Persiguiendo sombras | Ecos del Balón

Persiguiendo sombras


¿Cuál es la mejor manera de defender? ¿Cómo parar a ese jugador brillante que nos trae de cabeza? ¿Qué hacemos para mejorar nuestra defensa sin perder efectividad en ataque? Estás preguntas son tan viejas como el mismo juego. Las respuestas, sin embargo, van a variar tanto como las fechas en que las formulemos. En 2017 es casi impensable la existencia de un marcaje individual, no ya específico, sino en casi cualquier circunstancia del juego. Pero, ¡ay si preguntásemos en los 60 en Italia! O en una tarde nublada de noviembre a las afueras de Wembley. O en esa tarde nublada de noviembre a las afueras de Wembley después del partido. O durante el Inglaterra-Escocia que lo inició casi todo. Nadie tiene una respuesta definitiva. El marcaje es puro fútbol. Cuestión de opinión, pero sobre todo de evolución.

Al principio fue la zona

Es habitual relacionar el fútbol clásico con marcajes individuales, pero si nos vamos al inicio del juego descubriremos, no demasiado sorprendentemente, que la zona se utilizaba desde el comienzo del juego. Con aquellas delanteras pobladísimas y las exiguas líneas defensivas, la posibilidad de marcar al hombre ni se discutía. La zona, aunque parezca increíble por ser símbolo de modernidad, es el estado natural del marcaje en el fútbol. Así se empezó a jugar en el siglo XIX y así se volvería, con más o menos reticencias, durante el siglo siguiente. Hemos usado la palabra natural de manera intencionada, por cierto. Piénsalo, cuando estás jugando un partido con tus amigos, si un tipo pasa cerca de donde tú estás, lo natural es echarle un ojo. Si tienes que seguirlo hasta cuándo va a echar un trago de Gatorade es, generalmente, porque hay alguien influyendo en tu forma de jugar. Ese alguien suele ser el entrenador. O llegado a ciertos niveles un periodista. El marcaje al hombre, pues, viene por influencia de los que están fuera del rectángulo de juego.

Con la evolución del fútbol y los esquemas táctico las líneas de los equipos, aunque permanecen predominantemente atacantes, se tienden a equilibrar. Y cuando en los años 30 el entrenador de uno de los mejores equipos del mundo decide retrasar a su mediocentro hasta convertirlo en un tercer central dando inicio al famoso W-M, el advenimiento de la era del marcaje individual se confirma. Hablábamos del entrenador y la prensa como los mayores ejemplos de injerencia en la naturalidad del fútbol. Y en esa época, nadie tenía más poder que Herbert Chapman, entrenador y arquitecto del Arsenal. Chapman creo un módulo a su estilo y, como todos los ganadores, creó escuela. Y esa escuela ganadora captó adeptos, especialmente en los medios de comunicación y en las directivas. De repente, la W-M era innegociable. Se jugaba así o no se jugaba, y la uniformización del juego, sobre todo en las Islas Británicas -que al fin y al cabo eran las que cortaban el bacalao a nivel mediático y en los despachos- alcanzó niveles insospechados. El marcaje individual había llegado casi sin hacer ruido. Todo el mundo jugaba igual, los equipos encajaban como un guante, y cada jugador tenía su rival asignado en el campo. Era una constante batalla uno contra uno. El lateral derecho buscaba a su extremo, el mediocentro a su centrocampista ofensivo, el central a su delantero centro. Ni que decir tiene que cuando los dorsales hicieron su aparición el emparejamiento fue aún más automático. Y los futbolistas se convirtieron en autómatas. Dejaron de pensar a tales niveles que un simple cambio de dorsal, descuadraba a un equipo. ¿Quiénes eran esos transgresores, esos tramposos, que ponían el 9 a un central y el 4 a un delantero centro? «¿Voy a arriesgarme yo a cometer un error saliendo a buscar al jugador que lleva el número que supuestamente debería perseguir? No, nunca. Que lo decida el míster».

Una vez se atacó la W-M, los que decidieron innovar obtuvieron una ventaja histórica.

Así es como en una nublada tarde de noviembre los húngaros reventaron a los ingleses. Así es como un pequeño equipo de la frontera entre Italia y Yugoslavia, la Triestina, revolucionó el Calcio. Así fue como una selección centroeuropea, Suiza, cansada de ser apaleada por los grandes se protegió con un candado, al igual que lo hacía el club de las fuerzas aéreas soviéticas en otras latitudes. Cambiando jugadores de lugar, reforzando zonas débiles, usando espacios baldíos, renovando roles. Fútbol.

El auge de nuevas visiones del juego

Mientras los británicos se enrocaban en sus tradiciones, el resto del mundo se movía. Ya hemos visto que la zona y el intercambio de posiciones danubiano va a crear problemas que alguien debería resolver. Los italianos habían tomado la vía abierta por Karl Rappan en Suíza, con la adaptación del famoso candado o cerrojo. Gipo Viani y Nereo Rocco van a ser los grandes adalides del Catenaccio, antes del advenimiento de Helenio Herrera y su Grande Inter. La gran novedad es la del battitore libero -Ivano Blason es el primer gran nombre-. Situado a la espalda de los marcadores al hombre, el líbero va a ser la red seguridad que sus equipos tenderán ante posibles errores de la línea defensiva. Los líberos serán figuras de corte cavernario hasta bien entrados los 70, aunque algunos como Armando Picchi harán de ello un arte. Ser líbero es casi practicar un deporte distinto al que todos los demás jugadores de fútbol están jugando, pues requiere de un control espacial y una inteligencia posicional como pocos otros roles futbolísticos. Mientras el resto de jugadores libran batallas individuales, el líbero participa de las batallas de todos, pero sin la posibilidad de ser herido.

