Tres días después de ver como Lionel Messi plantaba la bandera en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid visitó Riazor, antaño terreno de la desesperanza, como un equipo desbordante, incontestable y feliz. Como en Leganés o Gijón, Zinedine Zidane tomó la decisión de dar entrada a su segunda unidad al completo y no parcialmente, como si en tiempos paralelos, esos once futbolistas jugaran juntos todas las semanas. Los blancos jugaron con tal nivel de entendimiento y fluidez que transmitieron justo esa y no otra sensación. El Dépor cayó ante una suma de jugadores que, desde la colectividad, ofensivamente rozaron la inspiración de un conjunto de noviembre. Y lo hizo por dos veces, pues tuvo que reaccionar cuando a los gallegos les salió lo que buscaban. Pepe Mel fue muy ofensivo y se la jugó en todo momento.
Para resumir en términos de resultado y productividad lo acontecido en los primeros veinte minutos debe apuntarse que el Real Madrid pudo anotar los seis goles que marcó en dicho espacio de tiempo. Llegó a rematar prácticamente en cada acercamiento y lo hizo con posibilidad de construir en sociedades o hacerlo en grupos más pequeños en medio de un galope. Marcando diferencias desde el estado de positiva alerta que transmiten los Isco, Asensio, Morata, Kovacic o James, todos de una calidad primorosa, los de Zidane aprovecharon para abrir en dos a un Deportivo que desde esa vulnerabilidad exponía su plan de partido. Mel buscó la cabeza alta en los suyos y abrió a sus laterales a muchísima altura, dando a los extremos los picos del área y a los pivotes la misión de ser muy agresivos con la pelota. Bergantiños buscaba en raso a Çolak para batir línea y Guilherme cambiaba de orientación hacia el ofensívisimo Juanfran. Pero lo cierto es que esto, aprendido desde la pizarra, se vio tras el minuto 22, cuando el choque giró. Antes, un vendaval blanco.
James, Isco y Asensio, impresionantes en Riazor
Hasta ese momento se vio a un Madrid que marcando al primer minuto se expresaba sobre el campo de la manera en que lo hace con sus suplentes. Con una energía diferente, más fresco, con un punto de iniciativa constante, apoyado en el inagotable Isco, el toque y llegada de James, la profundidad de Morata y la adaptación del resto. Hay en este Madrid II un lenguaje diferente, en el que determinados jugadores pueden activar un contragolpe desde tres alturas distintas -Kovacic, Asensio, Morata-, y que sabe no solo amenazar sino situarse con mucha continuidad a espaldas de la zaga, una zona que activa por la perspectiva con la que la miran sus integrantes. Este Madrid tiene en esa zona su objetivo y puede llegar a ella con pocos o con muchos, tocando o lanzando, pero haciendo caso a dicha referencia, sin pararse demasiado, si es posible.
El Dépor, que cerraba únicamente con los dos centrales, quedó muy expuesto en su balance, que es de recibo señalar que así fue por la discontinuidad defensiva de sus hombres de ataque. Era tan rápido el robo blanco o el error blanquiazul, que o no les daba tiempo a cerrar espacios o cuando miraba al rival tejer la jugada, no igualaba en actividad y sufrimiento. Ahí es donde castiga Isco sumando pases, controlando y alargando la posesión, y Asensio con el punzón junto a un James muy móvil y completo. Con 0-2 y hasta el 1-3, el Dépor reaccionó. Y de qué manera. Tuvo mérito y estaba planeado.
El Dépor tuvo 20 minutos de grandísima reacción al 0-2
Como en el 99% de las reacciones a un dominio del rival, la deportivista radicó en llegar y chutar, o al menos estar cerca de ello. Una vez ganó altura su posesión, con Juanfran tirando de la cuerda que en todo el resto del partido le dejó a merced, los de Mel acorralaron a la zaga merengue. La idea era doble por ambos carriles, con Gil junto a Moreno y a Kakuta y Luisinho en el contrario. Andone mezclaba centro con izquierda y Çolak, el hombre que trata de acercarse a la pelota para que el pase interior atraiga marcas, suelto entre líneas enemigas. El Dépor consiguió aturdir a su rival, generó caudal ofensivo importante y se acercó a un empate que el Real Madrid hizo olvidar con el 1-3 que fue posteriormente definitivo. El nivel de lucidez se prolongó tras el descanso y demostró, de nuevo, como si fuera por primera vez, la vigencia de un equipo que gana como si fuera un proyecto independiente.
Foto: Juan Manuel Serrano Arce/Getty Images
roumagg 27 abril, 2017
Lo primero, enhorabuena a todo Ecos por lo de Bein: muy merecido que os fuera llegando exposición mediática. ¿Hay algun modo de verlo sin tener el canal contratado? Encontré varios streamings por internet de Bein en los que estaban echando un Bayern-Dortmund (?).
Sobre el partido, mi opinión sobre Isco suplente a costa de la CMK ya la he dado muchas veces. Que no podamos disfrutar con continuidad de este Isco de inicio de interior izquierdo junto a Kroos y Modric es difícil de asimilar. Ya no es por puro romanticismo de que el juego sería mejor; es que el nivel sería más alto sin demasiada discusión. Isco es el mejor centrocampista del Real Madrid a día de hoy (aunque Kroos y Modric en Champions son jefes y su mejor nivel va a llegar en las seminales). Si los centrales están bien y achican hacia adelante (como no hicieron por ejemplo en el Clásico y en varios partidos esta temporada en los que 6 jugadores presionaban y 4 se quedaban atrás, o como no hacían el año pasado, cuando la entrada de Casemiro coincidió con un mal momento físico de los centrales), esa opción es la más adecuada. Aunque con la lesión de Bale, seguramentepero veamos a Isco jugar por delante de la CMK. ¿No le faltarían líneas de pase por delante para hacer el juego que viene haciendo?
Por otro lado, qué diferencia entre Kovacic según la posición en la que juegue. Cuando ha jugado de mediocentro (bien en doble pivote, o bien como mediocentro único) me gusta bastante, mientras que de interior en un 4-3-3 me suele desesperar. Creo que jugar de mediocentro limita los defectos que se le ven al jugar de interior: no puede saltar a presiones como un loco (porque es el eje del equipo) y no tiene demasiadas dificultades para recibir el balón (porque recibir en zona de pivote es bastante más sencillo, y su juego sin balón en ataque se simplifica mucho). Además, puede arrancar con muchos más metros por delante. Puede que se le enfocara mal y su futuro esté ahí. Como el nuevo Modric, desde luego que no lo calificaría. Para eso está Alarcón. Y qué buenísimo es Asensio, por favor. Menos mal que Zidane se ha dado cuenta de que Lucas Vázquez no tiene nivel suficiente para quitarle minutos a Marco.