En el evidente cambio estilístico que ha vivido el Celta de Vigo esta temporada hay un centrocampista al que le está costando mucho adaptarse al nuevo ritmo y otro, también centrocampista, que se está encargando de imprimirlo con la mayor vehemencia posible. El primero es Pablo «el Tucu» Hernández, el segundo Daniel Wass.
El danés ha sido el gran beneficiado de la pérdida de referencias y la falta de pausa, es decir, de las marchas de Nolito y de Orellana. En el Celta que se detenía sobre ellos dos, Wass ofreció también un nivel de juego muy alto. Pero sobre todo como compensador. Como secundario. Si actuaba como mediapunta, el danés acababa en derecha para no obstaculizar el camino de Orellana. Si jugaba en el doble pivote, a menudo era él quien cerraba para que «el Tucu» pudiera desprenderse para atacar primero la frontal y, más tarde, el punto de penalti. En resumidas cuentas: sus movimientos estaban más destinados a compensar y así ordenar que a lo contrario. Y siempre, siempre, dependían de otros. Pero ahora, esta temporada, son el resto de los futbolistas los que dependen de Daniel Wass.
Ya lo hemos analizado mucho: el Celta es más vertical, más rápido, encuentra más espacios y no se para salvo cuando Iago Aspas lo decide así. Esto lo que termina propiciando son recorridos más largos, jugadas más vertiginosas y acciones más individuales. O lo que es lo mismo, un contexto totalmente abierto para que Daniel Wass ponga en liza todo su repertorio físico, técnico y táctico.
Wass es la navaja suiza de Eduardo Berizzo.
Porque lo llamativo de Wass es que siempre parece hacer lo mismo, pero siempre lo hace de distinta manera. Es decir, su forma de aprovechar los espacios y de afrontar las jugadas suele tener una misma finalidad, pero los caminos son múltiples. Y esto es lo que está enriqueciendo el ataque vigués. Con Theo Bongonda muy abierto a la izquierda, Iago Aspas jugando cada vez más atrás y John Guidetti buscando poner de cara al resto, Wass encuentra una doble línea diagonal en el centro del campo. La primera, parta a la altura que parta, le lleva desde el carril central hasta el costado derecho. El segundo, siempre como consecuencia de éste primero, desde dicho costado hasta el pico del área, desde donde decide ofrecer una línea de pase, ocupar la mediapunta o atacar el área. Estos movimientos se parecen a los del año pasado, pero hay una gran diferencia: cuando los realiza suele focalizar el juego en este sector, pues no tiene a un Orellana llevándose el juego hacia Nolito.
Para ello emplea su fuerza en los duelos individuales, su potencia en carrera, su notable desplazamiento, su sentido del juego, su potente disparo, un regate corto más que interesante… Incluso su importancia a balón parado. Ahora Wass manda. Decide. Ordena a lo suyos y desordena a los contrarios. Busca desestabilizarlo todo: el ataque, el partido y el rival. Ni siquiera la presencia tan cercana de Aspas supone una renuncia de todo esto, pues Iago no es Nolito ni Orellana y no viene necesitando nada, sino más bien dándolo todo.
En Europa League está siendo un futbolista determinante.
En definitiva, sobre todo como mediapunta, Wass es el soldado de infantería con el que Eduardo Berizzo puede acudir a cualquier guerra sin temor a no competirla. Sea buscando una presión ante un Athletic, un planteamiento más reactivo ante un Barça o un intento de remontada en Europa League, el polivalente danés garantiza una cosa: siempre va a tener un arma con el que sumar a la causa.
Foto: MIGUEL RIOPA/AFP/Getty Images
Gordillo 23 marzo, 2017
@quintana
Aprovevhando que el pisuerga pasa por valladolid y la ultima semana de ecos(wass, drumisi, liecester de kasper) estaria bonito un reportaje de est dinmarca que se postula para ser la nueva Bélgica.
Jugadores jovenes pioene sisto en plan celta y dolberg, eriksen, fischer, shone este es viejito, ero chistiansen, veerterpen, poulsen del red bull liezepg,hosjbeeg, es guardiola y etc… Tiene pinta de reportaje interesante a pesar de que hay que ser muy valiente con esos nombre ara hacerlo.