Montella tuvo no pocos tramos en los que se sirvió del 3-5-2, que tanto ha caracterizado a Bonucci en su etapa en Turín y en la Nazionale y que podría recuperar en Milan con total naturalidad. Dicha disposición colocaba a Leonardo en el centro de la zaga, como líder jerárquico y posicional, defensor del área, referente en la salida de balón y el balón largo hacia los puntas. En esta potencial disposición, el fichaje de Mussachio -derecha- y la zurda de Romagnoli -izquierda- otorgan al Milan la posibilidad variar sus planes y potenciar sus primeros pases tanto como darle a sus carrileros mayor peso ofensivo. Ricardo Rodríguez y Conti, presumibles titulares, lo tendrían.
La importancia del central italiano puede llegar a ser más importante de lo que es de por sí teniendo en cuenta que todo lo fichado no responde a perfiles creativos. En el mejor de los casos tendrá Montella en Locatelli, Biglia, Calhanoglu, con tiempo y espacio, jugadores de buen golpeo, de apoyo y continuación, peor no irá sobrado de creadores con la pelota. Esa carencia, que también tiene su guardameta, Gianluigi Donnarumma, y su ‘9’, André Silva, más profundo que fino, supone para Leonardo una importancia extra en sus labores más organizadoras desde atrás.
Bonucci tendrá una gran responsabilidad en términos de creatividad y salida limpia
Bonucci permite a Montella darle algo más de cuerpo a una idea que asomó ligeramente en el transcurso del curso pasado, con Romagnoli como hombre más capacitado, pero que dejaba a su mediocentro, Locatelli, de toque y criterio irregular, sin demasiados socios por delante ni suficiente talento para camuflar esa ausencia. Un equipo que tiene a Bonucci sacando la pelota, dispone de más soluciones, ergo, de más competitividad y tranquilidad con la pelota. Este plus organizativo y táctico que permite a Montella pensar mucho más allá, que le permite volar más alto, es lo más evidente a nivel futbolístico, pues la verdadera ganancia que el Milan puede sacar de todo esto es revivir la sensación de que volver a ser el club que fue pasa por recuperar la esencia italiana.
Invirtiendo la importancia que Bonucci representa como futbolista, está el legado que ha heredado como defensor, el del oficio y la maestría del arte más relacionado con el fútbol italiano. Para la grada de San Siro, tener de su parte a un tipo que marca diferencias defendiendo continúa teniendo un valor fundamental en un equipo relacionado con la victoria. Cada ciclo hegemónico, como el que está protagonizando estos años la Juventus, tiene en la zaga y la portería lugares que respetan la tradición y garantizan el cero. Triunfar desde atrás hacia delante continúa creando sentimiento de pertenencia en un país que ha conquistado cuatro veces el mundo así. Si el que edifica el proyecto es un central como Bonucci, todo suena coherente.
Foto: Lintao Zhang/Getty Images
pedroseriea0822 31 julio, 2017
El Rossoneri siempre en las doradas paginas de su prolongada historia siempre ha sido escudado por la figura del defensor central. Bonucci viene a ser el ultimo,a tomar el testigo de Cesare,Baresi,Nesta y llevar al AC Milan de nuevo a la Copa de europa.