Un líbero que falla mata a su equipo. Un líbero inteligente y astuto da vidas extra a sus aguerridos marcadores. Picchi será uno de estos, Cesare Maldini también, como lo será Scirea más adelante. El líbero italiano hará de defensores rugosos como Tagnin, Bugnich, Rosato o Gentile jugadores de culto. Para Gianni Brera, el gran adalidad del juego defensivista italiano, la combinación de líbero y marcadores aporta una solidez defensiva superior y compensa una supuesta carencia física del futbolista italiano de la época. Rocco irá incluso más allá que Herrera, añadiendo muchas veces una línea de tres centrocampistas de marca -mediani- para proteger al cerebro Rivera, cuya clase genera prácticamente todo el caudal ofensivo de un Milan que gana títulos en Italia y Europa de la mano de Rocco y el «Bambino d’oro». Rivera tenía permitido fallar, se le pedía que arriesgase siempre en sus pases -si uno ve un partido de Rivera con ojos actuales se sorprenderá de que siempre juegue en vertical y buscando el espacio fallando, por tanto, muchos pases-, porque Rocco sabía que acertaría los suficientes para que los Altafani, Prati, Sormani, Hamrin o Combin tuviesen su buena ración de oportunidades cada partido.

El fútbol en Sudamérica tomaba otros derroteros diferentes por la técnica.

Mientras, en Sudamérica, la zona va tomando forma. En un fútbol más técnico e individualista, los marcajes al hombre -casi siempre con la consabida complacencia arbitral- pierden su sentido. Es peligroso reducir el juego a un constante uno contra uno cuando tu adversario puede superarte casi siempre. Vigilar una parcela de campo, buscar ayudas e intentar crear superioridades en ciertas zonas del campo -ya sea con un falso 9 o un wing-ventilador- se convierten en el pan de cada día al otro lado del charco. Así se mantendrá en Brasil, en parte gracias a la época de éxitos que vivirán durante la era de Pelé. La línea de cuatro defensores permanecerá inalterada hasta prácticamente la actualidad -experimentos de Lazaroni y Scolari aparte-, los laterales larguísimos se convertirán en seña de identidad, y la defensa con balón será siempre la mejor defensa para el fútbol canarinho. Argentina, por su parte, se verá arrastrada en una espiral de violencia en los años 60 de la que nunca se librará totalmente -viejos fantasmas checoslovacos y un clima social cambiante por el ascenso de los militares y nuevos valores-, y algo parecido sucederá en la otra orilla del Río de la Plata.

El pressing y la muerte del fútbol clásico

Con el advenimiento de los años 70 el fútbol cambia para siempre. Habíamos visto a Brasil ganar el Mundial en color en México con lo que se suponía que era la cúspide de la evolución futbolística pero este sueño se fue tan rápido como apareció. Brasil 70 duró un mes, aquel del calor asfixiante y la altitud azteca, pero fue una ilusión. El fútbol caminaba en otra dirección más rápida, más física y más agresiva. En Holanda y al otro lado del Telón de Acero se trabajaba en visiones parecidas de la misma idea. El intercambio de posiciones, la presión, la circulación de la pelota a velocidades vertiginosas y la trampa del fuera de juego. Nada de esto era humanamente posible en México, pero cuando el planeta fútbol acabó con el cigarro post-climax en verano de 1970, la pelota ya nunca volvería a ser la misma.

El Fútbol Total ha llegado y de repente ya no hay lugar para otra cosa. El Ajax fulmina a los catenaccistas del Inter y la Juve con su presión asfixiante, su inacabable tanque de combustible, su falso 9 que dejaba a los legendarios marcadores italianos persiguiendo sombras y su batería de recursos inagotable. La zona innegociable, la línea del fuera de juego tirada a alturas suicidas, los laterales larguísimos y con capacidad para jugar, las diagonales de los extremos que se convierten en goleadores, lo cañones de artillería llamados Arie Haan y Johan Neeskens. Si marcas al hombre, no hay hombre que marcar. Si aguantas atrás, te matan con disparos lejanos. Si sales a atacar, te dejan en fuera de juego. Lo tienen todo y todos les copian. Pero nadie más los tiene a ellos -Brasil se pierde en su búsqueda del Santo Grial precisamente por esta razón aunque Claudio Coutinho lo niegue-. Quienes triunfan son los que crean su propia versión. Los polacos, con una fantástica generación, adaptan los conceptos de movilidad en ataque y cuentan con un excepcional director de juego en Kazimierz Deyna, los soviéticos desarrollan patrones predefinidos que son capaces de realizar casi de manera instintiva, con Blokhin como estilete y los alemanes mezclarán un poco de todo. Jugadores totales como Hoeness y Breitner aparecen por todo el campo creando superioridades, Overath es la torre de control perfecta en la base de la juega, mientras Netzer convierte en oro todo lo que toca en zona de aceleración. Y cuando este no está es su espacio vacío el que es aprovechado por los demás para crear una zona de libre circulación de jugadores que será decisiva en su conquista mundial. Pero sobre todo es la figura de Franz Beckenbauer la que le da un lavado de cara al fútbol defensivo a nivel mundial.

