España sub-21 debutó en el europeo de Polonia con la puntualidad y el peso más específico que individualmente existe en dicho campeonato. En un ejercicio de demolición, personificado en Marco Asensio, el combinado español arrancó el torneo con una contundente victoria que llevó el sello de la calidad, la principal diferencia entre españoles y macedonios. Poco importó el cómo, que fue interesante aunque menos significativo, pues, sin ser noticia, Celades tiene integrado en su plan la opción de jugar como lo hizo en su debut. Macedonia quiso la pelota y España no se la quitó, esperando atacar todos los espacios que sus hombres ayer convirtieron en goleada.
Ante Macedonia, España nunca se ciño a nada preestablecido
En este proyecto sub-21, Albert Celades ha mostrado que el dominio es formalmente un depende en el que esta España ha de mirar a sus mejores futbolistas para diversificar su propuesta. Si en algunos momentos, su idea pasaba por Merino, Denis u Óliver -bien podría ser de un Ceballos muy notable ayer-, es su delantera, con Asensio, Deulofeu o la llegada de Saúl, lo que convierte a la selección española en un conjunto alejado de cualquier etiqueta. Con un gol de Ñíguez en los primeros minutos, España replegó en campo propio, por momentos con todos sus futbolistas, adoptando un papel que potenció la verticalidad y determinación del que probablemente sea la estrella de este europeo.
El técnico español, que alineó a Marcos Llorente, Saúl y Denis en el mediocampo, con Bellerin y Gayá en los laterales, dio uso a todas las posibilidades: defendió abajo sin balón, atacó espacios amplios desde muy atrás y tocó la pelota en campo rival para encontrar posiciones exteriores, con sus laterales tomando mucho protagonismo desde la amplitud y el centro al área o la frontal. No obstante, la superioridad y suficiencia que transmitió para defender templadamente y castigar después con enorme facilidad no impidió que su rival expusiera las ideas colectivas más ambiciosas cuando tenía la pelota en su poder.
Ceballos hizo suyo el equipo tras su entrada al campo
Macedonia abanderó los conceptos más interesantes en salida de balón y posterior elaboración. Necesitada de encontrar la igualada desde muy temprano, los macedonios, con Bardhi en la corona del área y Babunski entre líneas, protagonizaron momentos de toque y control, involucrando a muchos futbolistas en la circulación, memorizando combinaciones, llevando a los laterales a la altura donde la pelota los necesitase y jugando con convicción y personalidad durante todo el encuentro. La calidad de Asensio, habiendo asomado en los escenarios más exigentes, fue siempre un argumento incontestable que España potenció para silenciar cualquier amago de dominio del rival. Con el marcador abultado, apareció Dani Ceballos para crear el boceto de lo que España puede ser cuando deba echar mano de una superioridad ante defensas más organizadas.
Arroyo 18 junio, 2017
¿Qué os pareció España?¿Más versátil que indefinida?¿Viceversa?
Con la calidad que maneja parece cuanto menos razonable que Celades pueda pensar en aprovechar lo que el rival le ofrezca para adaptarse y marcar diferencias individuales. Colectivamente no ha sido hasta hoy ni creo que sea en este europeo un equipo dominante y armónico con el balón, siempre ha sido un poco 'tetris' a nivel discursivo.