Mucho se ha escrito ya de las interesantes opciones de futuro que Iker Muniain (1992), Aymeric Laporte (1994), Iñaki Williams (1994) o Yeray Álvarez (1995) le otorgan al proyecto del Athletic Club. Pero a día de hoy ya podemos afirmar que esta lista está incompleta, que es todavía mayor, porque el portero al que el Athletic y la Selección llevan esperando ya varios años, Kepa Arrizabalaga, ha llegado.
Desde que sobresaliera en edad juvenil tanto en Lezama como en la España Sub-19 que fue campeona de la Eurocopa 2012, aquella en la que destacaron Jesé, Deulofeu y Alcácer, se entendió que en la figura de Kepa (1994) había uno de esos proyectos de guardameta que no deberían torcerse. Al igual que antes con David de Gea o inmediatamente después con Rubén Blanco, el portero de Ondárroa daba la sensación de contar con los tres argumentos sobre los que todo futbolista edifica su gran carrera: físico, talento y personalidad.
Kepa comenzó alternándose con Gorka este año.
A Kepa le quedaba el último paso, ese que en los porteros suele ser más delicado que en otras posiciones, pues normalmente viene precedido de una lesión y acompañado de mucha responsabilidad, pero el Athletic Club ha sabido gestionarlo con la normalidad y la puntualidad que le caracteriza. Ascenso al Bilbao Athletic para suplir a Serantes, paso por la Ponferradina, por el Real Valladolid y, por último, confirmación en un primer equipo en el que muy pronto se dividiría la titularidad con el portero del último lustro, Gorka Iraizoz.
Y su presentación ha sido formidable. Con enormes actuaciones ante Celta, Deportivo o Real Sociedad, Kepa ha ido demostrando su velocidad de movimientos (con los pies y con las manos), su talento bajo palos (reflejos, intuición y técnica) y, claro, su capacidad para ir de palo a palo hasta lograr defender cada ángulo, que fue lo que más le hizo brillar con España Sub-19. Y con el resto de partidos, con el día a día, lo que ha ido es confirmando que el reto de la portería del Athletic, un reto complicado y delicado, no se le queda grande. No le hace dudar ni le intimida. Le va bien. A medida.
En el 40% de partidos deja su portería a cro.
Con la de ayer ya son siete porterías a cero las que acumula Kepa en únicamente 18 partidos (16 goles encajados), una cifra bastante superior a la de un veterano Gorka que apenas ha podido quedar imbatido tres veces en 16 partidos (21 goles encajados). Con Iraizoz quizás no siempre se ha sido justo. Es cierto que no iba sobrado de nada e iba justito de muchas cosas, pero la final, echando la vista atrás, se puede decir que en general ha cumplido. Que ha resistido. Lo que sucede es que Kepa Arrizabalaga no está sólo para eso. Está para más. Desde ya. Y lo mejor es esa sensación de que aún va a ser mucho mejor. Que, pese a todo, Kepa es una de esas jóvenes promesas que rompen teniendo un gran margen de mejora.
Foto: JOSE JORDAN/AFP/Getty Images
alexmontiel25 25 abril, 2017
"Y con el resto de partidos, con el día a día, lo que ha ido es confirmando que el reto de la portería del Athletic, un reto complicado y delicado, no se le queda grande. No le hace dudar ni le intimida". Porque es un portero que no tiene miedo al error. A pesar de su edad, ya hemos podido verle algún que otro fallo de los que al día siguiente salen en todas las televisiones, pero el tío se levanta y sigue intentándolo. Justo lo que debe hacer un portero.