Franz Beckenbauer toma el relevo de Cruyff. El Bayern Munich toma el relevo del Ajax.

Centrocampista de formación, hombre libre por convicción. El Kaiser retrasa su posición pasando de ser uno de los mejores medios del planeta a ser el jugador más decisivo de su generación. Con él, la figura del líbero deja atrás ese halo siniestro y oscuro. Beckenbauer crea desde atrás y cubre a su fiel escudero, el marcador Schwarzenbeck. También sube hacia el medio del campo y toma la batuta del equipo, combina con Overath, llega arriba y manda a todo campo. Es el equivalente defensivo de Cruyff. Y está rodeado de jugadores totales y de élite en cada posición. Alemania Federal, en el bienio 1972-74 mezcla estilos con una eficacia que nadie más podría. Y todavía les da para mantener la sana y vieja costumbre de marcar al hombre a esos jugadores especiales que pudiesen tener los demás. Berti Vogts era un marcador de clase mundial, y de ello pueden dar fe Johan Cruyff o Dragan Dzajic.

Europa marca la pauta en esta época y quien se queda atrás tendrán que renovarse. Brasil y Argentina lo harán mirando a la zona más que nunca, con Cesar Luis Menotti y Telé Santana, que producirán equipos destacables gracias a dos generaciones de futbolistas fantásticas. Especialmente Telé producirá maravillas con su Brasil que, aunque no gane nada, dejará la imprenta de lo que será el fútbol del futuro. Un equipo totalmente zonal, con muy pocos puestos asignados y de un nivel técnico como habrá pocos. Un jugador clave de ese equipo será Falcao, que también sentará cátedra en Italia junto a Niels Liedholm, adalid de la zona pura -casi un sacrilegio en el país transalpino-, pero que abrirá las puertas a la modernidad en el Calcio.

Italia, elcentro del ingenio táctico mundial en los 80

Los italianos van a reaccionar a los tiempos duros de los 70 con la reinvención de su sistema defensivista. La zona mista va a combinar el viejo módulo de los dos marcadores -a veces tres- y el líbero con un centro del campo de marcaje zonal donde al menos dos jugadores van a necesitar de un despliegue físico fuera de lo común. Estos dos jugadores van a ser el mediocentro, representado en la figura de Oriali o Benetti, más posicional y atento a las coberturas, y un centrocampista de ida y vuelta que va a encontrar su mejor ejemplo en el gran Marco Tardelli. El regista -Antognoni, Platini, Beccalossi-, va a tener más libertad para buscar su espacio en el campo, desde donde generar peligro.

El espíritu de Rocco y Rivera seguía muy vivo. No podía ser de otra manera, porque el primero había sido la mayor influencia del gran Papa de la zona mista, Giovanni Trapattoni. Il Trap va a crear una Juventus poderosísima, que será embrión de la selección campeona Mundial de Enzo Bearzot -mismos jugadores, mismo módulo- y que dominará el fútbol italiano durante una década. Sin embargo, la Juve será aquí ejemplo de las debilidades de la zona mista más que de sus virtudes, por todos conocidas. En 1983, Trapattoni conjuntó un equipo con seis campeones del mundo -Zoff, Gentile, Cabrini, Scirea, Tardelli y Rossi-, más Roberto Bettega, Michel Platini y Zbigniew Boniek. Esta constelación de estrellas llegó a la final de la Copa de Europa con la misión de llevarse por primera vez la Orejona a Turín y era favoritísima ante un buen equipo del Hamburgo. Poco podía contar Trapattoni con que el zorro austríaco Ernst Happel daría una de las mayores exhibiciones tácticas de todos los tiempos aquella noche. El técnico italiano planteó el partido cegado por su obsesión por la movilidad del excelente punta danés Lars Bastrup. Había aprendido mucho de la selección italiana en el Mundial 82. El constante movimiento de ciertos jugadores había provocado grandes problemas a la zona mista de Bearzot, conformada en gran parte por juventinos, aunque un colosal Scirea había sido capaz de minimizar casi cada fallo de sus compañeros. No es exageración si decimos que el Mundial del líbero italiano es quizá el torneo más difícil al que se haya enfrentado un jugador, ya que tuvo que resolver situaciones muy complicadas, hacer coberturas y subsanar fallos de marcaje casi de manera intuitiva ante algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos. Trapattoni no quería ese nivel de estrés para su líbero. Así que envió a su mejor perro de presa, Claudio Gentile, a marcar a Bastrup. Pero Happel cambió al danés de lado, sacándolo de la zona de Gentile -que lo siguió por todo el campo-, acumulando hombres en la zona izquierda de la defensa de la Juve -impidiendo que Cabrini pudiese subir, liberando así a Kaltz- y creando un boquete espectacular en la derecha que Magath podía aprovechar. Si Tardelli basculaba para tapar el hueco dejado por Gentile, el boquete se abría en el centro donde el propio Magath o alguno de los llegadores alemanes, como Groh o Milewski, creaba peligro.

El marcaje especial sobre Platini mostró otro de los problemas inherentes a la zona mista.

Este era uno de los mayores puntos débiles de la zona mista, y ni Scirea podía solucionarlo. El otro era su dependencia en el cerebro del equipo. Y Happel lo aprovechará también. Para anular a Michel Platini no manda a ningún jugador sobre él. El austríaco instruye a Jürgen Milewski, un centrocampista internacional famoso por su constante ida y vuelta, para que marque el espacio donde Platini genera peligro. Milewski va a atacar al francés sólo si pisa esa zona. Cuando está muy retrasado o escorado Platoche no es una amenaza y Milewski puede permitirse atacar -generalmente usando el boquete que Tardelli, en sus mil coberturas, ha dejado en el centro del campo Juventino-. Cuando esto sucede es otro tragamillas, Jürgen Groh, quien se encarga de patrullar el centro del campo. Platini pasa desapercibido, Rossi queda desconectado del juego, y Bettega y Boniek pierden a su mejor socio. El Hamburgo gana la Copa de Europa y la Juventus vuelve a quedarse con la miel en los labios. La zona mista no es inabordable.

La era de la zona llega sin avisar

Como ya habíamos dicho, cada vez había más voces que señalaban los defectos del marcaje individual. Nils Liedholm se había hecho un nombre en Italia por predicar la zona pura, aquella sin líbero a la italiana. El sueco alineará una línea de cuatro que marcará en zonalmente, con un jugador como Di Bartolomei, antiguo centrocampista, liderándola. El capitán romano dirigirá la línea en sus salidas para hacer la trampa del fuera de juego y proveerá al equipo de una salida de balón muy limpia que facilitará el trabajo de Falcao y Prohaska o Cerezo. Los éxitos de la Roma solo serán un pequeño adelante de la revolución de Arrigo Sacchi. El técnico de Fusignano, un mitómano del Fútbol Total, ejecutará en Milán una propuesta tan radical como la de Rinus Michels quince años antes. La línea Tassoti-Baresi-Costacurta-Maldini se convertirá en un mantra repetido por los futboleros en las décadas venideras y la famosa presión ejercida por los rossoneri les reportará tremendos éxitos a nivel nacional e internacional. El fútbol se reduce a escasos 30 metros y la regla del fuera de juego -el posicional también lo es- le beneficia. El Milan, al grito de Baresi, tira la línea como lo hacían los holandeses, estrechando el campo a niveles nunca vistos. Asfixia a sus rivales con dos líneas de cuatro perfectamente coordinadas que cortan pases y generan dos contra uno continuos. El Milan no caza en pequeños grupos como los chicos de Michels. El Milan caza en manada. Y a partir de Sacchi se cazará en manada o no se cazará.

Nada pasa de la noche a la mañana, pero la sentencia de muerte del marcaje al hombre viste de rojinegro. Italia resistirá, fiel a su vieja tradición e incluso en la época de su Mundial, el mundo parece caer enamorado del 5-3-2/3-5-2 que populariza Bilardo, y que pregona la presencia de un líbero por detrás de dos marcadores, pero es el último brillo de una estrella que se apaga. Alemania y sus clubes seguirán jugando así casi toda la década, pero la zona avanza a pasos agigantados. Johan Cruyff es otro de sus adalides, como no podía ser de otra manera, aunque incluso él recurre al viejo marcaje individual de vez en cuando. Ejemplos famosos son el de Ferrer sobre Vialli y el -fantasma- de Juan Carlos sobre Lombardo en la final de Wembley o el de Popescu sobre Laudrup en un Barça-Real Madrid. Pero incluso el gran genio de la intuición futbolística era incapaz de eliminar todos los peligros de la marca al hombre. Ese ejemplo de Juan Carlos y Lombardo es paradigmático, con el lateral blaugrana persiguiendo a un hombre que no juega donde debería y creando más problemas a su equipo que al contrario.

La defensa en zona parece haber llegado para quedarse mucho, pero que mucho tiempo…

Así pues, hemos vuelto al inicio. La zona lo domina todo, incluso hasta la defensa a balón parado, donde el marcaje al hombre parecía tener un dominio indiscutible. Ya nadie piensa en el marcaje al hombre como algo viable aunque de vez en cuando haga un cameo exitoso para recordarnos que sigue ahí. Así fue en verano de 2004, cuando la selección griega, jugando prácticamente un Catenaccio moderno -tres marcadores y líbero no se veían en un torneo de gran perfil internacional desde 1982- dio la sorpresa del siglo y se proclamó ganadora de la Eurocopa. El mundo se había olvidado de cómo lidiar con algo que consideraba muerto y enterrado. Pero ninguna vacuna es eterna y, quizá, en algunos años vivamos un nuevo cambio de paradigma. La cantidad de información que se maneja en la actualidad hace difícil pensar que el viejo marcador individual vuelva, pero cosas más raras se han visto. Que se lo pregunten a aquellos que estaban en Wembley en un nublado día de noviembre.


37 comentarios

  • rinus 2 junio, 2017

    Solamente agradecer tremendo artículo. Me llenó los ojos.

    Por éstos artículos entro a a la web casi a diario. Chapeu!

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  • Jaime Ratazzi 2 junio, 2017

    Sergio, haz el favor de no tardar tanto en pasar por aquí, porque estas maravillas las necesitamos más habitualmente.
    Artículazo, muchas gracias, embobado como un niño pequeño disfrutando cada párrafo.

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  • danityla 2 junio, 2017

    Espero que después de esta nueva joya de don Sergio le hayáis puesto cama y comida en Villa Ecos.

    Necesitamos más artículos así a menudo.

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  • Dzpe 2 junio, 2017

    Gran artículo interesante como ha evolucionado la forma de defender, cual creéis que será el siguiente paso?

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  • fcolmenero_94 2 junio, 2017

    Pedazo artículo. Vaya obra de arte. Explica de manera magistral y a la vez sencillísima de entender la evolución de las defensas. Texto de obligada lectura.

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  • MigQuintana 2 junio, 2017

    Ya te lo dije anoche, Vil, el artículo me parece una brutalidad.

    Jugando al fútbol ficción, ya que este tema da para reflexionar y debatir, ¿creéis que a medio plazo algo va a sustituir a la zona? Parece uno de los conceptos más asentados e innegociables del momento. Personalmente sólo un cambio en la reglamentación, sobre todo el fuera de juego, podría cambiar -de nuevo- el curso de la Historia.

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  • Mike 2 junio, 2017

    Parece difícil que se pueda sustituir la zona a medio plazo. De todas formas ¿quien sabe?, los cambios siempre parecen imposibles antes de que se produzcan, y obvios una vez producidos.

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  • Lucas 2 junio, 2017

    Yo creo que algún tipo de defensa mixta si puede seguir siendo una opción durante años . Equipos con repliegues defensivos bajos si pueden hacer defensas mixtas con uno o dos jugadores marcados al hombre

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  • adricapi 2 junio, 2017

    Personalmente, no soy muy de dar likes, compartir, ni comentar (a no ser que tenga algo valioso que aportar a la conversación), pero claro, me hacéis esto y me matáis.

    Qué barbaridad de artículo, cómo lo he disfrutado. No puedo más que felicitaros y deciros que, por una vez, me voy a dedicar a intentar que la máxima cantidad posible de gente os conozca. Porque os lo merecéis, no tiene más.

    Muchas gracias

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  • adricapi 2 junio, 2017

    Y por cierto, no sé si llegará a asentarse como una nueva evolución, pero estamos en una clara tendencia hacia las líneas defensivas de 3 centrales + 2 carrileros, en las que el reparto de roles de los centrales muchas veces parece ser "dos marcadores y un hombre libre".

    Yo diría que Conte es quien "lo inventa" (en contexto década 2010), que a partir del mundial de Brasil coge fuerza, y que éste año ha explotado, en todas las ligas importantes hay equipos que lo utilizan frecuentemente, muchos de los grandes equipos europeos lo han utilizado esta temporada ni que sea puntualmente (Madrid contra Sevilla, Barça a partir del PSG, Arsenal en final de copa, etc…).

    En lo personal, esto también está llegando al fútbol base, entreno un equipo de fútbol base catalán en una categoría muy alta, y esta temporada ha sido la primera en la que el 4-2-3-1 y el 4-3-3 han dejado de ser los esquemas predominantes y hemos empezado a ver a muchos equipos jugar 5-3-2. Eso significa que los chavales de 13-14 años de muchos clubes potentes ya están trabajando y acostumbrándose a este esquema.

    Quizás todo quede en una moda pasajera y en un par de años no nos acordemos, pero si ahora mismo hay que apostar a por dónde irán las cosas a corto-medio plazo, creo no sería una locura decir que pueden ir por ahí…

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  • Vilariño 2 junio, 2017

    Gracias a todos por los comentarios!

    @adricapi

    Esa vuelta a la defensa de tres centrales en Italia yo la fijaría con el buen trabajo de Gasperini y su famoso 3-4-1-2. Conte creo que siguió la tendencia y, obviamente, dispuso de mimbres muy adecuados en Turín para llevarlo a cabo. Gasperini se la pegó en el Inter (pero ¿y quién no?).

    Esto que comentas es, sin duda, el "nuevo" paradigma, o al menos el más reciente. De hecho, durante la Eurocopa pasada, todo nos llevaba a un ambiente muy Italia 90. Los choques cerrados, el nivel igualado por lo bajo, y la vuelta de los tres centrales (o 2+1) y los carrileros largos. Todavía no hemos recuperado el líbero clásico, sino que ese central más retrasado o más centrado en hacer coberturas es más un "sweeper" estilo inglés que el hombre libre de toda la vida.

    Gran apunte.

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  • MigQuintana 2 junio, 2017

    @adricapi

    ¿Pero de verdad ese reparto de los centrales es de dos marcados más un hombre libre?

    De forma completamente nítida esto sólo se lo he visto a la Costa Rica de Jorge Luis Pinto.

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  • Vilariño 2 junio, 2017

    @Quintana

    Para mí es un tercer central, que dependiendo del número de atacantes varía sus funciones. Pero sí lo veo como un sweeper. Aunque el ejemplo más conocido de todos, la BBC juventina, probablemente no cumpla con este reparto de roles.

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  • Luther Blissett 2 junio, 2017

    Este artículo es una pasada. Resume perfectamente más de 100 años de evolución en los sistemas defensivos de una forma excepcional. Como no se puede añadir mucho en el plano táctico voy a dejar constancia de alguna anécdota que pueda ilustrar la evolución.
    El WM de Chapman no nació por el genio indiscutible del "Napoleón de Yorkshire" sino que fue el producto de varias adaptaciones inevitables. En 1925 la ley del fuera de juego cambió siendo necesario que hubiera dos jugadores contrarios entre la porteria y el atacante para que no estuviera en offsdie (con anterioridad eran tres), ese mismo año Chapman fichó por el Arsenal y su primer movimiento fue fichar a un jugador del Sunderland llamado Charlie Buchan. Desde principio de temporada este jugador rogó a Chapman que atrasasé al centre-half (mediocentro) al puesto de defensa central y él se postulaba como sustituto del centre-half en su posición (era inside-right) pero Chapman se negó. Tuvo que tener lugar una goleada del Newcastle sobre el Arsenal (7-0 el 3 de octubre de 1925) y una terrible bronca en la que Buchan amenazó con dejar el fútbol para que Chapman decidiera probar con la nueva táctica. En el siguiente partido decidió reconvertir a Jack Butler en un defensa, y entregar la creación de juego a Andy Neil, un jugador lento pero de notable desplazamiento del balón –declinando bajar a Buchan a la medular tal como este había solicitado ya que no quería perder su olfato goleador. En el siguiente partido contra el West Ham tuvo una gran victoria por 0-4.
    Sin embargo la utilización de la defensa de 3 no fue una novedad del Arsenal de Chapman, según Jonathan Wilson Bradford City, Newcastle United, Chelsea o Southampton (http://www.theguardian.com/football/blog/2011/sep/20/arsenal-herbert-chapman-southampton-tactics) habían sido pioneros en retrasar al centre-half a labores más defensivas.
    Esto no desmerece la labor de Chapman pues aunque, otros empezaron antes a utilizar la defensa de 3 y el se vio incentivado por el que en aquel momento era su mejor jugador, esto solo fue el comienzo a un largo camino que llevó a desembocar en la WM y que necesitaron nuevos fichajes (Hulme, James o Bastin por ejemplo) y un periodo de maduración de 5 años para que los resultados llegaran.

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  • Luther Blissett 2 junio, 2017

    Un caso que no se ha comentado es el de el Dinamo de Moscú de Boris Arkadyev que aunque jugaba en WM tenía varías peculiaridades. Arkadyev vió que los jugadores de la liga rusa solían moverse por el campo sin orden y sin otra guía que su instinto sin que sus movimientos tuvieran que ver nada con la táctica, a veces simplemente porque el jugador poseyera una gran resistencia física, fuerza o velocidad. por lo que él decidió crear unos movimientos y cambios de posiciones que desarmaran y confudieran al rival. Fue lo que se llamó el "Desorden Organizado". El problema era la asignación de marcajes al hombre ya que creaba el caos en el sistema defensivo por eso, el entrenador ruso, estableció un modelo de defensa de itinerancia de forma zonal (no confundir con defensa en zona) en la que cada jugador marcaba a un rival según la zona del campo a la que le hubiera llevado los movimientos. Este Dinamo, ya sin Ardadyev pero con su aprendiz (había sido jugador bajo Arkadyev en el Dinamo) Mikhail Yakushin como entrenador, maravilló en una gira por Gran Bretaña en 1945 en la que empató con Chelsea y Rangers Football Club y venció a Cardiff City y Arsenal.

    Respecto al fútbol total, hace tiempo leí a Cruyff el mecanismo que utilizaban para realizar la presión. Consistía, basicamente, en que Cruyff cerraba la salida por la pierna natural del defensa mientras Neeskens se adelantaba para cortar las vías de pase por la pierna mala del defensa. Como último, Suurbier (o el jugador al que correspondiese) dejaba libre a quien teoricamente debía cubrir para pasar al mediocampo y ocupar el lugar que había dejado libre Neeskens.

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  • Vilariño 2 junio, 2017

    Por cierto, y lo he omitido en el artículo, pero fuera de esquemas y marcajes propiamente dichos, el defender con la posesión ha sido quizá uno de los métodos más efectivos de los últimos años, con los ejemplos de Barcelona y España a la cabeza.

    @LutherBlissett

    Charlie Buchan fue siempre una referencia del fútbol británico. Brian Glanville, que compartió muchas horas y viajes siendo ambos periodistas (Buchan fundó una revista que será la referencia de los años 50 y 60 en Inglaterra), corrobora la historia de que Buchan influyó casi tanto como Chapman que nadie en la formación del gran Arsenal, ya fuese a nivel táctico como en la contratación de jugadores. Era un obseso del fútbol (aunque también le quedaba tiempo para "otras actividades"), casi casi un parabólico de la época. Con la diferencia de que ese parabólico además jugaba y jugaba muy bien.

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  • Matías Bravo 2 junio, 2017

    muchísimas Gracias. Formidable. Nos da mucho que pensar, Saludos desde Chile

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  • Antonio León 2 junio, 2017

    Chapó Segio, por este análisis de la evolución táctica.

    Queria preguntarte por Suárez, para mí el mejor futbolista español que he visto en mi vida, con lo que tiene de aleatorio estos calificativos con los pocos partidos que le ví, no llegaria a veinte, con Rivera, al que ví poco también. Era Suárez un Rivera con una influencia mayor , ya que el exbarcelonista bajaba más atráa , o Es una percepción falsa mía..
    Gracias Sergio.

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  • Vilariño 2 junio, 2017

    @Antonio León

    Suárez era más completo que Rivera. Hablamos del Suárez al que Herrera transformó en regista del Inter. El del Barcelona era un interior de gran categoría pero fue desde más atrás cuando su influencia creció, entre otras cosas porque también era un luchador, muy trabajador. No necesitaba de la protección que precisaba Rivera, al que Rocco creó un módulo táctico a su medida, la famosa "Maginot", con tres medianos detrás suyo para que no tuviese que correr (qué rabia le daba a Brera esto!). Suárez era más seguro, en el pase corto y el largo, pero practicaban un fútbol diferente. Como digo en el artículo, a Rivera se le pedía que arriesgase siempre, que fuese vertical. Rivera fallaba bastantes más pases que Suárez, pero creaba peligro constantemente cuando acertaba. Esa es la percepción que yo tengo al verles.

    No deja de ser curioso, ya que tú les viste jugar en directo y tienes esa percepción temporal que yo no voy a tener nunca, por mucho contexto que pueda conocer.

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  • Gravesen 2 junio, 2017

    Cuando es el último marcaje a un jugador al hombre que recordáis en la Liga? El de Xavi frente al Almería en 2009 quizás?

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  • Veneziano 2 junio, 2017

    Sin duda fuè Gasperini quien en Italia comenzò con la defensa a tres , aveces haciendo un 3-5-2 y otras (como actualmente) un 3-4-1 2 .
    Tampoco nos olvidemos que Cruyff como tecnico en el Barcelona yà habìa comenzado a practicarlo y creo que era un 3-4-3 bastante puro .

    Con respecto a la tendencia creo màs a una tendencia mixta , a equipos que manejen dos o mas sistemas que puedan cambiar en cualquier momento segùn los adversarios o segùn los resultados . En estos momentos un buen ejemplo es la Juventus , un equipo que cambia de piel con enorme facilidad , Allegri le ha dado un nivel de madurez tactica impensable en la era Conte ,con el tecnico livornes el equipo se ha desarrollado a un nivel muy alto desde lo tactico ….saben leer cada momento del partido como pocos . Estoy convencido que los entrenadores del futuro no seràn entrenadores identificados con un modulo sino con entrenadores capaces de poder jugar en cualquier momento con varios modulos , y para eso se perfila tambien el jugador "pensante" , el jugador que no es solo tecnica o talento sino el jugador capàz de adaptarse a cada situacion que el momento requiere.

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  • Vilariño 2 junio, 2017

    @Veneziano

    Yo me refería al contexto italiano. Gasperini (y Mazzarri también), es un buen exponente de esa defensa de tres que luego popularizó Conte.

    Concuerdo en tu visión de que actualmente ya hay muchos equipos "fluídos", que saltan de un esquema a otro sin problema, a veces en el mismo partido o que, sin variar la disposición táctica, tienen diferentes caras dependiendo de los jugadores que ocupen cada rol.

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  • MigQuintana 2 junio, 2017

    @ Gravesen

    El Celta defiende con marcajes al hombre.

    Este último año prácticamente sólo los tres medios, pero en años anteriores lo hemos visto con los laterales -que llegaban a marcar a Leo o Neymar, por ejemplo, hasta en el carril central-. Recientemente el caso Pape Cheick vs Ceballos fue muy llamativo, porque el bueno de Dani estaba harto de que le persiguiera su compañero Sub-19.

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  • David 2 junio, 2017

    @Gravesen

    Radoja a Ceballos en el pasado Celta Betis.

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  • arkhadi 2 junio, 2017

    @Gravesen @MigQuintana

    Recuerdo uno que no fue un marcaje al uso pero que me resulto muy llamativo en su momento.
    Arbeloa a Iniesta en uno de los Clasicos con Mourinho y Pep.
    Iniesta jugando de EI y cayendo constantemente al centro mientras Arbeloa no se despegaba de su espalda. Di Maria con sus 7 pulmones se encargaba de taponar la banda cuando el lateral estaba fuera de posicion.

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  • Shyestnadtzat 2 junio, 2017

    Fantástico artículo.

    Yo estoy de acuerdo con adricapi, creo que el 5-3-2 será a lo que evolucionará el fútbol en el futuro, puesto que cada vez lo usan más equipos: en España el Betis, Leganés, Alavés (estos dos últimos también mezclando con la defensa de cuatro)… en Inglaterra el Chelsea campeón, el Arsenal en los últimos partidos, Watford… Incluso en países más alejados se ve su influencia, como por ejemplo en la liga rusa, que la sigo bastante y nunca había visto tantos equipos recurriendo a la defensa de cinco (aunque aquí también influyó el gran éxito del Rostov de Berdyev, donde César Navas era el defensa central, aunque no líbero al uso). De hecho, creo que todos los equipos rusos recurrieron al menos puntualmente a ese sistema (y varios de forma habitual).

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  • Jaime Ratazzi 2 junio, 2017

    Por cierto, al hilo, recordando lo de Grecia 2004, madre mía, creo que es lo más increíble que he vivido en el fútbol nunca, es que se ponían a defender como espertanos con quien fuera, y ya colarían su 1-0 y al final siempre lo hacían, que se cargaron a la Francia que llega 2 años después a la final del mundial, a la última gran R.Checa con Nedved (balón de oro en ese momento, artículo de ayer de Arroyo) Koller, Baros, Poborsky no sé si ya estaba Rosicky) y a Portugal del canto de cisne de la generación de oro con un Cristiano adolescente, en Portugal, más épico imposible.

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  • adricapi 2 junio, 2017

    @MigQuintana

    No siempre esos 3 centrales son 2+1, depende de muchas cosas (obviamente, depende ante todo de los delanteros que coloque el rival), pero ante sistemas de 2 puntas (y el 5-3-2 es un sistema de dos puntas), que vas a hacer con 3 centrales? Lo lógico es que dos marquen mientras el tercero está atento a solucionar problemas (llámalo, libre, sweeper, o lo que te parezca), al final es un poco la solución "natural" que explica Vilariño al principio de su artículo.

    Por dar ejemplos, yo creo recordar que la Gales de este año sí tenía claramente ese reparto de roles en el centro de la defensa.

    @Vilariño

    Gasperini en el Inter no lo puedo contar como inventor o iniciador de nada, el que pierde se la pega y es un loco. El que gana es el que genera admiración, crea modas y provoca que la gente lo copie, y con la vuelta a los 3 centrales, el que ha conseguido esto ha sido Conte.

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  • Yisus 2 junio, 2017

    Yo no creo que se salga de la zona a corto-medio plazo, si bien es cierto en el balón parado se utiliza frecuentemente un marcaje mixto, con una marca individual al jugador/es más potente en el balón aéreo.

    Maravilla de artículo, muchas gracias por compartirlo.

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  • Vilariño 2 junio, 2017

    @adricapi

    Entiendo lo que dices sobre Conte, pero tanto Gasperini como Mazzarri llegan al Inter por su buen hacer en Genoa y Napoli. Ellos sientan las bases para hacer que la defensa de 3 se vea como sistema viable. Conte lo lleva al siguiente nivel.

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  • i4mray 2 junio, 2017

    ¡Qué maravilla de artículo! Sobre todo, la forma de escribir que lo dota de cierta vida y épica que lo hace casi un poema.

    Lo más llamativo es ver cómo en cada época aparecen técnicos y jugadores que dan una impronta al juego casi inusitada, que llevan el fútbol casi a una forma de entender la vida. Ese Milan de Sacchi era como dices, "cazaba en manada". Pero lo más increíble es que disponìa de jugadores de unas capacidades individuales tan excepcionales que las posibilidades de corrección eran casi infinitas. Baresi, Rijkaard y Gullit casi siempre jugaban "Box to box" con una prepotencia física envidiable (sin hablar del carácter); Tassoti tenía un desenvolvimiento táctico de manual y Costacurta era granítico, sin contar el despliegue físico y técnico que era Maldini. Pocas veces coinciden tantos hombres en el mismo lugar y momento para crear algo así.

    Nuevamente, felicitaciones por el artículo, pero sobre todo. Gracias.

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  • Carlos 3 junio, 2017

    Maravilloso!!!

    Vil, el vínculo de "Así se mantendrá en Brasil" en el séptimo párrafo no tiene nada que ver con Brasil, es uno de Rivera.

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  • Liddas 3 junio, 2017

    Un gran artículo. Enhorabuena, como siempre. Me gusta mucho lo que se dice en las frases finales. Desde hace tiempo me ha dado por creer que, aunque ahora parezca imposible, volveremos a ver marcajes individuales y especialistas como Gentile, Vogts, Köhler, Camacho, etc. No lo digo por defender un fútbol supuestamente defensivista y aburrido, sino porque en el fútbol no hay soluciones definitivas y universales. La zona de defensa adelantada y presión alta tampoco tiene por qué serlo.
    Los paradigmas van cambiando a medida que las soluciones que han funcionado bien durante años dejan de ser tan eficaces. Surge entonces otra opción, que muchas veces es en parte una vuelta al pasado. Por ejemplo, en torno al año 2000 desaparecieron las defensas de tres centrales y dos carrileros, que venían funcionando desde 1986, pero en el Mundial 2014 volvieron y ahora están de moda. El falso 9 va y viene a lo largo de la historia. Igual que jugar con o sin extremos puros.

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  • Lesmes II 3 junio, 2017

    @Antonio León. Yo también vi jugar a Luis Suárez, para mi el mejor centrocampista español, y a Rivera y el recuerdo que tengo es que el gallego era un jugador más consistente y de mayor peso en el equipo y que tenia más registros que el italiano.

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  • DeSqueran 3 junio, 2017

    Directo a favoritos. ¡Bravo!

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  • Hugo 5 junio, 2017

    Normalmente, son todos esos cambios en la reglamentación los que provocan la evolución histórica de los conceptos defensivos y ofensivos, así como de los sistemas de juego. Estoy de acuerdo que sin un gran cambio de reglas, muy difícilmente se dará una gran revolución, aunque todo vuelve.

    El caso de la defensa del Celta esta temporada es un caso paradigmático, puesto que realizan una defensa combinando diferentes marcajes según la línea del campo: defensas en zona, centrocampistas al hombre y delantero en zona nuevamente. Esto también podría darse dentro de una misma línea (alguna vez hace no mucho recuerdo algún equipo español que lo hacía, como el Levante contra grandes individualidades) con los centrales y un ltaeral marcando en zona, el otro lateral al hombre y la línea de centrocampistas en zonal…por ejemplo.

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  • Luis Pastur 24 septiembre, 2017

    Respecto a lo que comentan muchos de x jugadores marcando al hombre e y jugadores marcando en zona, eso es una defensa combinada. Por ejemplo Mou vs Chelsea el año pasado o Chico a Xavi, hoy Maffeo a Messi…

    La defensa mixta, es otra cosa. Es lo que hacen Bielsa o Berizzo. Parten de un marcaje en zona, donde a los jugadores se les asigna una zona y el primer jugador que entre en ella deben marcarlo hasta que acabe la jugada. La principal diferencia es que en un marcaje al hombre se marca siempre al mismo jugador "tú marcas al 7" mientras que en una defensa mixta pueden ser diferentes jugadores a marcar a lo largo del partido. Todo dependerá de la movilidad rival, de las posiciones de partida de los jugadores rivales o de la inteligencia del entrenador rival. Cabe destacar que aquí sí hay un defensa central que libra. Así que si veis a Bielsa o a Berizzo jugando con defensa de 3 es por su modelo defensivo principalmente.

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